jueves, agosto 31, 2006

¿El dinero o el mejor?

Decía Soccernet esta mañana -hasta que el posible doble fichaje de Javier Mascherano y Carlos Tévez por el West Ham le ha arrebatado la portada- que el desenlace del "caso Ashley Cole" sería lo más interesante de este "deadline's day". Por una subjetiva razón de afinidad hacia el Arsenal estoy casi absolutamente de acuerdo, aunque habrá ingredientes de sobras para que nos divirtamos con muchos otros asuntos hasta que llegue la medianoche. Llegados a esta hora y sin tener muy claro cómo se resolverá el asunto, la pregunta que flota en el aire es la siguiente: ¿qué le conviene más al equipo de Wenger? ¿Que Cole se vaya o que Cole se quede? Dicho de otra forma: ¿un dineral para reforzar otras áreas del equipo o seguir contando con el mejor lateral izquierdo del mundo?

Si Ashley se va, el Arsenal sabe que no encontrará a un sustituto de su nivel. Pero, puede pensar Wenger, el lateral izquierdo es un puesto marginal en un equipo de fútbol, donde se puede pasar con un jugador correcto si el resto del equipo es de campanillas. Gael Clichy -que no Justin Hoyte- ocuparía sobradamente ese papel una vez recuperado de su lesión. El propio Hoyte y Mathieu Flamini serían los recambios de emergencia, algo que, visto el rendimiento del centrocampista francés la temporada pasada, tampoco es como para tirarse de los pelos. Y si con el dinero procedente de Stamford Bridge se puede fichar a un central de garantías o a un delantero matador, el negocio sería redondo. Pongamos que llega Gallas. El problema del eje de la zaga quedaría resuelto -junto a Kolo, Djourou y Senderos el puesto estaría bien cubierto- y además habría un comodín de lujo para jugar con los dos laterales. Estaríamos, por lo tanto, ante una excelente operación.

Si Ashley se queda, Wenger podrá contar de nuevo con el mejor lateral zurdo del mundo. Con una garantía absoluta, uno de aquellos jugadores que saben convertirse en protagonistas de los partidos pese a partir desde una posición secundaria. Excelente defendiendo, fantástico atacando. El único problema radicaría en su implicación: quiere irse porque está molesto con el club porque no le defendió cuando fue descubierta su reunión secreta con el Chelsea. Es más, lo ha publicado en una autobiografía que pronto verá la luz. Superar estas tensiones será complicado, aunque con un esfuerzo por ambas partes podría conseguirse -sobretodo si recordamos que Ashley es el único integrante de la primera plantilla que ha salido de la cantera del club de Islington-. Parece que si él sigue no llegará nadie más en la zona defensiva -algo que indudablemente urge-, lo que provocaría un importante déficit para afrontar todas las competiciones.

Aunque cualquier resolución tendría su apartado positivo, parece que dada la situación actual, lo mejor para el Arsenal es vender a su lateral izquierdo titular. La pregunta que encabeza este post no siempre tiene la misma respuesta. Con Henry, cualquier hincha gunner se habría quedado con el mejor. Ahora, con un Ashley rebelde y otras posiciones más prioritarias en el equipo, la elección de muchos es el dinero.

miércoles, agosto 30, 2006

La huella de O'Neill

Decíamos en el artículo previo al inicio de la Premier League que todo lo que había ocurrido este verano hacía presagiar una mala temporada para el Aston Villa. Todo menos un detalle que era capaz de neutralizar los efectos negativos de los demás: la llegada del gran Martin O'Neill, el milagroso entrenador norirlandés que fue capaz de llevar al modestísimo Leicester City a competiciones europeas y que acabó con el escandaloso dominio del Rangers en Escocia convirtiendo de nuevo al Celtic en la primera fuerza del territorio. Al principal equipo de la segunda ciudad de Inglaterra no había llegado ni un solo fichaje cuando empezó la temporada. El técnico David O'Leary había sido cesado a mediados de julio. Y la tendencia depresiva, instalada en el ánimo de unos aficionados demasiado acostumbrados a que su histórico club flirtee últimamente con la mediocridad, empezaba a extenderse a los jugadores. Pero de repente llegó Martin y su entusiasmo fue pasando como un rayo de electricidad por todos los estamentos del club. Con la misma plantilla que danzó peligrosamente con el descenso, el estratega de Kilrea -pequeño pueblo cercano a Derry/Londonderry de amplia mayoría católica- ha conseguido siete puntos en los tres primeros partidos. Es aún muy pronto, pero en Villa Park se vuelve a respirar ilusión después de muchos años de apatía.

O'Neill, que en sus tiempos en el Leicester y en el Celtic acostumbraba a formar con un 3-4-1-2, se ha amoldado a las características de su nueva plantilla y ha preferido un 4-3-3 con dos extremos muy abiertos en sus tres primeros partidos oficiales al frente de los villanos. Como en todos sus equipos, el orden y la firmeza defensiva son admirables. En el empate en el Emirates Stadium, el Villa recordó aquel Celtic que empató dos veces en el Camp Nou plantando murallas infranqueables. Otro signo de identidad es convertir el campo propio en un fortín, y por ahora no se ha escapado ningún punto: 2-1 al Reading y 2-0 al Newcastle. El eje central de la defensa Mellberg-Ridgewell (otro joven que hay que apuntar como futurible de la selección) es sólido como pocos y recibe el apoyo del primer muro que conforman McCann, Davies y Barry. Los jóvenes Luke Moore y Gabriel Agbonlahor están causando sensación con sus escurridizas carreras por las bandas, mientras que Juan Pablo Ángel vuelve a sentirse goleador como referencia consolidada en punta. Incluso Milan Baros tendrá difícil hacerse un hueco cuando se recupere de su lesión. La llegada de Stilian Petrov, confirmada hace apenas unas horas, supone el primer refuerzo del verano y un ingrediente más para que O'Neill construya el Villa del futuro.

martes, agosto 29, 2006

Fin de semana cósmico

Tuvo la pasada jornada futbolística tres grandes partidos de los que son recordados durante muchos años. Que por su marcador y desarrollo se escapan de lo habitual y cobran una dimensión casi universal. El 1-7 de Boca en el Nuevo Gasómetro ante San Lorenzo, la remontada del Inter ante la Roma en la final de la Supercoppa y la eliminación de la Juve en San Paolo tras un dramático empate a tres con el Napoli. Nos conformaríamos con presenciar un duelo de este nivel cada semana, pero en dos días nos obsequiaron con tres. A cuál mejor.

