España-Inglaterra: la final esperada, de milagro

Los que han demostrado ser los dos mejores equipos a lo largo del Europeo sub-17 que se está disputando en Bélgica jugarán el próximo domingo la gran final. Se puede decir, pues, que se han cumplido los pronósticos en las dos semifinales de este jueves, aunque tras ver los dos partidos quizá hay que escribir que lo sorprendente es que se haya impuesto la lógica previa.

España es infinitamente superior a Bélgica, pero se vio al borde del abismo en numerosas ocasiones: primero, cuando los anfitriones se adelantaron en el marcador jugando con superioridad numérica; después, en dos acciones invalidadas por fuera de juego en la prórroga cuando en las gradas ya se cantaba el 2-1; y finalmente, al disponer el local Aquino del último penalti de la tanda para consumar la eliminación española. Pero los chicos de Santistebán supieron sufrir y se salvaron milagrosamente en cada una de esas situaciones críticas. Bojan Krkic, que estaba realizando un Europeo discreto, salió al rescate de sus compañeros con un lanzamiento parabólico espectacular desde treinta metros que superó al guardameta Coppens forzando el tiempo extra. David De Egea paró el octavo lanzamiento desde los once metros para convertirse en el héroe, aunque habría que agradecer a los belgas el penalti que mandaron a las nubes cuando chutaban para ganar el partido. Y así, tras superar un susto inmenso, la gran favorita del torneo ya piensa en proclamarse campeona el próximo domingo.

Pero habría que preguntarse por qué España no se pareció en nada al equipo que maravilló en la fase de grupos y que lo había hecho de maravilla en el minitorneo previo de Almuñécar. Bélgica parece no tener nada a excepción de su talentoso media punta Eden Hazard -¡qué cambio de ritmo posee esta joya de la cantera del Lille!-, pero no perdió ni contra Holanda ni contra Inglaterra. Es, ante todo, un equipo sólido, bastante fuerte a nivel físico y muy ordenado. Cada vez que recibía Bojan se encontraba con tres rivales encima sin dejarle respirar. Y no sólo él: Fran Mérida, Isma y Iago Falqué, la fantástica línea de tres que juega por detrás de la promesa de Linyola, también sufrieron lo indecible para superar esa inmensa tela de araña. Sobremotivada por su condición de organizadora, Bélgica ha hecho un esfuerzo inmenso y ha estado a punto, sólo con trabajo colectivo y la calidad del "diez", de meterse en la final. La buena noticia para España es que ante los ingleses habrá muchos más espacios.

Y es que los jóvenes pross no son precisamente un conjunto académico en cuanto a funcionamiento defensivo. Ganando 1-0 a Francia han concedido hasta cinco ocasiones clarísimas de gol en los últimos minutos de partido. En ellos el peligro está arriba, con el tridente Rose-Murphy-Moses. Este último, un chico del Crystal Palace de origen nigeriano que pasó enormes dificultades en su infancia, está presentando su candidatura para ser elegido mejor futbolista del torneo. Hoy ha anotado el único tanto de la semifinal, habilitándose de maravilla para rematar de media volea, situando el cuerpo en la posición justa para que el zambombazo no se le perdiera alto. La clavó en la escuadra. Su duelo de enganches de calidad con Fran Mérida promete, aunque no lo tendrá nada fácil ante el doble pivote Ximo-Camacho, una de las grandes armas de esta equilibradísima selección española que el domingo puede darle a la federación el primer título del año en una temporada repleta de grandes torneos en categorías inferiores.