Las ligas empiezan empatadas

River había hecho el mejor fútbol del verano argentino, le había ganado dos veces a Boca y todos los críticos le colgaron el cartel de gran favorito del Clausura 2007. Los xeneizes parecían aún afectados por esa terrible definición del último torneo, aquel tricampeonato celebrado como si estuviera ganado antes de escaparse primero en Córdoba, después en casa ante Lanús y finalmente en el desempate en Liniers ante Estudiantes. Pero pese a esta enorme diferencia en lo anímico, ya se sabe que las ligas empiezan con todos los equipos con el contador a cero. Y que cuando rueda el balón de forma oficial, todo lo anterior sólo forma parte del pasado. Se demostró de nuevo este fin de semana en la jornada inaugural del campeonato argentino. Boca arrolló en la cancha de Rácing a Banfield con un 0-4 que incluso se quedó corto, dando una enorme sensación de equipo compacto que juega de memoria. En cambio, River se atascó jugando de local contra Lanús y sólo pudo gritar la victoria cuando Eduardo Tuzzio aprovechó un rechace en un córner en el minuto 91. Vuelta a la realidad: quien quiera ganar esta liga tendrá que pelearla desde ya.

Miguel Ángel Russo eligió la siguiente formación para el estreno de Boca: Caranta; Ibarra, Díaz, Maidana, Morel Rodríguez; Orteman, Battaglia, Banega, Cardozo; Palermo y Palacio. En total tres caras nuevas que no vivieron la decepción de diciembre: dos fichajes y un pibe que debutaba en el primer equipo con la responsabilidad de sustituir a Fernando Gago. Y lo hizo muy bien, aunque es pronto, claro, y el rival dio sensación de ser un equipo flojísimo. Pero los mejores fueron los que ya estaban. Cardozo y Palacio se asociaron de maravilla en la banda izquierda y el equipo desbordó una y otra vez con un juego colectivo maravilloso, con movilidad y ofrecimiento. Si a todo ello le sumamos la llegada de Riquelme -¿a quién sentará?-, es lógico que los hinchas de Boca confíen en borrar el recuerdo de Liniers con un nuevo título lo más pronto posible.

El Monumental estaba lleno para disfrutar con el equipazo de la pretemporada, pero el juego se evaporó con los últimos rayos de sol de la tarde de Buenos Aires. ¡Cómo le costó a River! Passarella formó con el siguiente equipo: Carrizo; Ferrari, Gerlo, Rivas, Tuzzio; Galván, Belluschi, Ponzio, Sambueza; Falcao y Farías. Con el juego trabado y escasas ocasiones, tiró de banquillo para intentar darle un aire nuevo al millonario, pero ni así. Ingresaron Marco Rubén -el fichaje que más ilusión generó-, Augusto Fernández y Víctor Zapata, pero fue Eduardo Tuzzio, jugando de lateral izquierdo, quien encontró la victoria con un disparo colocado y fuerte cuando el partido agonizaba. El estadio lo gritó, como el técnico, con pasión desmesurada. Pero la alegría no debe ocultar la realidad: River debe mejorar mucho si quiere ser campeón.