Grupo E: El Mundial inoportuno

El título es una exageración y se refiere, sobretodo, a Italia. Pero también a la República Checa, la favorita de muchos en la pasada Eurocopa y quizá la selección que más méritos hizo para triunfar en Portugal hasta que ese cabezazo de Dellas en la prórroga de la semifinal les mandó para casa. Un Mundial nunca es inoportuno, pero sin duda no llega en el mejor momento para los dos favoritos de este grupo. El escándalo de corrupción que sacude todo el Calcio dinamita sin duda el entorno y la preparación de una selección que, si hubiera podido centrarse en su trabajo con normalidad, sería quizá la gran esperanza del fútbol europeo para evitar el título de Brasil. Resulta chocante hasta sugerirlo, pero algún jugador transalpino puede estar más preocupado de limpiar su reputación que de la gran cita que tiene ante sí. Incluso si eso no fuera cierto, no ayuda que Cannavaro tenga que abandonar la concentración para declarar ante la fiscalía como testigo del caso Gea, que investiga las supuestas actividades fraudulentas de la empresa de representación del hijo de Luciano Moggi. Si son factores extradeportivos los que pueden alterar el potencial italiano, es el propio momento de forma el que ha disminuido el perfil del equipo checo en los últimos meses. Nedved acudía a Portugal como Balón de Oro y hoy parece un futbolista de vuelta de todo. Koller se ha pasado el año lesionado, Poborsky ha estado purgando su pelea con el técnico del Sparta de Praga en el Ceske Budejovice de la segunda división, Baros se ha devaluado en el Aston Villa, Jankulovski ha estado inédito en el Milan y Rosicky sólo ha aparecido en los grandes titulares cuando ha fichado por el Arsenal. El Mundial llega pues en el peor momento individual de la gran mayoría de miembros de una excelente generación checa. Todo ello debe intentarlo aprovechar un equipo emergente como Estados Unidos, cuartofinalista en 2002 y capaz de seguir sorprendiendo al mundo. Menos opciones tiene una Ghana que naufragó en la Copa África y a la que le falta mucha calidad.

Italia: Quizá la selección más completa de las 32 que competirán en Alemania. Le sobra gol con Toni y Gilardino, cuenta con talentos como Totti o Del Piero en tres cuartos de campo, posee buenos conductores de juego con Pirlo y De Rossi, tiene a un gladiador como Gattuso y a un jugador versátil que lo hace todo bien como Camoranesi. Su pareja de centrales Nesta-Cannavaro es envidiada por el mundo entero, Buffon está en el top-5 de porteros europeos, Zambrotta es el jugador de equipo perfecto y los laterales del Palermo Grosso y Zaccardo se han revelado como opciones correctísimas en las bandas. Es difícil encontrar a un equipo que tenga tan bien cubiertos todos los puestos, y sin embargo no se respira un gran optimismo en el entorno del fútbol italiano. El caso Moggi influye, sin duda, pero también han contribuido las dos últimas actuaciones en amistosos discretos ante Suiza y Ucrania. No debería ser este un presagio de fracaso, pues la mayor motivación en el carácter deportivo italiano es la competición, por lo que a nadie debe sorprender que nada parezca funcionar en los encuentros preparatorios. Con el 4-3-1-2 del Milan, Totti haciendo de Kaká y una pareja de nueves explosiva, esta Italia da miedo. Y su referente es el equipo del 82 que se proclamó campeón del mundo con un hombre, Paolo Rossi, que ejerció de estrella tras verse salpicado por un escándalo de corrupción en las apuestas clandestinas. Mentalidad italiana: responder con triunfos ante las sombras, las dudas y las sospechas.

