Para aquellos que nos enganchamos a las ligas extranjeras con el fútbol inglés, el inicio de la Premier League a mediados de agosto representa cada verano una fecha esperadísima. Estarán terminando las vacaciones, pero todo tiene su compensación: vuelve el fútbol puro, el del ritmo frenético, el de la pasión inacabable, el del sabor auténtico. Llegó la hora: mañana se inicia la edición 2006-2007 de nuestro espectáculo favorito. ¡Ya no más sábados sin Premier!
Parece obvio: el Chelsea es el gran favorito. Porque ganó las dos últimas ligas con suficiencia y porque de los grandes es el que se ha reforzado mejor. Pero se alberga en todos los rincones del planeta la secreta esperanza de la competitividad. Ganar fácil tiende a aburrir, tiende a la relajación, tiende al dejarse llevar. Perder siempre aumenta la rabia, las ganas locas de acabar con el tirano. Ese es el deseo de Arsenal, Manchester United y Liverpool, los "outsiders" que completan el ya clásico cuadrado de aspirantes. Pero habrá más: clubes de nombre grande abonados a la depresión deseosos de volver a codearse con el "establishment". Son los Newcastle, Aston Villa y ese Tottenham que ya dio un primer paso firme el curso anterior. Y tendremos la apasionante lucha por la supervivencia, con novatos descarados intentando condenar de una vez por todas a aquellos especialistas de la media tabla, a esos Charlton que no se sabe cómo pero nunca acaban sufriendo. Estos son los veinte protagonistas de la Premier 2006-2007:
Chelsea: El tándem Mourinho-Abrahamovic ha vuelto a realizar los mejores fichajes del campeonato. Por fin llega un delantero de clase mundial al Bridge, un hombre capaz de pelearle a Henry el trofeo de máximo goleador y que pueda moverse por encima de los veinte tantos. Andrej Shevchenko cubre un hueco que, para muchos, era lo que separaba a los "blues" de la gloria europea. Y aunque otras voces pedían a un talentoso imaginativo en la zona de tres cuartos de campo, el centrocampista que ha aterrizado en Londres responde a ese perfil de llegador que tanto gusta al técnico luso: Michael Ballack. Excelente rematador de cabeza y golpeador de balón, las dudas las genera su notable parecido en posición y características con Franck Lampard. Con John Obi-Mikel y Salomon Kalou, el Chelsea se lleva también dos de las mayores promesas del fútbol africano. Su aportación, aunque no en un papel principal, puede ser importante en una temporada tan larga. Quizá lo novedoso del verano sean las excesivas salidas. Mou se ha desprendido de Del Horno, Duff, Gudjohnsen y Crespo, jugadores de bastante peso. Especialmente debilitada queda la posición del lateral izquierdo, con Bridge como único efectivo natural -y no muy del agrado del entrenador- y con Gallas deseoso de marcharse. Aunque las negociaciones parecen rotas, la llegada de Ashley Cole sigue antojándose probable. Su fichaje cerraría un equipazo que inicia el curso como favorito indiscutible.
Manchester United: La escasez de medios centros de nivel mundial condenó a los "red devils" a despedirse de los grandes trofeos antes del pasado mes de enero. Parecía obvio que en esa posición centraría Alex Ferguson todos sus esfuerzos en el mercado veraniego para dotar a su buen equipo -que hizo un tramo final de campeonato admirable y digno de campeón- de esas pequeñas piezas que le faltaban para pelear con el todopoderoso Chelsea. Pero no llegaba nadie y la preocupación se instaló en la hinchada. Finalmente firmó Michael Carrick, quizá el mejor medio centro puro de Inglaterra. Pero el veterano entrenador escocés sabe que con uno no basta y que, una vez capturado el talentoso, falta alguien que aporte músculo. Han sonado Diarra, Senna y Hargreaves, con el del Bayern como principal candidato a día de hoy. Si finalmente llega un perro de presa, el equipo estará muy compensado y perfectamente capacitado para aspirar a todo. Pero, ¿para ganarlo? El traspaso de Ruud van Nistelrooy, en otra decisión de Ferguson que obedece más a motivos personales que futbolísticos, deja al equipo sin su mayor garantía goleadora. Un delantero de clase planetaria -suena Tévez- resolvería todas las dudas y dejaría al United absolutamente preparado para la batalla.
