Grupo F: ¿Brasil y quién más?

Este grupo se ha convertido en una especie de subasta donde lo único que está en juego es el segundo puesto. Si todo el mundo futbolístico señala a Brasil como gran candidata al título, está claro que a nadie se le pasa por la cabeza que no consiga quedar primera de su grupo. Así debería ser, aunque no es descartable que alguno de los tres partidos se le complique. En cambio, apostar por su acompañante en octavos de final es una tarea mucho más complicada. No hay grandes diferencias entre el nivel de Croacia, Japón y Australia, por lo que su lucha particular para llegar a octavos puede ser uno de los grandes atractivos de la primera fase. En un grupo que parece muy desequilibrado de entrada, no hay un solo equipo de los que no cuentan para nada. Cualquiera podría colarse en cuartos sin que fuera una sorpresa mayúscula.

Brasil: ¿Se puede decir algo nuevo sobre la pentacampeona del mundo y superfavorita a adjudicarse en Alemania su sexto titulo? Difícil. No es posible ni especular sobre su once, porque Parreira ya lo dio hace tiempo: Dida; Cafú, Lucio, Juan, Roberto Carlos; Emerson, Zé Roberto; Kaká, Ronaldinho; Ronaldo y Adriano. No hay dudas sobre el potencial ofensivo de un equipo que aúna calidad, imaginación y pegada en cantidades superlativas. No las hay siquiera sobre el sistema, pues tanto en las eliminatorias previas como en la Copa Confederaciones quedó claro que los cracks no se estorbaban. Quizá unos oscurecían a otros, pero no se puede ganar por 25-0. Hay incluso fenomenales opciones en el banquillo, con Juninho, Ricardinho y Robinho asegurando la profundidad de la plantilla. Lo único que puede generar cierta preocupación es el equilibrio. Zé Roberto no ha sido nunca un medio centro defensivo, pero aquí ejerce como tal. Las subidas alocadas de Lucio son sobradamente conocidas y los dos laterales no tienen ya 23 años como para recuperar la posición con velocidad tras sus incursiones. Juan Silvera es un central de nivel medio que no iría convocado en ninguna de las favoritas europeas al título. ¿Se puede por lo tanto sorprender a este Brasil? Sí. Con orden en defensa y enorme concentración para cerrar todos los espacios y no cometer errores. Saliendo al contragolpe con velocidad. Aprovechando que sus estrellas no tengan un día especialmente inspirado. El camino lo mostró México hace un año con un 0-1 memorable, también aquí en Alemania. Seguro que ese DVD lo han revisado todas las selecciones que quieren arrebatarle el campeonato a la canarinha. Y además se agarrarán a un dato: sólo en 1958 un Mundial celebrado en Europa se fue a otro continente. Brasil juega en territorio enemigo.

Croacia: Quizá por su papel en Francia 98 y por lo exótico de sus dos rivales, las apuestas señalan a la selección balcánica como la favorita para conseguir el segundo puesto del grupo. El rival de España en el amistoso de esta noche en Ginebra es un equipo correcto, con delanteros contundentes y cierta calidad en el centro del campo. Llega al Mundial con dos grandes debates en la opinión pública del país. El primero, sobre quien debe ocupar la portería. Tomislav Butina, Stipe Pletikosa y Joe Didulica ofrecen un nivel parecido y el seleccionador no se ha decidido aún. Señala que los tres tienen opciones y que hasta el día antes del debut no anunciará quién es el elegido. La segunda polemica genera mayor crispacion. A Zlatko Kranjcar le acusan de favorecer a su hijo Niko dandole una titularidad inmerecida. La prensa incluso acusa al centrocampista ofensivo del Hajduk Split de haber llegado a Alemania con algunos quilos de más. ¡Qué injusto! No tenía Croacia un jugador de su talento, que se ofrezca, que baje a recibir, que conduzca hacia la portería contraria, que desborde, que dé asistencias inteligentes y que hasta se convierta en una opción goleadora desde que la generación dorada del 98 conoció su ocaso. Si no jugara Niko, ¿quién dirigiría el juego de ataque del equipo? Habría sólo un plan: balones largos a Klasnic y a Prso, que saben manejarse bien e incordian a las defensas contrarias. Ahora hay dos. El equipo está además bastante equilibrado, con Tudor ejerciendo de pivote defensivo junto a Niko Kovac para apoyar a la línea de tres centrales. Y es que los dos carrileros largos, Babic y Srna, son casi extremos. Si Croacia decepcionó en Portugal, aquí debería mejorar. Sobretodo por la aparición de Klasnic y Kranjcar, marginados en la Eurocopa por el anterior seleccionador.