Se ha hablado mucho de las opciones de este Inter y se ha respondido desde varios sectores -aquí me incluyo- que su indefinición futbolística y dispersión grupal levantan dudas sobre sus opciones reales de conquistar los grandes títulos a los que sí parece optar esta temporada. Una gesta como la del sábado puede ayudar mucho a unir un vestuario frío y tormentoso y el ataque desesperado que requería la situación le puede sugerir a Mancini que la mejor forma de jugar con los futbolistas de los que dispone es ir de frente sin miedo. La Roma del primer tiempo se asemejó al equipo que tan bien acabó la pasada campaña, saliendo con velocidad, tocando con precisión y llegando de maravilla desde segunda línea -Aquilani se puede revelar como un auténtico especialista en estas acciones-. Pero luego se echó atrás de forma descarada, defendiendo casi en el área pequeña, y permitió que el huracán de fuerza y talento en el que se convirtió el Inter fuese acercándose en el marcador hasta voltearlo absolutamente. Mención especial merece un Luis Figo que no sólo anotó el definitivo 4-3, sino que además dio un recital de centros medidos y asumió un protagonismo que casi le habíamos olvidado.

El Napoli-Juventus de la tercera ronda de Coppa suponía, además de un aperitivo del gran duelo que vivirán los dos favoritos de la Serie B a lo largo de la temporada, el mejor encuentro del domingo en todo el Planeta Fútbol. Las alternativas en el marcador fueron constantes y las tres ventajas se fueron neutralizando hasta llegar a una eterna tanda de penaltis que se resolvió a favor de los locales, lo que supone que la Juve no ganará ningún título esta temporada... y que estará dos años sin disputar competiciones europeas. Dos conclusiones se sacan a simple vista del partido: Deschamps está dispuesto a amarrar incluso más que Capello cuando los partidos lo requieran -jugó con un trivote formado por Paro, Giannicheda y Cristiano Zanetti, sólo con Bojinov arriba- y Alessandro Del Piero sigue siendo el jugador básico del equipo -salió desde el banquillo y marcó dos goles-.

En Argentina, San Lorenzo y Boca disputaban un clásico de Buenos Aires que suele estar marcado por la igualdad, pero que esta vez confirmó la gran superioridad de los xeneizes en el Apertura. El equipo de Basile no se cansa de ganar, tiene todos los movimientos automatizados y es una máquina de pegar: toca, llega y remata sin compasión. Ya se pueden haber ido Bilos -al Saint-Etienne- o Insúa -al Monchengladbach-, que el bloque parece no entender de nombres. O quizá sí: Palacio se sigue moviendo a las mil maravillas, Palermo vuelve a ser el goleador de antes y Gago maneja los partidos con una maestría que pide a gritos un salto a Europa. Cierto es que San Lorenzo defendió de pena, pero nadie parece capaz de detener a un campeón imperial que se pasea por los estadios. Mantener el nivel que deja "el Coco" para sentarse en el banquillo de la albiceleste será un reto complicadísimo incluso para un fantástico entrenador como Ricardo La Volpe.

lunes, agosto 28, 2006

El alumno retrasado

En 2004, Francia se proclamó campeona de Europa en categoría sub-17 con una generación maravillosa que aprovechó su condición de local y se impuso en la final de Chateauroux a una España dirigida por Cesc Fàbregas y Gerard Piqué. En esa selección destacaba por encima de todo el tridente ofensivo formado por Jérémy Menez (Sochaux), Samir Nasri (Marsella) y Hatem Ben Arfa (Lyon), tres promesas a las que se auguraba un futuro maravilloso. Los pronósticos se están cumpliendo lentamente, ya que todos ellos debutaron en primera división a corta edad y ya forman parte de sus respectivos equipos profesionales -Menez ha fichado este verano por el Monaco- pese a no llegar aún a los veinte años. Pero sorprendentemente, se les está adelantando el cuarto delantero de aquel equipo "bleu", el atacante al que relegaban al banquillo y que apenas dejó huella en el campeonato. Se trataba de Karim Benzema, que pese a formar parte de la misma generación del 89, quizá acusó los meses de diferencia -es de diciembre- que sí pueden tener su incidencia en categorías inferiores. Hoy, Benzema goza de más minutos en el Lyon que Ben Arfa, y tras su doblete de ayer en Niza saliendo desde el banquillo se ha situado en los primeros puestos de la tabla de goleadores de la Ligue 1. Su adaptabilidad a los tres puestos de ataque en el 4-3-3 de Houllier supone una ventaja y hay quien ya sueña con que el joven canterano se convierta en el goleador de raza que le falta al OL para poder competir con los mejores del continente.

El alumno retrasado que ya aventaja a sus compañeros ha sido el gran protagonista de una jornada francesa que confirma las aspiraciones de un Marsella muy sólido que aguanta el tirón del campeón y que sigue en cabeza de la tabla. Aunque Maoulida-Pagis pueda parecer una pareja indigna del equipo más popular de Francia, el rendimiento que están dando ambos es incuestionable, así como el del senegalés Niang. Hoy se había atascado el encuentro ante el sorprendente Le Mans, pero Habib Bamogo apareció desde el banquillo para desbloquear la situación. Aunque lo más llamativo de este OM es su defensa: su portería está intacta tras cuatro jornadas, con gran mérito de la joven pareja de centrales formada por el esloveno Bostjan Cesar y el ex del Caen Ronald Zubar. Parece improbable que el equipo de la Côte d'Azur plantee batalla al Lyon hasta el final, pero su buen inicio deja abierta la esperanza de que la liga no quede sentenciada en la primera vuelta. A ello puede contribuir también un buen Saint-Etienne que ha ganado al Lens con un espectacular Pascal Feindouno.

jueves, agosto 24, 2006

Un miércoles de ciencia-ficción

Todo transcurría según lo previsto. En la Champions los favoritos cumplían con el trámite, algunos con cierta desidia, conscientes de que sus eliminatorias habían quedado sentenciadas en los partidos de ida. En la Premier el Chelsea ganaba en Middlesbrough y escondía el balón camino de otro previsible triunfo siguiendo al pie de la letra el libreto de José Mourinho. Pero de repente, en una hora futbolística que rozó la locura, ocurrió lo impensable. El Ajax se quedó fuera de la fase final del máximo torneo continental de forma increíble y el Chelsea se dejó remontar en Riverside concediendo facilidades en defensa.

El Ajax lo tenía todo a favor para noquear al Koebenhavn. Se traía un 1-2 de la capital danesa y formaba con su once de gala -un equipo repleto de juventud y talento al que echaremos de menos en la Champions-. Ten Cate mantenía el 4-3-3 de la temporada pasada, aunque quizá sea más exacto señalar que reproducía el esquema de Rijkaard. Gabri era titular en el centro del campo y estuvo muy presente en el desarrollo del juego, rozando el gol en tres oportunidades. Parecía que el 1-0 era cuestión de tiempo, pero la mala puntería y el portero Christiansen lo impedían. Así se llegó al segundo tiempo. Y de repente, en una jugada aislada a balón parado, Silberbauer situó un inquietante 0-1 en el marcador del Arena. Otro gol suponía la eliminación ajaccied, pero vista la superioridad de los holandeses esta posibilidad seguía antojándose muy remota. Pero en la jugada desgraciada de lo que llevamos de temporada, Vermaelen rechazó un centro a baja altura y su globo se acabó colando en la portería del desorientado Stekeleburg. Siguió el acoso desesperado, pero hasta Huntelaar estaba gafado: su remate de cabeza sin portero se fue al larguero. Y sin que nadie diese crédito, terminó el partido. Se había consumado la gran sorpresa de la fase previa.

