Cuartos de lujo en la Copa Asia

No le habíamos dedicado hasta ahora atención alguna a la Copa Asia que se está disputando en cuatro países distintos y que inaugura mañana su ronda de cuartos de final. Entre la Copa América y el Mundial sub-20 -el domingo República Checa y Argentina se medirán en el partido que decidirá al campeón tras su empate en la primera fase- el torneo continental de la AFC había quedado relegado a un segundo o tercer plano, pero el cartel de sus últimas rondas se convierte en un reclamo que no se puede pasar por alto. Cuatro selecciones mundialistas se verán las caras en dos partidos apasionantes (Japón-Australia e Irán-República de Corea) y los otros dos presentan también puntos de interés. El Arabia Saudí-Uzbekistán, para comprobar si los ex soviéticos siguen soñando con un título que apagaría el dolor de ese penalti de Tashkent, quizá la decisión arbitral y federativa más inexplicable que se ha tomado en los últimos años. El Vietnam-Iraq, por su contenido político innegable al enfrentar a dos países que comparten un agudo sentimiento antiamericano.

Japón y Australia ya se enfrentaron en el último Mundial. Fue en Kaiserslautern, en un partido que empezó con un extrañísimo gol de Nakamura y que terminó con Tim Cahill de protagonista en la remontada aussie. Pero un año después, se han producido cambios en ambos equipos. De entrada, en los banquillos. Los ilustres Hiddink y Zico dejaron sus cargos después de la cita de Alemania y fueron reemplazados por Graham Arnold e Ivica Osim. Entre los jugadores, de los 14 oceánicos que jugaron ese día siguen 11 en el equipo (faltan Moore, Chipperfield y Kennedy), mientras que de los nipones sólo repiten seis (Kawaguchi, Komano, Takahara, Nakamura, Tsuboi y Nakazawa). Aunque en realidad, los que marcan las diferencias siguen siendo los mismos. Quizá por el papel titubeante de Australia en la primera fase -sumó un punto en los dos primeros partidos ante Oman e Iraq-, su técnico da como favoritos a los japoneses, aunque ese precedente habla claramente de la igualdad entre ambos equipos -el partido estuvo muy parejo y se decidió en el tramo final-.

En Corea, a los que estamos algo desconectados de lo que se cuece en el fútbol de ese país nos llama la atención la ausencia de Park Chu-Young en la convocatoria del técnico holandés Pim Verbeek. Sin embargo, las referencias hablan de un importante bajón en su nivel de juego en el último año y medio, por lo que su descarte no debe sonar tan extraño. El que fuera gran estrella de la selección sub-20 en Holanda 2005 y número 10 de la absoluta en Alemania 2006 se ha quedado en casa viendo como el dorsal del talentoso se lo asignaban a Lee Chun-Soo. No fue la única baja de peso en la lista del seleccionador: Ahn Jung-Hwan, el héroe ante Italia en 2002, tampoco está. Y hasta ahora, los sustitutos no están haciendo olvidar a las estrellas despreciadas: Corea ha marcado sólo tres goles en sus tres partidos de la fase de grupos y se metió por los pelos al ganarle a Indonesia por 1-0. No tendrán por lo tanto el cartel de favoritos ante una selección iraní que se presentará con varios jugadores experimentados en el fútbol europeo -Hashemian, Teymourian, Nekounam, Rezaei, Zandi, Mahdavikia, Karimi-. Por cierto, su niño prodigio Hosein Kaebi -lateral derecho ofensivo que con 21 años ya acumula 55 internacionalidades absolutas- también jugará la próxima temporada en nuestro continente al haber firmado por el Leicester City.

Menos glamouroso será el Arabia Saudí-Uzbekistán, ya sin Al-Jaber en el equipo árabe pero con algunos futbolistas de buen nivel como Khadiri o Al-Qahtani. Shatskikh, autor ya de tres goles en lo que llevamos de torneo, será la referencia arriba en el bando contrario, aunque podría recibir el apoyo de un Geynrikh que puede haberse ganado la titularidad tras su aportación en la segunda parte en la decisiva victoria ante China. El encuentro que no presenta prácticamente a ningún nombre conocido a nivel internacional es el Iraq-Vietnam. Hawar Mohammed y Younis Mahmoud destacaron en los Juegos Olímpicos de Atenas -donde su equipo cosechó un sorprendente cuarto lugar-, aunque no han alcanzado grandes cotas de popularidad fuera de su continente. En cuanto a Vietnam, todo está por descubrir. De momento se han convertido en el único de los cuatro países organizadores que ha alcanzado los cuartos de final. Y esto ya supone una muy buena nota en su currículum.