Japón: La selección nipona, según su delantero suplente Keiji Tamada, se encuentra "Lost in transalation". O sea, desorientada. Perdida en un país extraño en el que no entienden la lengua. Esa fue su explicación ante el pobre 1-0 con el que derrotaron a Malta y que destrozó las grandes esperanzas que había generado el 2-2, con baño de setenta minutos incluido, contra Alemania en Leverkusen. Hidetoshi Nakata cree que a este equipo le falta corazón. Zico considera que no tiene gol. Demasiada autocrítica para un conjunto muy solidario que sale al contragolpe con alegría, que combina con toques rápidos y que muestra un dinamismo que en Europa ya casi no existe. Es cierto que tiene sus lagunas. Básicamente, falta de contundencia en las dos áreas. Pero todo lo demás convence. Kaji es un lateral completísimo que quizá merece una oportunidad en Europa -sobretodo ante la alarmante crisis que vive esta posición especifica en el fútbol actual-, Nakata aporta madurez en el centro del campo, Nakamura es el talento puro que inventa las jugadas de ataque, Yanagisawa suple con movimientos imprevisibles su falta de gol y Takahara es lo más parecido a un definidor que ha conocido Japón en los últimos años. Y queda aún en la recámara la interesante opción de Ogasawara, algo así como el Beckham nipón por su calidad a balón parado. O Inamoto, el mejor en el Mundial 2002, que se ha estancado perdiendo la batalla del juego físico en Inglaterra. Con un 3-4-1-2 elástico, los hombres de Zico pueden ser la gran revelación de este Mundial. Falta que se lo crean y jueguen como saben.

Australia: Tuvo que llegar Guus Hiddink para conseguir que Australia volviera a un Mundial -de nuevo en Alemania, donde participaron por única vez en 1974-. Ya casi habían perdido toda esperanza. Tanto es así que solicitaron el cambio de confederación, pensando que la zona asiática les favorecería más. Se la aceptaron, pero en su última participación como selección oceánica eliminaron a Uruguay en la repesca que tantas veces se les había resistido. Y aquí están, dispuestos a hacer algo grande en el Mundial. Es este sobretodo un equipo duro, agresivo, que practica un fútbol muy directo. Estilo británico del más clásico. Bastante feo, pero a veces efectivo. Tiene a gente muy experta, como Lucas Neill, Mark Bresciano, Vince Grella o Brett Emerton. Saben lo que es competir al más alto nivel. Tim Cahill aporta la llegada desde segunda línea, Kewell pone el talento necesario -es casi el único- y Viduka pelea con el mundo entero. Con una receta tan simple, los "aussies" ya empataron en Rotterdam ante Holanda en un amistoso el pasado domingo. Hiddink, que nos volvió a todos locos el pasado Mundial intentando descifrar el sistema que empleaba con Corea, ha probado un 3-5-2 en algunos partidos, pero parece que acabará decantándose por un 4-4-2. El debut ante Japón -en un encuentro que ya no se podría dar en una primera fase en próximas ediciones- será decisivo. Para pasar sólo se permite una derrota, y más o menos se asume que esta llegará contra Brasil.