Liverpool: Quizá por sus repetidos triunfos ante el Chelsea en torneos coperos, el equipo de Benítez es, a ojos de grandes sectores de los ambientes futbolísticos británicos, la alternativa más clara al campeón. Es cierto que se ha reforzado bien y que puede competir con los mejores, pero la duda es si tiene el suficiente "punch" para ganar ese tipo de partidos que se atascan. O sea, para no dejarse puntos tontos, que es lo que le ha situado a océanos del líder en las dos últimas temporadas. Con Bellamy y Kuijt -a punto de firmar-, la delantera de Anfield va a tener más frescura y capacidad de improvisación. Pennant va a aportar talento y asistencias desde la banda derecha, donde el técnico español se ha visto obligado a utilizar demasiados parches desde su llegada. Mark González y Fabio Aurelio configurarán un perfil zurdo muy ofensivo -donde, no lo olvidemos, ya estaba Riise- y el fichaje de Gabriel Paletta parece un acierto enorme al capturar antes que nadie a uno de los centrales más importantes del futuro. Si nos fijamos en el escaso rendimiento que dieron la pasada temporada los que ahora se van -Morientes, Cissé, Hamann, Traoré-, acabaremos concluyendo que los movimiento en los despachos han sido muy productivos para los "reds". ¿Tanto como para superar al Chelsea? Difícil. Pero al menos, tanto como para intentarlo.
Arsenal: Resulta complicado calibrar las posibilidades reales de los "gunners" en la nueva edición de la Premier. Excelsos en la pasada Champions y mediocres en el torneo doméstico, Wenger debe buscar la regularidad para poder subirse al tren de la liga con la intención de llegar hasta la última estación. Y eso es muy complicado cuando los dos atributos que mejor definen a este equipo son la juventud y el talento. Parece obvio que en el Emirates Stadium -paso adelante en cuanto a practicidad y ambición, paso atrás en romanticismo y espíritu- se verá de nuevo lo más atractivo que nos pueda ofrecer el torneo, pero los cachorros del viejo zorro alsaciano deben aprender a competir en batallas físicas y ante centrocampistas fuertes y duros -en Bolton, en Blackburn, en Portsmouth... en esos campos donde el año pasado se perdieron todas las opciones-. Rosicky, único fichaje por el momento pese a que Wenger promete uno o dos más, se suma a esa colección de finísimos tocadores capaces de dibujar el fútbol combinativo y veloz más alegre del planeta. No hay dudas en la parcela ofensiva: el equipo no necesita nada más. Pero la defensa, minada por la marcha de Campbell y por la más que posible de Ashley Cole -además de las constantes lesiones- requiere un par de incorporaciones urgentes. Aunque Djourou y Senderos puedan acabar convirtiéndose en grandes centrales, la escasez en ese puesto es manifiesta. Y mientras aún no está clara qué cara tendrá el equipo, la temporada empieza mañana con un Arsenal cargado de dudas y de ilusión. Como un adolescente.
Tottenham: La gran revelación de la pasada campaña se ha dedicado a cambiar cromos en el mercado veraniego. Se han ido dos hombres importantes como Carrick y Mido, pero sus sustitutos parecen de enormes garantías: el marfileño Didier Zokora y el búlgaro Dimitar Berbatov. Martin Jol cuenta pues con una plantilla equilibrada en la que varios jóvenes pueden dar el salto definitivo y confirmarse como futbolistas de primer nivel -Lennon, Dawson, Routledge-. La llegada del zurdo del Lens Benoit Assou-Ekotto reforzará el lateral izquierdo y exigirá más a un Lee que prácticamente tenía el puesto asegurado. El objetivo es hacerlo un poco mejor que en el anterior ejercicio, aprovechar la pájara de algún grande y -siempre que las comidas lo permitan- meterse en la Champions.
Blackburn: Otro equipo que lo hizo mejor de lo esperado, principalmente gracias al trabajo de un Mark Hughes que se está revelando como uno de los entrenadores más prometedores de las islas. El galés contará con el mismo bloque definido por muchos como el más agresivo y duro del campeonato -algo en lo que tiene mucho que ver la pareja de medios centros formada por Robbie Savage y Tugay Kerimoglu-. El talento lo seguirán aportando por las bandas el danés Morten Gamst Pedersen y el ex Arsenal David Bentley, ya totalmente desvinculado del club londinense. Las grandes novedades aparecen en la zona de ataque, que ha sido modificada por completo. Ante las fugas de Craig Bellamy, Paul Dickov y Florent Sinama Pongolle, los Rovers han fichado a Benny McCarthy, Jason Roberts y Francis Jeffers. El resultado de estas transacciones puede considerarse ligeramente negativo, por lo que repetir el sexto puesto sería una noticia excelente que a día de hoy parece poco probable.