Siguen los cuentos de fantasía: en agosto, el Chelsea ya ha perdido su primer partido de Premier. Como comentaba en el primer párrafo, tenía la victoria muy cerca tras otra actuación profesional -con estreno de Shevchenko- en la que, quizá, la única novedad había sido su incapacidad para matar el partido con un segundo tanto. Pero no nos engañemos: muchas veces, sobretodo fuera de casa, los "blues" se conforman con un margen ínfimo que saben defender a la perfección. Pues hoy han debido sufrir la pájara del año, porque el Boro aprovechó dos errores infantiles del centro de la defensa para remontar el encuentro. Pogatetz remató completamente solo ante el marcaje con la mirada de Ricardo Carvalho y Viduka resolvió un pequeño barullo en el área después de que ninguno de los tres defensas del Chelsea que estaban cerca del punto de penalti pudiera despejar el centro de Downing. Mourinho tuvo que felicitar por primera vez a un técnico rival -el debutante Southgate- y peor será su enfado cuando vea por televisión la segunda exhibición de la temporada de un United espectacular que goleó en el campo del Charlton (0-3).

Más lógico fue el final de esa extraña película que suponía la presencia de la Juve en la previa de Coppa. Aunque empezó perdiendo, el equipo de Deschamps se acabó imponiendo por 1-2 al Cesena. Su once titular es digno de Champions: Buffon; Balzaretti, Kovac, Legrottaglie, Chiellini; Marchionni, Giannichedda, Cristiano Zanetti, Nedved; Trezeguet y Bojinov. Con Camoranesi y Del Piero empezando en el banquillo. Lo dicho, para pasearse en la Serie B.

miércoles, agosto 23, 2006

La Juve juega la previa... de la Coppa

Mientras Europa define a los dieciséis equipos que completarán el cuadro final de la Champions -tras los resultados de ayer no faltará ninguno de los favoritos-, la Juve viaja hoy a Cesena para disputar su partido de segunda ronda de la Coppa de Italia. Considerando que los ocho primeros clasificados de la pasada edición de la Serie A -con las reducciones computadas, obviamente- se incorporarán en los octavos de final -cuarto turno-, podemos calificar la presente eliminatoria como una fase previa. Son las primeras consecuencias del Moggiopoli, los primeros indicios de que todo aquello que parecía una pesadilla es real. Por mucho que se froten los ojos, los hinchas bianconeros se verán luchando por derrotar al sexto clasificado de la última Serie B... mientras el Chievo intenta remontar ante el Levski para meterse en la liguilla de grupos de la máxima competición continental.

No será el debut de la nueva Juve de Deschamps, que ya se estrenó con un 0-3 al modesto Martina en la primera ronda del torneo el sábado pasado. Viendo el once que presentó ese día el técnico francés y la convocatoria para el partido de esta noche, parece claro que la mayor institución futbolística de Italia no debería tener demasiados problemas para ascender en su primer intento. Por mucho que tenga que empezar con 17 puntos menos, finalizar entre los seis primeros es un objetivo más que alcanzable. Algunos de los fichajes realizados son del nivel de un grande de Europa -Bojinov, Marchionni-, por no hablar de los cracks que se han quedado -Buffon, Camoranesi, Nedved, Del Piero, Trezeguet-. Quizá sólo el Napoli pueda aspirar a quedar por encima del gigante turinés en la Serie B 2006-2007. Y es que la pasada temporada, el campeón Atalanta -que ascendió con varias jornadas de adelanto- se dejó 45 puntos en todo el torneo. Más que una piedra en el camino, la sanción actuará como aquellas zapatillas nuevas que al principio molestan un poco pero que, con el tiempo, se adaptan a los pies con absoluta normalidad.

lunes, agosto 21, 2006

De Mozart a Red Bull

Uno de los debates más intensos en los últimos años en el entorno del Barça ha sido el asunto de la publicidad en la camiseta. Para muchos, ingresar importantes cantidades de dinero por introducir un logotipo comercial en la elástica del primer equipo significa manchar el uniforme, pervertirlo, dañar la impoluta tradición de un club que quiere mantenerse ajeno a todo aquello que no responde a sus señas de identidad. Los seguidores de esta comprensible y respetable postura deben escandalizarse cuando escuchan el caso del Salzburgo, el equipo que mañana amenaza con complicarle al Valencia el acceso a la fase final de la Champions League. El equipo de la ciudad de Mozart lo ha vendido todo a cambio de la promesa del éxito. Como si de un pacto con el diablo se tratara, renunció a su escudo, a sus colores, a su nombre y a su historia para que llegaran futbolistas y entrenadores cuya presencia en la liga austriaca era un sueño imposible años atrás. Y aunque las perspectivas futbolísticas son buenas, gran parte de los aficionados que siempre apoyaron al equipo se niegan a acudir al estadio y a celebrar los nuevos triunfos.

La empresa de bebidas energéticas Red Bull compró el histórico SV Austria de Salzburgo el 6 de abril de 2005. Aunque anteriormente la entidad ya había cambiado su nomenclatura debido a otros patrocinadores -algo muy común en el fútbol austriaco-, nunca había mostrado una voluntad tan clara de renunciar a su pasado. La nueva compañía propietaria declaró tras la compra que este era "un nuevo club que parte desde cero, que no tiene ninguna historia". La traumática sustitución del clásico uniforme violeta por otro blanco y rojo provocó una profunda división en la afición y hasta surgieron grupos que se declararon en rebeldía y refundaron el club con su nombre antiguo. La primera temporada terminó en un segundo puesto en liga que representó una sensible mejora con respecto a anteriores campañas, pero evidentemente no fue suficiente para los nuevos rectores, ansiosos de darle alas a su equipo de fútbol. Así que se pusieron a trabajar y gestaron una auténtica revolución que ha generado un enorme impacto en el país centroeuropeo. Llegaron Giovanni Trapattoni y Lothar Matthäus en la dirección técnica, así como futbolistas del prestigio de Niko Kovac, Johan Vonlanthen o Christian Tiffert -que se unieron a los experimentados Alexander Zickler y Thomas Linke, ya en el equipo desde el año anterior-. Con todos ellos, el sueño de jugar la Champions se ha convertido en un objetivo factible, por mucho que el Valencia siga siendo favorito para remontar mañana en Mestalla. Ocurra lo que ocurra, habrá aficionados al fútbol que celebrarán el resultado dentro de veinticuatro horas en las calles de Salzburgo. Y es que hay quien no puede asumir que el nombre de una ciudad acostumbrada a que la asocien con uno de los músicos más grandes de todos los tiempos vaya acompañado ahora de la marca de una bebida que muchos jóvenes utilizan para mezclar sus cubatas en cualquier discoteca del mundo.

domingo, agosto 20, 2006

La tarde de los clásicos

Con Paul Scholes y Ryan Giggs asumiendo un papel importante en el centro del campo, el Manchester United ha recordado a su magnífica versión de finales de los años 90, cuando cualquier equipo que pasaba por Old Trafford se llevaba una goleada e incluso los que no sentíamos excesiva simpatía por los "Red Devils" acabábamos disfrutando con su juego. En una enorme demostración de velocidad y contundencia en ataque, los hombres de Ferguson han apabullado al Fulham con una facilidad escandalosa (5-1). Wayne Rooney y Cristiano Ronaldo quizá protagonizaran una historia de desamor el pasado mes de julio, pero una vez reconciliados pueden convertirse en la pareja más excitante del fútbol mundial. No sólo eso: son capaces de obrar el milagro de que Louis Saha consiga hacer olvidar a Ruud van Nistelrooy.

