No será casualidad si la Roma se queda sola

Si como parece lógico por el resultado de la ida y por las características de ambos equipos el Liverpool elimina al Inter el próximo martes, el único equipo italiano que quedará vivo en la Champions será la Roma. Bofetada a las habituales fuerzas dominantes perpetrada con absoluta justicia. Por sus fundamentos, por su propuesta, por su conjugación del juego defensivo con el ofensivo, el de Spaletti me parece el mejor equipo de Italia. Lo sé, la clasificación de la Serie A no me da la razón, con ese Inter que sigue teniendo una importante ventaja pese a la falta de continuidad en su fútbol, más producto de los gritos aislados que de la música orquestada. Pero la sensación que despierta la visualización de los partidos -al menos la que me despierta a mi- es que el conjunto giallorosso es el más equilibrado, el más compensado, incluso diría que el más poderoso. Si la liga italiana parece regida por una lógica rara, Europa encumbra hoy a su bloque más alegre, al que más transmite.

No hizo la Roma una eliminatoria brillante. Spalletti decidió ceder la iniciativa al rival pero sin practicar un repliegue tan escandaloso como el del Inter en Anfield. Con más agresividad para la recuperación y con más intención de salir a la contra. Si en la ida se cuestionó la justicia del resultado, en la vuelta pocos podrán dudar de los mayores méritos romanos. Valiente el técnico toscano en sus elecciones sorpresa -Cicinho por Panucci, Aquilani por Pizarro-, sorprendió retirando a Mancini en la segunda parte, quizá el atacante que mayor peligro generaba. Pero Vucinic firmó una actuación memorable y Taddei -el que muchos creíamos que sería el sacrificado- anotó el tanto que rompió la eliminatoria. Si anoche destacábamos la pareja de medios centros del Arsenal, hoy toca elogiar a la de la Roma. Sin llegar a ese nivel de dominio del partido, De Rossi y Aquilani firmaron una actuación portentosa. Ambos de la cantera, para mayor orgullo de su hinchada.

El otro nombre propio de la jornada fue el de Manuel Neuer. Mantuvo con vida al Schalke durante los 120 minutos con algunas paradas prodigiosas y se salió luego en una tanda de penaltis que dejó fuera a un Oporto que partía como favorito. Elegido el año pasado mejor jugador de toda la Bundesliga, este joven de 21 años ha elevado su figura para que también Europa pueda admirarla. Aunque no podrá evitar que, pese a su nivelazo, todos quieran al equipo de Gelsenkirshen -o al Fenerbahçe- en cuartos. Mientras todo esto sucedía, sin hacer ruido, a la sombra en la que quedó sumergido tras la marcha de Mourinho, el Chelsea se ventilaba al Olympiakos con una comodidad insultante y seguía adelante en el torneo. Por si alguien lo ha olvidado, sigue siendo un equipazo.