Newcastle: En el Tyneside se escucha la misma historia de las últimas temporadas: esta vez va en serio. Proyecto ambicioso, intención de que los resultados concuerden por fin con la magnitud del club y promesas de compromiso. Pero a día de hoy, los hinchas de las urracas deben observar el inicio del campeonato con cierto pesimismo. La llegada de Damien Duff se anunció como el primero de una colección de grandes fichajes, pero salvo los regresos de los cedidos Nicky Butt y James Milner, ninguna otra cara nueva ha aparecido por Saint James' Park. A Glenn Roeder se le escapó a última hora Dirk Kuijt, que vio más interesante -y resulta comprensible- la oferta del Liverpool. Con Shearer retirado y con Michael Owen lesionado -quizá por toda la temporada-, no parece muy claro que vayan a llegar tiempos mejores. Salvo que, de aquí a lo que queda para que se cierre el plazo de incorporaciones, Freddie Shepherd vuelva a tirar, como de costumbre, la casa por la ventana.
Bolton: Sam Allardyce ha conseguido algo muy difícil en la Premier: consolidar a un ascendido y sacarlo de todas las quinielas que cada año señalan con un rotulador rojo a los candidatos al descenso. Pese a ello, la crítica especializada ha sido algo injusta con él, tachándole de técnico defensivo y amante del balón largo cuando sonó con fuerza para dirigir a la selección inglesa. El bajón en el tramo final de la temporada pasada, cuando el Bolton pasó de estar virtualmente en puestos de Champions a quedar fuera de Europa, también ha contribuido a rebajar el perfil de un técnico que por méritos debería estar entre los más grandes. Lo que le espera este año será aún más duro: tras tres campañas terminando en la mitad alta de la tabla, la presión será enorme. Y los modestos fichajes -Meité, Tal y Fortune- contrastan con la marcha de hombres del calibre de Okocha, Jaidi, N'Gotty o Nakata. Por todo ello, quizá cabe esperar una temporada difícil en la que el objetivo podría acabar siendo la simple permanencia.
West Ham: Tras el exitoso regreso a la Premier, bordeando siempre puestos europeos y quedándose a las puertas del título en la FA Cup
en aquella final tan cruel ante el Liverpool, el equipo del Este de Londres espera mantener el mismo nivel. No sólo de resultados, también de juego, ya que Upton Park disfrutó de uno de los conjuntos más atrevidos de todo el campeonato. Hay un bloque consolidado, con promesas que deben subir un escalón más -Reo-Coker, Anton Ferdinand- y futbolistas experimentados que sorprendieron por su rápida adaptación a la Premier -Harewood, Gabbidon, Mullins-. El fichaje de Ashton demostró la ambición del club llevándose a uno de los delanteros más codiciados del mercado, algo que se ha repetido esta vez en el puesto de guardameta con Robert Green. Y es que la actividad en la secretaría técnica ha sido positiva: ha llegado gente que puede aportar cosas, como Spector, Carlton Cole o el hijo pródigo Lee Bowyer, y los que se han ido representaban un papel más bien discreto. Conseguir de nuevo un puesto en la mitad alta de la tabla y dar guerra en la UEFA son objetivos realistas.
Wigan: Fue
el gran milagro del año. Nadie apostaba un euro por la permanencia de los "latics", que no sólo la consiguieron con asombrosa comodidad, sino que además llegaron a estar líderes durante algunas jornadas y acabaron entre los diez primeros. Todo ello con una plantilla limitadísima, probablemente la peor del campeonato con mucha diferencia. Si Paul Jewell obró lo imposible con recursos escasos, ¿qué será capaz de hacer esta vez con un equipo sensiblemente superior? Suele decirse que las segundas temporadas son las más difíciles porque los rivales ya están prevenidos, pero el salto de calidad que se ha realizado con las incorporaciones de Emile Heskey, Chris Kirkland, Danny Landzaat y Luis Valencia debe dar sus frutos. Se han ido Henchoz, Bullard y Roberts, pero el equipo parece superior y su destino más probable es la salvación. Quizá hasta holgada.