Más que obra maestra de videoteca, lo del Chelsea fue una película repleta de tópicos, bien ejecutada pero sin nuevas aportaciones. Todos los espectadores se fueron con la sensación de que ya la habían visto más de una vez. Las victorias rutinarias del equipo de Mourinho transmiten una insoportable sensación de fatalidad: se anuncian en el destino y deben cumplirse de forma inexorable mientras la mayoría de testigos las contemplan con desgana. Si la filosofía se explicara con fútbol, este 3-0 al Manchester City sería un buen ejemplo del mito del eterno retorno de Nietzsche. Para acentuar su carácter repetitivo, marcaron los clásicos: Terry, Lampard y Drogba. Sólo queda un consuelo para los amantes de las nuevas emociones: pocos equipos tan limitados como el de Stuart Pearce desfilarán esta temporada por el Bridge.

sábado, agosto 19, 2006

Inicio inesperado

Suele ser bueno que un campeonato empiece con sorpresas. Que los pequeños arañen buenos resultados ante los grandes es sinónimo de competitividad, una señal de que la liga tiene un nivel general bastante alto y un anticipo de diversión asegurada. El problema quizá sea que los que han pinchado en esta primera fecha son precisamente dos de los aspirantes a acabar con la tiranía del Chelsea, que mañana puede sacarle ya dos puntos a Liverpool y Arsenal... y cinco el próximo miércoles -pues los dos tienen previa de Champions y se aplazan sus partidos de Premier-.

El Sheffield United desprende sabor a historia y su nombre evoca a aquellos tiempos en los que el último podía ganarle al primero. Bramall Lane transmite espíritu y parece dispuesto a catapultar a sus limitados futbolistas para que puedan pelear contra los rivales superiores. Así es como el máximo favorito al descenso ha conseguido un meritorio empate a uno ante ese Liverpool que encandiló en la Community Shield. Aunque hay que puntualizar algunos detalles. Las rotaciones que tanto gustan a Benítez pueden vulgarizar las alineaciones. Cuando juegan demasiados secundarios juntos el nivel del equipo baja alarmantemente. El once del Liverpool de esta tarde en Sheffield no es digno de un aspirante al título. La presencia de Kromkamp, Sissoko y Zenden en la plantilla ya es discutible, pero su coincidencia en el once titular resulta negativa para el conjunto. Robbie Fowler está a años luz del delantero letal que fuera en sus tiempos de mito de Anfield, y por mucho que duela hay que reconocer que no puede ser titular en un club de primer nivel. Y aunque las lesiones condicionaron las sustituciones del técnico español, resulta poco comprensible que los "reds" terminaran con un único delantero en un campo en el que los tres puntos parecían obligatorios. Hubo también un error inexcusable en el gol de los "blades", ya que el delantero centro Rob Hulse remató absolutamente solo. El empate final puede considerarse pues como un resultado justo, ya que ningún equipo mereció llevarse la victoria -algo que debe preocupar a Rafa Benítez-.

Muy distinta fue la historia en el Emirates Stadium. El Arsenal disfrutó de una posesión de balón escandalosa, pero careció de profundidad y determinación. Como si dispusiera todo el tiempo del mundo, se dedicó a tocar y tocar, pero, como en tantas otras ocasiones, fue incapaz de matar. El gol en contra concedido en una mala salida de Lehmann provocó cierta ansiedad ante el muro planteado por el Aston Villa, que recordó enormemente esas numantinas defensas del Celtic de O'Neill en el Camp Nou. La mano del fantástico entrenador de Belfast ya se ha apreciado en un equipo sin fichajes que estuvo impecable en cuanto a orden y esfuerzo. Pero pese al empate, la tarde de hoy debe ser recordada por una buena noticia: el debut de Theo Walcott en la Premier League. Su entrada provocó una euforia desmedida que se contagió en el campo y que acabó derivando en el tanto de la igualada. Su frescura, su descaro, su velocidad, su atrevimiento y su calidad volvieron locos a la defensa y al público, que hoy supo que nada de lo que se había escrito sobre el ex del Southampton era exagerado. De los otros jóvenes que se examinaban, Hoyte se mostró discreto -está claro que no puede ser el recambio de Ashley Cole- y Djourou fue el mejor de la defensa -no es descabellado pensar que mantendrá el puesto de titular-. Sobra decir que Henry estuvo muy gris, porque de lo contrario no se habrían escapado dos puntos que quizá los "gunners" lamenten en el futuro.

viernes, agosto 18, 2006

La Premier que estábamos esperando

Para aquellos que nos enganchamos a las ligas extranjeras con el fútbol inglés, el inicio de la Premier League a mediados de agosto representa cada verano una fecha esperadísima. Estarán terminando las vacaciones, pero todo tiene su compensación: vuelve el fútbol puro, el del ritmo frenético, el de la pasión inacabable, el del sabor auténtico. Llegó la hora: mañana se inicia la edición 2006-2007 de nuestro espectáculo favorito. ¡Ya no más sábados sin Premier!

Parece obvio: el Chelsea es el gran favorito. Porque ganó las dos últimas ligas con suficiencia y porque de los grandes es el que se ha reforzado mejor. Pero se alberga en todos los rincones del planeta la secreta esperanza de la competitividad. Ganar fácil tiende a aburrir, tiende a la relajación, tiende al dejarse llevar. Perder siempre aumenta la rabia, las ganas locas de acabar con el tirano. Ese es el deseo de Arsenal, Manchester United y Liverpool, los "outsiders" que completan el ya clásico cuadrado de aspirantes. Pero habrá más: clubes de nombre grande abonados a la depresión deseosos de volver a codearse con el "establishment". Son los Newcastle, Aston Villa y ese Tottenham que ya dio un primer paso firme el curso anterior. Y tendremos la apasionante lucha por la supervivencia, con novatos descarados intentando condenar de una vez por todas a aquellos especialistas de la media tabla, a esos Charlton que no se sabe cómo pero nunca acaban sufriendo. Estos son los veinte protagonistas de la Premier 2006-2007:

