Y chutar y chutar

En el fútbol actual, en el que la táctica ha evolucionado tanto que continuamente asistimos a grandes exhibiciones defensivas de equipos auténticamente especializados en cerrar espacios y neutralizar el juego creativo del rival, el disparo lejano se ha convertido en una alternativa muy valiosa para romper los cerrojos. Este fin de semana, varios equipos muy importantes en el panorama europeo han conseguido goles decisivos de esta forma: Wesley Sneijder decantó el derbi de Madrid, Frank Lampard anotó el único tanto en el Chelsea 1-0 Portsmouth, Mohamed Sissoko adelantó al Liverpool de Benítez en Sunderland, Nani desequilibró el partidazo entre Manchester United y Tottenham y Alberto Aquilani puso el 0-2 para la Roma en Palermo. Todos desde fuera del área. Todos hicieron la diferencia en encuentros muy parejos. Chutar, intentarlo, probar... nunca es mala idea si se posee un buen disparo.

De todos ellos, nos vamos a detener en el zambombazo estratosférico del centrocampista portugués de origen caboverdiano del Manchester United. No es la primera vez que hablamos de Nani en este blog: ya le señalamos como una opción muy interesante de cara al mercado en febrero y aplaudimos luego a finales de mayo la valentía de los red devils al pagar tanto dinero por un jugador tan apetecible. Hoy ha causado impacto por primera vez desde que llegó a Inglaterra al conseguir el único tanto de un partido memorable. No será la última. Ya en el derbi de Manchester del pasado domingo dejó muy buena impresión y sólo los reflejos de Kasper Schmeichel -otra de las sensaciones del inicio de temporada en la Premier- impidieron que se estrenara como goleador. Hoy apareció para matar, para ganar el partido. Demostrando su categoría. En un encuentro jugado a un ritmo altísimo, con ocasiones claras para ambos equipos, con varios cracks sobre el terreno de juego -¡qué nivelazo el de Berbatov!-, el que dejó su sello en el marcador fue el ex del Sporting. Con un disparo sublime, enganchado con una clase tremenda, inventado con una claridad suprema. Muchos nos frotamos las manos pensando en la verticalidad y el talento que puede proponer por los costados un Manchester United con Nani por una banda y Cristiano Ronaldo por la otra. Su mal inicio debe responder a la casualidad y al infortunio: este equipo sólo puede estar muy arriba.

Esa agresividad que proponemos en el primer párrafo -esa invitación al disparo- debe entenderse exclusivamente en la forma de plantear el juego. Lo digo porque este fin de semana hemos asistido a escenas lamentables en los límites del terreno. En Rumanía, Ion Viorel Ganea ha agredido a un juez de línea en el partido Poli Timisoara-Rapid de Bucarest, y en Italia, el técnico del Catania, Silvio Baldini, propinó una patada en el trasero al entrenador del Parma, Mimmo Di Carlo, en los últimos minutos del partido que sus equipos estaban disputando en el Ennio Tardini. Ver para creer, pero sería mejor no haberlo visto.