Everton: Tras sufrir una interminable resaca -la del cuarto puesto de la campaña 2004-2005-, los "toffees" flirtearon con el descenso hasta que recuperaron su buen tono defensivo y encontraron el camino del gol cuando Tim Cahill despertó de su letargo y James Beattie empezó a justificar su fichaje. Y la consigna ahora es la continuidad, hacer extensivo a la nueva temporada el buen nivel con el que terminó la pasada. El magnífico entrenador David Moyes ha mantenido a sus hombres más importantes y ha logrado convencer a Andy Johnson para que eligiera Goodison entre todas las ofertas que tenía encima de la mesa. Si el ex del Crystal Palace ve puerta con tanta facilidad como hace dos años en su debut en la Premier, el segundo equipo de Liverpool vivirá tranquilo. Si los delanteros se vuelven a atascar, tocará sufrir. Y es que en un bloque que no anda sobrado de calidad pero que posee un excelente espíritu colectivo, el factor anímico juega un papel muy importante.
Fulham: Un clásico de la zona media, el vecino pobre del Chelsea intentará sobrevivir de nuevo sin grandes apuros. Otro verano más se especuló con la marcha de Steed Malbranque, pero el talentoso centrocampista francés cumplirá su sexta temporada en el Cottage. Sólo Wayne Bridge, que vuelve al equipo de Mourinho, causará baja entre los habituales titulares del pasado curso. Jimmy Bullard y Franck Quedrue reforzarán los dos costados, mientras que el fichaje del joven delantero sueco Bjorn Runstrom es una de las grandes apuestas de la temporada en toda la Premier. A Coleman le sobran delanteros y de nuevo los rotará para mantener la competitividad. Aunque no es descartable cierto sufrimiento, el equipo tiene el talento suficiente para escapar una vez más del descenso.
Charlton: Revolución en The Valley en el año uno después de Curbishley. El carismático entrenador, toda una vida en el club londinense, se marchó el pasado mes de mayo cansado de que no se valoraran sus logros. Jugando aburrido, sin levantar pasiones, sin excitar a nadie, su equipo siempre empezaba los campeonatos de maravilla, gestionaba sus ventajas y acababa en la zona media sin sufrir. Hasta la afición se hartó de este guión y empezó a criticar a su técnico. Y ahora, peligro. Abandonar la fórmula mágica tiene su factor de riesgo. La directiva lo sabe y por ello ha hecho grandes esfuerzos en la confección de la plantilla. Ha traído además a un entrenador competente, Iain Dowie, uno de esos que se implican y saltan en la banda como si estuvieran jugando. Scott Carson, Chrisian Bolaños, Djimi Traoré, Jimmy Floid Hasselbaink, Cory Gibbs, Gonzalo Sorondo, Amdy Faye y Andy Reid parecen refuerzos suficientes para conseguir el objetivo. Por nombres el descenso debería quedar lejos, pero las dudas sobre cómo se acoplará un equipo casi nuevo convierten a este Charlton en una de las grandes incógnitas de la temporada.
Middlesbrough: Caso parecido al del Charlton. En una liga donde siguen casi todos los entrenadores, los cambios ofrecen ciertas dudas. Más en este Boro que ha confiado en Gareth Southgate, experimentado futbolista pero técnico novato, para afrontar una temporada que se presenta difícil. Se han ido Hasselbaink y Quedrue y el único fichaje ha sido el de Julio Arca, el buen zurdo que ha dado el complicado paso de irse a uno de los rivales regionales del Sunderland. Se antoja una campaña complicada en la que será fundamental el rendimiento de los jóvenes: desde los ya consolidados Downing y Morrison a los aún algo verdes Cattermole y Johnson. Aún hay suficiente experiencia y calidad para escapar de los tres últimos puestos, pero no precisamente con grandes alardes...
Manchester City: Stuart Pearce fue otro de los entrenadores que sonó para sustituir a Eriksson gracias a su buen trabajo en un club de nivel medio de la Premier. Su continuidad es la mayor garantía para un equipo que parece lejos de poder luchar por puestos europeos y que debería conformarse con una permanencia tranquila, algo que tampoco será fácil debido al nivel parejo que hay entre los equipos de la zona media. Ha sorprendido la marcha de jóvenes futbolistas en los que el ex internacional inglés había confiado bastante, como Willo Flood, Lee Croft o -en menor medida- Bradley Wright-Phillips. Aunque en el capítulo de bajas, la del portero David James es quizá la más llamativa. Su sustituto, el sueco Isaksson, debe mejorar el rendimiento irregular que ha ofrecido la portería del City en los últimos años. Pearce ha tirado de experiencia en el resto de fichajes: Hamann, Dabo, Corradi, Dickov y Trabelsi. Incorporaciones suficientes para salvar la categoría.