Chelsea: El tándem Mourinho-Abrahamovic ha vuelto a realizar los mejores fichajes del campeonato. Por fin llega un delantero de clase mundial al Bridge, un hombre capaz de pelearle a Henry el trofeo de máximo goleador y que pueda moverse por encima de los veinte tantos. Andrej Shevchenko cubre un hueco que, para muchos, era lo que separaba a los "blues" de la gloria europea. Y aunque otras voces pedían a un talentoso imaginativo en la zona de tres cuartos de campo, el centrocampista que ha aterrizado en Londres responde a ese perfil de llegador que tanto gusta al técnico luso: Michael Ballack. Excelente rematador de cabeza y golpeador de balón, las dudas las genera su notable parecido en posición y características con Franck Lampard. Con John Obi-Mikel y Salomon Kalou, el Chelsea se lleva también dos de las mayores promesas del fútbol africano. Su aportación, aunque no en un papel principal, puede ser importante en una temporada tan larga. Quizá lo novedoso del verano sean las excesivas salidas. Mou se ha desprendido de Del Horno, Duff, Gudjohnsen y Crespo, jugadores de bastante peso. Especialmente debilitada queda la posición del lateral izquierdo, con Bridge como único efectivo natural -y no muy del agrado del entrenador- y con Gallas deseoso de marcharse. Aunque las negociaciones parecen rotas, la llegada de Ashley Cole sigue antojándose probable. Su fichaje cerraría un equipazo que inicia el curso como favorito indiscutible.

Manchester United: La escasez de medios centros de nivel mundial condenó a los "red devils" a despedirse de los grandes trofeos antes del pasado mes de enero. Parecía obvio que en esa posición centraría Alex Ferguson todos sus esfuerzos en el mercado veraniego para dotar a su buen equipo -que hizo un tramo final de campeonato admirable y digno de campeón- de esas pequeñas piezas que le faltaban para pelear con el todopoderoso Chelsea. Pero no llegaba nadie y la preocupación se instaló en la hinchada. Finalmente firmó Michael Carrick, quizá el mejor medio centro puro de Inglaterra. Pero el veterano entrenador escocés sabe que con uno no basta y que, una vez capturado el talentoso, falta alguien que aporte músculo. Han sonado Diarra, Senna y Hargreaves, con el del Bayern como principal candidato a día de hoy. Si finalmente llega un perro de presa, el equipo estará muy compensado y perfectamente capacitado para aspirar a todo. Pero, ¿para ganarlo? El traspaso de Ruud van Nistelrooy, en otra decisión de Ferguson que obedece más a motivos personales que futbolísticos, deja al equipo sin su mayor garantía goleadora. Un delantero de clase planetaria -suena Tévez- resolvería todas las dudas y dejaría al United absolutamente preparado para la batalla.

Liverpool: Quizá por sus repetidos triunfos ante el Chelsea en torneos coperos, el equipo de Benítez es, a ojos de grandes sectores de los ambientes futbolísticos británicos, la alternativa más clara al campeón. Es cierto que se ha reforzado bien y que puede competir con los mejores, pero la duda es si tiene el suficiente "punch" para ganar ese tipo de partidos que se atascan. O sea, para no dejarse puntos tontos, que es lo que le ha situado a océanos del líder en las dos últimas temporadas. Con Bellamy y Kuijt -a punto de firmar-, la delantera de Anfield va a tener más frescura y capacidad de improvisación. Pennant va a aportar talento y asistencias desde la banda derecha, donde el técnico español se ha visto obligado a utilizar demasiados parches desde su llegada. Mark González y Fabio Aurelio configurarán un perfil zurdo muy ofensivo -donde, no lo olvidemos, ya estaba Riise- y el fichaje de Gabriel Paletta parece un acierto enorme al capturar antes que nadie a uno de los centrales más importantes del futuro. Si nos fijamos en el escaso rendimiento que dieron la pasada temporada los que ahora se van -Morientes, Cissé, Hamann, Traoré-, acabaremos concluyendo que los movimiento en los despachos han sido muy productivos para los "reds". ¿Tanto como para superar al Chelsea? Difícil. Pero al menos, tanto como para intentarlo.

Arsenal: Resulta complicado calibrar las posibilidades reales de los "gunners" en la nueva edición de la Premier. Excelsos en la pasada Champions y mediocres en el torneo doméstico, Wenger debe buscar la regularidad para poder subirse al tren de la liga con la intención de llegar hasta la última estación. Y eso es muy complicado cuando los dos atributos que mejor definen a este equipo son la juventud y el talento. Parece obvio que en el Emirates Stadium -paso adelante en cuanto a practicidad y ambición, paso atrás en romanticismo y espíritu- se verá de nuevo lo más atractivo que nos pueda ofrecer el torneo, pero los cachorros del viejo zorro alsaciano deben aprender a competir en batallas físicas y ante centrocampistas fuertes y duros -en Bolton, en Blackburn, en Portsmouth... en esos campos donde el año pasado se perdieron todas las opciones-. Rosicky, único fichaje por el momento pese a que Wenger promete uno o dos más, se suma a esa colección de finísimos tocadores capaces de dibujar el fútbol combinativo y veloz más alegre del planeta. No hay dudas en la parcela ofensiva: el equipo no necesita nada más. Pero la defensa, minada por la marcha de Campbell y por la más que posible de Ashley Cole -además de las constantes lesiones- requiere un par de incorporaciones urgentes. Aunque Djourou y Senderos puedan acabar convirtiéndose en grandes centrales, la escasez en ese puesto es manifiesta. Y mientras aún no está clara qué cara tendrá el equipo, la temporada empieza mañana con un Arsenal cargado de dudas y de ilusión. Como un adolescente.

Tottenham: La gran revelación de la pasada campaña se ha dedicado a cambiar cromos en el mercado veraniego. Se han ido dos hombres importantes como Carrick y Mido, pero sus sustitutos parecen de enormes garantías: el marfileño Didier Zokora y el búlgaro Dimitar Berbatov. Martin Jol cuenta pues con una plantilla equilibrada en la que varios jóvenes pueden dar el salto definitivo y confirmarse como futbolistas de primer nivel -Lennon, Dawson, Routledge-. La llegada del zurdo del Lens Benoit Assou-Ekotto reforzará el lateral izquierdo y exigirá más a un Lee que prácticamente tenía el puesto asegurado. El objetivo es hacerlo un poco mejor que en el anterior ejercicio, aprovechar la pájara de algún grande y -siempre que las comidas lo permitan- meterse en la Champions.

Blackburn: Otro equipo que lo hizo mejor de lo esperado, principalmente gracias al trabajo de un Mark Hughes que se está revelando como uno de los entrenadores más prometedores de las islas. El galés contará con el mismo bloque definido por muchos como el más agresivo y duro del campeonato -algo en lo que tiene mucho que ver la pareja de medios centros formada por Robbie Savage y Tugay Kerimoglu-. El talento lo seguirán aportando por las bandas el danés Morten Gamst Pedersen y el ex Arsenal David Bentley, ya totalmente desvinculado del club londinense. Las grandes novedades aparecen en la zona de ataque, que ha sido modificada por completo. Ante las fugas de Craig Bellamy, Paul Dickov y Florent Sinama Pongolle, los Rovers han fichado a Benny McCarthy, Jason Roberts y Francis Jeffers. El resultado de estas transacciones puede considerarse ligeramente negativo, por lo que repetir el sexto puesto sería una noticia excelente que a día de hoy parece poco probable.

