Nace la klinsimannia
La respuesta a todas estas cuestiones se llama Jurgen Klinsmann. El simpático seleccionador alemán ha contagiado a todo el país su euforia y positivismo. Si nos sorprendía su actitud en los partidos amistosos, donde gritaba los goles de su equipo como si estuviese en la final de un Mundial, ahora sus hinchas le imitan. Y es que Klinsi se ha ganado el corazón de todos, incluso de los que criticaban el alarmante juego germano en los encuentros preparatorios. Todos recuerdan ahora su gesto de aceptar un cargo que nadie quería por miedo a firmar uno de los ridículos más importantes de la historia del fútbol alemán: con el Mundial en casa y contando con una generación que parecía discreta, había mucho que perder. Y el viajadísimo ex delantero centro ha salido airoso con un tercer puesto que se ajusta a la actuación del equipo durante el campeonato. Más habría sido excesivo por su potencial, menos habría sido injusto por sus méritos. Ahora, mientras Beckenbauer y sus fans le piden que se quede, él medita qué decisión debe tomar. Las expectaciones son muchas y su equipo es prometedor -lo son, sobretodo, Lahm, Podolski y Schweinsteiger-, pero mejorar este tercer puesto en la Eurocopa de 2008 o en el Mundial de Sudáfrica se antoja complicado. Pero decida lo que decida, el público le aplaudirá.
El hombre del día: Bastian Schweinsteiger. Vaya dos golazos y medio del Beckham alemán, un centrocampista fino con gran disparo que no había demostrado en este Mundial de lo que es capaz. Hasta ayer. A ver quién se atreve a decirle que el partido por el tercer y cuarto puesto tiene poco valor...
El gol del día: Bastian Schweinsteiger, Alemania 3-0 Portugal. Recorte, control orientado y derechazo pegado al poste con enorme fuerza. Fue su último toque de balón del campeonato. Es imposible despedirse de mejor manera.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home