Román, la luz entre la niebla

En los comentarios del post anterior ya hay quien le resta méritos a Juan Román Riquelme señalando que sólo rinde con la camiseta de su amado Boca. No deberíamos olvidar hasta qué punto hizo crecer al Villarreal, metiéndole en semifinales de la Champions y sobresaliendo en la eliminatoria ante el Inter. A uno no le dan el número diez de Argentina en un Mundial por azar. Pero no quería escribir sobre lo general ni debatir sobre la carrera del actual enganche xeneize, sino detenerme en lo particular y elogiar su inmenso partido de vuelta anoche ante Cúcuta. En una Bombonera tomada por la niebla, en un fútbol jugado casi con los ojos vendados, en la dura batalla que planteaba el equipo colombiano, Román apareció para generar los tres goles de la remontada. Un magistral libre directo, un balón colgado que acabó rematando Palermo y un centro medido a la cabeza de Battaglia. Uno, dos y tres gritos en Buenos Aires con cierto acento de La Plana -los tres que anotaron jugaron en el equipo castellonense-; una, dos, ¿y tres? Riquelme buscará ante Gremio su tercera Copa Libertadores.

Costó seguir el partido ante las dificultades climatológicas y hasta cierto punto es entendible que los colombianos se quejen porque en algunas fases del encuentro la visibilidad era inferior a lo que deberían marcar las condiciones mínimas para que se juegue un encuentro de fútbol. También pueden protestar por un posible penalti a Pajoy a los tres minutos, que sin duda habría variado notablemente el desarrollo del choque. Pero dicho todo ello, Boca se comió a Cúcuta. Y sólo la gran actuación del portero Robinson Zapata evitó una goleada mayor. Fantástico Ibarra en sus cabalgadas por la banda derecha, inteligente Ledesema en todos sus movimientos, correcto Banega en su sencillez, majestuoso Riquelme en su lectura del partido y en su papel de director de juego. Román hizo lo que no pudo lograr Bustos -¡qué gran lanzador de tiros libres!- y metió su falta directa en la escuadra. Si el fútbol a veces se puede reducir a la simplificación máxima, Boca quizá ganó porque el lateral colombiano chutó al larguero y en cambio el diez de Boca la colocó en la red. Aunque habría que haber visto si esa apisonadora local no habría sido capaz de remontar también otro gol en contra. Ayer parecía poder con todo. Claro, en medio de la niebla, poseía la luz del faro que la guiaba.