Newcastle: En el Tyneside se escucha la misma historia de las últimas temporadas: esta vez va en serio. Proyecto ambicioso, intención de que los resultados concuerden por fin con la magnitud del club y promesas de compromiso. Pero a día de hoy, los hinchas de las urracas deben observar el inicio del campeonato con cierto pesimismo. La llegada de Damien Duff se anunció como el primero de una colección de grandes fichajes, pero salvo los regresos de los cedidos Nicky Butt y James Milner, ninguna otra cara nueva ha aparecido por Saint James' Park. A Glenn Roeder se le escapó a última hora Dirk Kuijt, que vio más interesante -y resulta comprensible- la oferta del Liverpool. Con Shearer retirado y con Michael Owen lesionado -quizá por toda la temporada-, no parece muy claro que vayan a llegar tiempos mejores. Salvo que, de aquí a lo que queda para que se cierre el plazo de incorporaciones, Freddie Shepherd vuelva a tirar, como de costumbre, la casa por la ventana.

Bolton: Sam Allardyce ha conseguido algo muy difícil en la Premier: consolidar a un ascendido y sacarlo de todas las quinielas que cada año señalan con un rotulador rojo a los candidatos al descenso. Pese a ello, la crítica especializada ha sido algo injusta con él, tachándole de técnico defensivo y amante del balón largo cuando sonó con fuerza para dirigir a la selección inglesa. El bajón en el tramo final de la temporada pasada, cuando el Bolton pasó de estar virtualmente en puestos de Champions a quedar fuera de Europa, también ha contribuido a rebajar el perfil de un técnico que por méritos debería estar entre los más grandes. Lo que le espera este año será aún más duro: tras tres campañas terminando en la mitad alta de la tabla, la presión será enorme. Y los modestos fichajes -Meité, Tal y Fortune- contrastan con la marcha de hombres del calibre de Okocha, Jaidi, N'Gotty o Nakata. Por todo ello, quizá cabe esperar una temporada difícil en la que el objetivo podría acabar siendo la simple permanencia.

West Ham: Tras el exitoso regreso a la Premier, bordeando siempre puestos europeos y quedándose a las puertas del título en la FA Cup en aquella final tan cruel ante el Liverpool, el equipo del Este de Londres espera mantener el mismo nivel. No sólo de resultados, también de juego, ya que Upton Park disfrutó de uno de los conjuntos más atrevidos de todo el campeonato. Hay un bloque consolidado, con promesas que deben subir un escalón más -Reo-Coker, Anton Ferdinand- y futbolistas experimentados que sorprendieron por su rápida adaptación a la Premier -Harewood, Gabbidon, Mullins-. El fichaje de Ashton demostró la ambición del club llevándose a uno de los delanteros más codiciados del mercado, algo que se ha repetido esta vez en el puesto de guardameta con Robert Green. Y es que la actividad en la secretaría técnica ha sido positiva: ha llegado gente que puede aportar cosas, como Spector, Carlton Cole o el hijo pródigo Lee Bowyer, y los que se han ido representaban un papel más bien discreto. Conseguir de nuevo un puesto en la mitad alta de la tabla y dar guerra en la UEFA son objetivos realistas.

Wigan: Fue el gran milagro del año. Nadie apostaba un euro por la permanencia de los "latics", que no sólo la consiguieron con asombrosa comodidad, sino que además llegaron a estar líderes durante algunas jornadas y acabaron entre los diez primeros. Todo ello con una plantilla limitadísima, probablemente la peor del campeonato con mucha diferencia. Si Paul Jewell obró lo imposible con recursos escasos, ¿qué será capaz de hacer esta vez con un equipo sensiblemente superior? Suele decirse que las segundas temporadas son las más difíciles porque los rivales ya están prevenidos, pero el salto de calidad que se ha realizado con las incorporaciones de Emile Heskey, Chris Kirkland, Danny Landzaat y Luis Valencia debe dar sus frutos. Se han ido Henchoz, Bullard y Roberts, pero el equipo parece superior y su destino más probable es la salvación. Quizá hasta holgada.

Everton: Tras sufrir una interminable resaca -la del cuarto puesto de la campaña 2004-2005-, los "toffees" flirtearon con el descenso hasta que recuperaron su buen tono defensivo y encontraron el camino del gol cuando Tim Cahill despertó de su letargo y James Beattie empezó a justificar su fichaje. Y la consigna ahora es la continuidad, hacer extensivo a la nueva temporada el buen nivel con el que terminó la pasada. El magnífico entrenador David Moyes ha mantenido a sus hombres más importantes y ha logrado convencer a Andy Johnson para que eligiera Goodison entre todas las ofertas que tenía encima de la mesa. Si el ex del Crystal Palace ve puerta con tanta facilidad como hace dos años en su debut en la Premier, el segundo equipo de Liverpool vivirá tranquilo. Si los delanteros se vuelven a atascar, tocará sufrir. Y es que en un bloque que no anda sobrado de calidad pero que posee un excelente espíritu colectivo, el factor anímico juega un papel muy importante.

Fulham: Un clásico de la zona media, el vecino pobre del Chelsea intentará sobrevivir de nuevo sin grandes apuros. Otro verano más se especuló con la marcha de Steed Malbranque, pero el talentoso centrocampista francés cumplirá su sexta temporada en el Cottage. Sólo Wayne Bridge, que vuelve al equipo de Mourinho, causará baja entre los habituales titulares del pasado curso. Jimmy Bullard y Franck Quedrue reforzarán los dos costados, mientras que el fichaje del joven delantero sueco Bjorn Runstrom es una de las grandes apuestas de la temporada en toda la Premier. A Coleman le sobran delanteros y de nuevo los rotará para mantener la competitividad. Aunque no es descartable cierto sufrimiento, el equipo tiene el talento suficiente para escapar una vez más del descenso.

Charlton: Revolución en The Valley en el año uno después de Curbishley. El carismático entrenador, toda una vida en el club londinense, se marchó el pasado mes de mayo cansado de que no se valoraran sus logros. Jugando aburrido, sin levantar pasiones, sin excitar a nadie, su equipo siempre empezaba los campeonatos de maravilla, gestionaba sus ventajas y acababa en la zona media sin sufrir. Hasta la afición se hartó de este guión y empezó a criticar a su técnico. Y ahora, peligro. Abandonar la fórmula mágica tiene su factor de riesgo. La directiva lo sabe y por ello ha hecho grandes esfuerzos en la confección de la plantilla. Ha traído además a un entrenador competente, Iain Dowie, uno de esos que se implican y saltan en la banda como si estuvieran jugando. Scott Carson, Chrisian Bolaños, Djimi Traoré, Jimmy Floid Hasselbaink, Cory Gibbs, Gonzalo Sorondo, Amdy Faye y Andy Reid parecen refuerzos suficientes para conseguir el objetivo. Por nombres el descenso debería quedar lejos, pero las dudas sobre cómo se acoplará un equipo casi nuevo convierten a este Charlton en una de las grandes incógnitas de la temporada.

