Schweini, el Beckham alemán

Hace ya algún tiempo se me ocurrió llamar a Bastian Schweinsteiger "el Beckham alemán". Creía que había varias similitudes entre el joven centrocampista del Bayern y el famoso símbolo inglés. Una de ellas, su tendencia a cambiarse el peinado, a intentar vender una imagen más allá de su valor futbolístico. Pero sobre todo, su golpeo de balón en los centros laterales. Hoy, en el encuentro de cuartos de final que Alemania le ha ganado a Portugal, ese parecido se me ha hecho más evidente que nunca. Esa rosquita con la derecha, de fuera hacia dentro, ha generado dos goles a favor del equipo de Löw. Ha sido decisiva. A veces, este juego parece muy complicado: tácticas, acciones ensayadas, movimientos estudiados... Otras, es tan simple como meter un balón con efecto envenenado. O dos. Schweini ganó el partido con sus envíos de lanzador preciso, causando pánico en una zaga portuguesa que defendió de manera horrible. Aunque hubo errores individuales e incluso una evidente falta de Ballack a Paulo Ferreira en el 3-1, no puede rebajarse el valor del jugador que pone pelotas dañinas.

Fue un triunfo merecido de una Alemania que funcionó mucho mejor que Portugal en el apartado colectivo. Eso no debe sorprender demasiado, ya que los de Scolari hasta ahora habían vivido de sus individualidades. Lo que hizo la diferencia fue que esta vez los cracks estuvieron discretos. Cristiano Ronaldo y Deco, los dos futbolistas determinantes del equipo luso, rindieron por debajo de lo que habían mostrado en los dos encuentros iniciales. Y si le quitas los detalles de las estrellas, la subcampeona de hace cuatro años se convierte en una escuadra vulgar. Su juego combinativo se ha reducido a un par de asociaciones por partido, sin continuidad. Ni en la fase final ni en la previa, en la que sufrieron para meterse en un grupo que ganó Polonia y en el que incluso la mediocre Finlandia los tuvo contra las cuerdas. ¿De quién es la culpa? Sin querer ser duros con Scolari, es evidente que no se ha sacado el máximo rendimiento posible a un grupo de jugadores formidables.

Y Alemania recuerda mucho al equipo de 2006. Con ese entusiasmo que transmitía su simpático entrenador, con esa alegría de vivir sin miedo, siempre de cara. Löw acertó con los cambios en la alineación titular y, como ya decíamos en un artículo anterior, al dar confianza a futbolistas que en sus equipos no acaban de encontrar el sitio. Schweinsteiger y Podolski, suplentes habituales en el Bayern, se crecen con la Mannschaft. Notable partido también del interesante Simon Rolfes, dignísimo sustituto del lesionado Frings, y sólo dudas en cuanto al rendimiento de los centrales, torpes, pesados, con una lentitud a la hora de reaccionar que desespera. Con sus virtudes y sus defectos, este equipo alemán ya ha igualado su prestación en el último Mundial: es semifinalista. Y eso que mucha gente considera que su plantilla está a años luz de los equipos germánicos del pasado.

SMS desde Viena

Los turcos confían en él
Con una camiseta como esta, blanca y con el número y el nombre de color azul chillón, marcó Arda Turan el importantísimo gol en el tiempo de descuento ante Suiza. Sus compatriotas ya la han adquirido y esperan que hoy el 14 repita ante Croacia.

(Este SMS con foto encabeza la sección diaria del 20-06 que aparecerá durante toda la Eurocopa en Público. El resto de SMS del día pueden leerse aquí).