República Checa: Lo dicho: cuenta con un once titular potencialmente candidato al título, pero el rendimiento individual de la mayoría de sus jugadores en la presente temporada ha sido más bien bajo. El equipo que derrotó a Trinidad y Tobago ayer en Praga tiene muchas opciones de ser la base durante el Mundial: Cech; Grygera, Ujfalusi, Rozenhal, Jankulovsky; Polak; Poborsky, Plasil, Nedved; Baros y Koller. Sólo entraría Rosicky, ahora tocado, por Plasil. El resto son los mismos que partían con esa etiqueta de tapados en Portugal y que casi confirman los pronósticos audaces. Sin embargo, han aparecido dos hombres que se han ganado un puesto: David Rozenhal, tras madurar en el Brujas y el PSG, parece contar ya con más opciones que René Bolf, y Jan Polak aporta más llegada desde la posición de pivote que un Tomas Galasek que ya está en el tramo final de su carrera. El técnico Karel Bruckner ha demostrado que es un hombre de ideas claras y que ni el curso de los acontecimientos le va a variar su plan. Grygera juega de central en el Ajax, Ujfalusi de lateral derecho en la Fiorentina y Jankulovski, lo poco que lo hace, de interior en el Milan. Sin embargo, y para potenciar la conjunción del bloque, el veterano entrenador sigue fiel a las posiciones que los tres vienen ocupando en la defensa de la selección desde hace tres años de forma indiscutible: Grygera en la derecha, Ujfalusi en el centro y Jankulovski en la izquierda. Esa es una de las grandes virtudes del combinado centroeuropeo: funciona como un equipo, tiene claro a lo que juega -a tocar el balón- y se asemeja más a un club que actúa todos los fines de semana que no a una selección que se ve una vez al mes. Pero va a necesitar recuperar el momento estelar de sus cracks. Si lo consigue, puede llegar muy lejos.

Estados Unidos: Bruce Arena está convencido de que su equipo es más fuerte que el de 2002, cuando eliminaron a Portugal en primera ronda y a México en octavos de final para acabar cayendo ante Alemania en cuartos sólo porque Oliver Kahn se lo paró todo a Landon Donovan -en ese partido se ganó el arquero del Bayern el premio a mejor jugador del torneo-. Pero pese a la lógica mejoría de una selección en evidente progreso, repetir la hazaña de hace cuatro años parece improbable. El grupo es muy complicado y si consiguieran meterse como segundos tendrían un terrible cruce ante Brasil en la segunda ronda. Más vale, pues, que no se pongan retos concretos y se concentren en mostrar al mundo su fútbol atractivo y dinámico que combina velocidad, potencia y ciertas dosis de calidad. Principalmente, la de Donovan, cuyo regreso a Alemania este verano tras su doble fracaso en el Bayer Leverkusen es como una cruzada personal. El mejor futbolista de toda una generación norteamericana -y quizá más que eso- ya demostró todo su talento en el pasado Mundial y ahora querrá confirmarlo. Tiene buenos escuderos: DaMarcus Beasley ha aprendido mucho en el PSV Eindhoven, Claudio Reyna lleva casi toda su carrera en Europa y sabe manejar el tiempo de los partidos y las opciones arriba prometen eficacia. El experto Brian McBride, tras un buen año en el Fulham, parece la referencia, mientras que su acompañante estará entre el rápido Ed Johnson -máximo goleador del Mundial sub-20 de 2003- y el inteligente Josh Wolff. Quizá los mayores problemas estén en defensa, donde la pareja Pope-Onyewu es dominante en el juego aéreo pero carece de velocidad. Viendo el perfil de los delanteros que van a tener enfrente, Baros puede ser el gran beneficiado.

Ghana: Gran decepción en la Copa África 2006, Ghana quiere recuperar el nivel que le permitió superar a Senegal en la fase de clasificación y meterse en su primer Mundial absoluto. Es este un equipo de "jugadores repetidos", ya que sus tres grandes estrellas representan el mismo perfil de futbolista: fuerte, potente y dinámico. Mickael Essien, Sammy Appiah y Sulley Muntari han mostrado su gran valor en prestigiosas ligas europeas, pero siempre ha sido ejerciendo de acompañantes de hombres con talento. El problema llega cuando se convierten en el corazón del equipo. El fútbol del equipo se vuelve previsible, el balón circula poco y el ritmo es altísimo. Hay animosidad, pero falta calidad. Intenta ponerla el delantero del Dortmund Matthew Amoah, pero no pasa de ser un jugador correcto. En defensa hay mucha voluntad y presencia física, pero sigue faltando salida de balón. La vuelta de Sammi Kuffour tras perderse gran parte de la fase de clasificación por un enfrentamiento con su seleccionador repercute en un plus de experiencia europea -algo muy necesario en las zagas africanas-, pero no parece que sea suficiente para competir en un grupo fuerte como este. Sería un sorpresón que se colaran en octavos.