Middlesbrough: Caso parecido al del Charlton. En una liga donde siguen casi todos los entrenadores, los cambios ofrecen ciertas dudas. Más en este Boro que ha confiado en Gareth Southgate, experimentado futbolista pero técnico novato, para afrontar una temporada que se presenta difícil. Se han ido Hasselbaink y Quedrue y el único fichaje ha sido el de Julio Arca, el buen zurdo que ha dado el complicado paso de irse a uno de los rivales regionales del Sunderland. Se antoja una campaña complicada en la que será fundamental el rendimiento de los jóvenes: desde los ya consolidados Downing y Morrison a los aún algo verdes Cattermole y Johnson. Aún hay suficiente experiencia y calidad para escapar de los tres últimos puestos, pero no precisamente con grandes alardes...

Manchester City: Stuart Pearce fue otro de los entrenadores que sonó para sustituir a Eriksson gracias a su buen trabajo en un club de nivel medio de la Premier. Su continuidad es la mayor garantía para un equipo que parece lejos de poder luchar por puestos europeos y que debería conformarse con una permanencia tranquila, algo que tampoco será fácil debido al nivel parejo que hay entre los equipos de la zona media. Ha sorprendido la marcha de jóvenes futbolistas en los que el ex internacional inglés había confiado bastante, como Willo Flood, Lee Croft o -en menor medida- Bradley Wright-Phillips. Aunque en el capítulo de bajas, la del portero David James es quizá la más llamativa. Su sustituto, el sueco Isaksson, debe mejorar el rendimiento irregular que ha ofrecido la portería del City en los últimos años. Pearce ha tirado de experiencia en el resto de fichajes: Hamann, Dabo, Corradi, Dickov y Trabelsi. Incorporaciones suficientes para salvar la categoría.

Aston Villa: Verano muy movido en el histórico club de Birmingham, aunque no precisamente en cuanto a altas y bajas -sólo se ha ido el cedido James Milner y no ha llegado nadie-. La venta del club por parte de Doug Ellis y el eterno culebrón sobre quién sería finalmente el comprador han bloqueado toda actividad en los despachos. O'Leary se fue hace un mes por las críticas de la plantilla al presidente y la única buena noticia ha sido la contratación del prestigioso entrenador Martin O'Neill, artífice de grandes campañas en el Leicester City y en el Celtic de Glasgow. El multimillonario norteamericano Randy Lerner está a un paso de oficializar la adquisición de la história institución de las Midlands, pero al técnico de Belfast le quedará muy poco tiempo para reforzar su plantilla. Y de momento deberá seguir con un equipo en declive que bordeó el descenso la pasada temporada. Pero sólo por el dinero que llegará y por la figura del entrenador, en Villa Park deben sentir algo más de optimismo que en campañas anteriores.

Portsmouth: Aunque se anunciaba que la inversión del millonario Alexandre Gaydamak iba a convertir al Pompey en un nuevo Chelsea, la realidad es que el paquete de incorporaciones que ha llegado a Fratton Park no ha sido especialmente espectacular. Sol Campbell, David James, Glen Johnson, Nwankwo Kanu y David Thompson pueden aportar mucho oficio, pero el club estará lejos de luchar por los primeros puestos como prometían las voces más optimistas. Y ante este panorama, el gran Harry Redknapp, que obró una milagrosa salvación la temporada pasada, se conformaría con no sufrir tanto y asentar al equipo en la Premier League sin grandes apuros. El capítulo de bajas es espectacular -no podía ser de otra forma después de que en enero se fichara medio equipo nuevo sin que se fuera casi nadie-, con Olisadebe, Routledge, Karadas, Koroman, Diao y D'Alessandro habiendo cumplido ya sus cesiones. Aunque es pronto para saberlo, parece que el conjunto costero estará más en el nivel de los Fulham, Charlton y Middlesbrough que no en el de los Tottenham o Newcastle.

Reading: Aunque se trate de un debutante, su impresionante registro la temporada pasada en segunda división -106 puntos, récord absoluto en la historia del fútbol inglés- le convierten en el ascendido con más opciones de salvar la categoría. El dúo formado por el presidente John Madejski -cuyo control del club es tan importante que incluso el estadio lleva su nombre- y el técnico Steve Coppell ha decidido mantener el bloque que se paseó por el Championship y en el que destacaron hombres como Bobby Convey, James Harper, Glen Little, Steve Sidwell, Kevin Doyle, Dave Kitson o Leroy Lita. No ha habido bajas notables y la única incorporación llamativa ha sido la del coreano Seol. Pese a todo ello, aparece en las apuestas como uno de los claros candidatos al descenso, y es que los equipos con escasa experiencia en la Premier suelen acusar la diferencia de categoría.

Sheffield United: Regreso de un histórico, que cuenta en sus vitrinas con un título de liga -en 1898- y cuatro de FA Cup -1899, 1902, 1915 y 1925-. Tras doce años alejado de la elite, la pasada temporada consiguió una cómoda segunda posición -lejos del Reading, pero siempre también con un buen margen sobre el tercero-. Los tiempos dorados quedan muy lejos y la plantilla que se ha configurado para afrontar la vuelta a la Premier es humilde y modesta. David Sommeil y Rob Hulse han sido los fichajes más importantes de un club que se apoyará en la experiencia de hombres como Unsworth, Horsfield y Gillespie, así como en el liderazgo de Phil Jagielka, quizá ya el jugador más importante del equipo a sus 24 años. La retirada de Craig Short, Garry Flitcroft y Brian Deane no ayudará para nada a un Neil Warnock que es consciente de que su equipo es el gran favorito de todos para terminar en puestos de descenso.

Watford: El peso del recuerdo de la última experiencia en Premier League es ya de entrada el primer obstáculo del equipo que representa a una pequeña población pegada al norte de Londres. En la temporada 99-00, y tras el segundo ascenso conseguido por el mítico Graham Taylor -que en la década de los ochenta llevó al club desde la cuarta división a la Copa de la UEFA-, los "hornets" sumaron sólo 24 puntos y estuvieron casi desde la mitad del campeonato virtualmente descendidos. Ahora Adrian Boothroyd espera hacerlo mejor y sueña con una permanencia por la que nadie apuesta. Para intentar conseguirlo confiará en veteranos como Chris Powell o Damien Francis, aunque las grandes esperanzas recaen en dos jóvenes que han llegado este verano: el portero cedido por el Manchester United Ben Foster y el joven delantero húngaro Tamas Priskin. En ellos y en los goles de Marlon King, pieza clave en el ascenso vía play-off de la temporada pasada. Un rápido regreso a segunda es el destino más probable.

jueves, agosto 17, 2006

La ansiada sonrisa

Tocaba festejar, dar saltos, volverse loco, abrazar al mundo entero, pero Rafael Sobis se sentó en el césped y rompió a llorar. Internacional de Porto Alegre acabó con su tradición perdedora y conquistó su primera Copa Libertadores tras una final dramática ante Sao Paulo (1-2 hace siete días en Morumbí, 2-2 la pasada madrugada en Beira-Rio). Y probablemente el gran responsable de este éxito tan ansiado sea el joven delantero nacido en Erechim, una pequeña ciudad del mismo estado de Rio Grande do Sul. La indiscutible gran promesa de la liga brasileña, que ha sonado insistentemente para dar el salto a algún gigante del fútbol italiano, empezó tarde su participación en el trofeo continental debido a una lesión, pero su tanto en cuartos de final ante la Liga de Quito y, sobretodo, el doblete la semana pasada en el partido de ida ante Sao Paulo le han convertido en el jugador decisivo en el histórico título de los "colorados".

