El éxodo africano y la caída de Manuelelé

Empieza el éxodo africano

Aunque no lo hará en el grado de la Ligue 1 francesa o la Premier inglesa, la Liga Española se verá afectada en las próximas semanas por la disputa de la Copa África de Naciones. Nueve jugadores abandonarán sus clubes y se concentrarán con sus selecciones, causando baja por un plazo indefinido que variará según la suerte de sus equipos nacionales. Mientras la competición levanta pasiones en el continente africano, en Europa se sigue viendo como un estorbo. Dos circunstancias molestan especialmente a las entidades que pierden a sus futbolistas: el carácter bianual de la cita y su ubicación en el calendario, coincidente con la mayoría de torneos nacionales. La primera se justifica por una cuestión de tradición: desde hace más de cuatro décadas se disputa cada dos años, algo que no supuso un problema en los tiempos de su creación, ya que en Europa no había tantos jugadores africanos como ahora. La segunda se explica por razones climáticas, por el intenso calor del verano. Sin embargo, algunos creen que en la actualidad ya sería posible trasladar el certamen al mes de julio. Arsène Wenger, técnico del Arsenal –que pierde a Touré, Eboué y Song en la presente edición-, comentó al respecto: “Cuando se instauró el torneo, la mayoría de campos africanos no disponían de iluminación artificial, por lo que era imposible jugar de noche. Sin embargo, ahora esto ya no es así, por lo que sería mucho más factible que la Copa África se jugara en las mismas fechas que la Eurocopa”.


Manuelelé: con las condiciones no basta

Cuentan los buenos ojeadores que a un futbolista no sólo hay que verlo jugar. Que puede ser que fiches a un jugador al que has observado durante meses, pareciéndote fantástico, y que al final no funcione en su nuevo club. Que hay que informarse sobre su carácter, su adaptación a un colectivo, su vida personal, su psicología. Porque en el fútbol no todo se reduce a ser bueno o malo. Se pueden tener grandes condiciones y fracasar. Porque no se está a gusto, porque falta confianza, porque no hay fluidez en las relaciones con los compañeros, porque no hay compromiso.

(Artículos aparecidos en Público el 8/1/08. Pinchar en los enlaces para seguir leyendo).