El partido de vuelta no fue excelso en términos de corrección futbolística, pero se jugó a un ritmo vertiginoso -algo que el espectador europeo agradeció, sobretodo considerando que la fiesta terminaba a eso de las cinco de la madrugada-. Sao Paulo, el campeón herido, salió a por todas y tuvo varias oportunidades para adelantarse en el marcador, principalmente en acciones a balón parado mal defendidas por el Inter. Pero los locales, que se sabían tan cerca de la gloria, tiraron de la animosidad de su gran estrella para advertir al rival de su determinación. Rafael Sobis, el delantero encarador, el atacante móvil, el bombardero atrevido que le pega de maravilla con las dos piernas, asumió el protagonismo y probó el uno contra uno -o el uno contra dos, o contra tres- en repetidas ocasiones, muchas de ellas con éxito. Sus duelos con el excelente central Diego Lugano fueron quizá los momentos de mayor nivel del partido. Porque los goles llegaron en jugadas extrañas, en errores individuales, en rebotes varios. Fernandao, el ex delantero del Marsella, inauguró el marcador tras un pésimo blocaje de Rogério Ceni y dio tranquilidad a los gaúchos. Sao Paulo nunca se rindió y al inicio del segundo tiempo empató en una acción que ya se había repetido varias veces antes: saque a balón parado, prolongación de cabeza y recepción en solitario de un compañero desmarcado. Fabao tuvo tiempo hasta de controlar y cruzó para el 1-1. Pero el Inter es corazón, es garra, y volvió a adelantarse en una jugada en la que la defensa tricolor tiró mal el fuera de juego. Fernandao pudo fallar el primer remate, recoger el rechace y asistir a Tinga para que el aguerrido pitbull -recuerda a Edgar Davids- se volviera loco festejando el 2-1 y dejara a su equipo con diez. Con superioridad numérica, el agonizante campeón situó a cuatro delanteros en busca de la remontada, que se quedó a medias al aprovechar Lenílson un mal rechace de un Clemer que luego salvaría el título. Tan volcado terminó Sao Paulo que Horazio Elizondo señaló el final después de que el Inter cediera un tercer córner consecutivo con el tiempo cumplido.

Fue un final feliz para un equipo que vivió un año durísimo y que ha tenido que soportar históricamente las burlas de su rival ciudadano, el Gremio, campeón dos veces de la gran competición continental. Internacional fue el líder del Brasileirao 2005 durante casi todo el torneo hasta que salió a la luz el escándalo de corrupción que sacudió el campeonato. El árbitro Edilson Pereira de Carvalho influía en los resultados de los partidos que dirigía según las directrices de un grupo de apostadores, por lo que todos esos encuentros se disputaron nuevamente. Con los nuevos resultados, el equipo de Porto Alegre perdió el liderato. Pese a ello, peleó y llegó a estar muy cerca del Corinthians, con el que se jugó el título en la antepenúltima jornada en un partido muy polémico. El clamoroso penalti sobre Tinga, al que expulsaron por simulación, marcó el desenlace de un torneo en el que el Inter se sintió doblemente estafado. Pero todo aquello queda atrás y su amargura casi ni se percibe ante la dulzura del triunfo más grande. Ahora toca fiesta y luego vendrán los sueños orientales, con el Mundial de Clubes y una posible final ante Ronaldinho, ídolo de Gremio. Deja de llorar Rafael, ya puedes sonreír.

miércoles, agosto 16, 2006

Fútbol global, fútbol local

En la plaza del centro histórico de Sarajevo hay, como en los demás lugares del mundo que atraen un importante número de turistas, pequeñas tiendas o paraditas que venden todo tipo de souvenirs. Desde hace algún tiempo se ha puesto de moda que al lado de las camisetas con el nombre y alguna que otra ilustración de la ciudad aparezcan también las de los equipos de fútbol más importantes del planeta. De esta forma, las elásticas de Ballack, Ronaldinho y Henry conviven con otros uniformes que se encuentran a años luz en el universo mediático balompédico. A un lado están los cracks que todo lo iluminan. Al otro, chándales del FK Sarajevo y del Zeljeznicar para aquellos que prefieran llevarse un recuerdo más autóctono.

Esta escena -nada insólita, por otra parte- vivida la semana pasada en la capital de Bosnia-Herzegovina refleja la doble vertiente de este deporte maravilloso que nos apasiona: su capacidad de equiparar lo difícilmente comparable. Subir a un taxi y empezar hablando del Barça para terminar aprendiendo sobre la rivalidad de los dos equipos de Sarajevo. El conductor alardea de que su FK era el quinto equipo en la extinta Yugoslavia detrás de Estrella Roja, Partizán, Hajduk Split y Dinamo Zagreb. Luego el dato resulta ser discutible, pero ¿quién no peca de situar al club de sus amores por encima de su posición real? De vuelta a la plaza central, cruza la calle un niño con una camiseta vieja y falsísima del Inter de Milán con el nombre de Ronaldo. A escasos metros, en la recepción de un modesto hotel, el joven encargado escucha los resultados de la liga bosnia en un transistor antiguo. Su Zeljeznicar está perdiendo 1-0. Y otra vez el mismo efecto maravilloso: la conversación pasa con enorme facilidad del pasado Mundial de Alemania al título de liga conseguido la última temporada por el Siroki Brijeg, el club de un pequeño pueblo cercano a Mostar.

La liga bosnia no aparece en Livescore ni en Soccer Association, pero existe. No sabemos nada de ella, pero en un rincón del mundo hay seres humanos que se preocupan por sus partidos y que son un poco más felices dependiendo de quién gane. Y quizá sólo por ellos ya tiene sentido la existencia de estos campeonatos llamados menores. Por ellos merece la pena echar una mirada de vez en cuando a lo que ocurre lejos de los círculos mediáticos. Con esta declaración de intenciones -y aún sabiendo que por lógica pura nos ocuparemos mucho más de las grandes competiciones- nace la segunda temporada de este blog. De nuevo, a todos, bienvenidos.