Aston Villa: Verano muy movido en el histórico club de Birmingham, aunque no precisamente en cuanto a altas y bajas -sólo se ha ido el cedido James Milner y no ha llegado nadie-. La venta del club por parte de Doug Ellis y el eterno culebrón sobre quién sería finalmente el comprador han bloqueado toda actividad en los despachos. O'Leary se fue hace un mes por las críticas de la plantilla al presidente y la única buena noticia ha sido la contratación del prestigioso entrenador Martin O'Neill, artífice de grandes campañas en el Leicester City y en el Celtic de Glasgow. El multimillonario norteamericano Randy Lerner está a un paso de oficializar la adquisición de la história institución de las Midlands, pero al técnico de Belfast le quedará muy poco tiempo para reforzar su plantilla. Y de momento deberá seguir con un equipo en declive que bordeó el descenso la pasada temporada. Pero sólo por el dinero que llegará y por la figura del entrenador, en Villa Park deben sentir algo más de optimismo que en campañas anteriores.
Portsmouth: Aunque se anunciaba que la inversión del millonario Alexandre Gaydamak iba a convertir al Pompey en un nuevo Chelsea, la realidad es que el paquete de incorporaciones que ha llegado a Fratton Park no ha sido especialmente espectacular. Sol Campbell, David James, Glen Johnson, Nwankwo Kanu y David Thompson pueden aportar mucho oficio, pero el club estará lejos de luchar por los primeros puestos como prometían las voces más optimistas. Y ante este panorama, el gran Harry Redknapp, que obró una milagrosa salvación la temporada pasada, se conformaría con no sufrir tanto y asentar al equipo en la Premier League sin grandes apuros. El capítulo de bajas es espectacular -no podía ser de otra forma después de que en enero se fichara medio equipo nuevo sin que se fuera casi nadie-, con Olisadebe, Routledge, Karadas, Koroman, Diao y D'Alessandro habiendo cumplido ya sus cesiones. Aunque es pronto para saberlo, parece que el conjunto costero estará más en el nivel de los Fulham, Charlton y Middlesbrough que no en el de los Tottenham o Newcastle.
Reading: Aunque se trate de un debutante, su impresionante registro la temporada pasada en segunda división -106 puntos, récord absoluto en la historia del fútbol inglés- le convierten en el ascendido con más opciones de salvar la categoría. El dúo formado por el presidente John Madejski -cuyo control del club es tan importante que incluso el estadio lleva su nombre- y el técnico Steve Coppell ha decidido mantener el bloque que se paseó por el Championship y en el que destacaron hombres como Bobby Convey, James Harper, Glen Little, Steve Sidwell, Kevin Doyle, Dave Kitson o
Leroy Lita. No ha habido bajas notables y la única incorporación llamativa ha sido la del coreano Seol. Pese a todo ello, aparece en las apuestas como uno de los claros candidatos al descenso, y es que los equipos con escasa experiencia en la Premier suelen acusar la diferencia de categoría.
Sheffield United: Regreso de un histórico, que cuenta en sus vitrinas con un título de liga -en 1898- y cuatro de FA Cup -1899, 1902, 1915 y 1925-. Tras doce años alejado de la elite, la pasada temporada consiguió una cómoda segunda posición -lejos del Reading, pero siempre también con un buen margen sobre el tercero-. Los tiempos dorados quedan muy lejos y la plantilla que se ha configurado para afrontar la vuelta a la Premier es humilde y modesta. David Sommeil y Rob Hulse han sido los fichajes más importantes de un club que se apoyará en la experiencia de hombres como Unsworth, Horsfield y Gillespie, así como en el liderazgo de Phil Jagielka, quizá ya el jugador más importante del equipo a sus 24 años. La retirada de Craig Short, Garry Flitcroft y Brian Deane no ayudará para nada a un Neil Warnock que es consciente de que su equipo es el gran favorito de todos para terminar en puestos de descenso.
Watford: El peso del recuerdo de la última experiencia en Premier League es ya de entrada el primer obstáculo del equipo que representa a una pequeña población pegada al norte de Londres. En la temporada 99-00, y tras el segundo ascenso conseguido por el mítico Graham Taylor -que en la década de los ochenta llevó al club desde la cuarta división a la Copa de la UEFA-, los "hornets" sumaron sólo 24 puntos y estuvieron casi desde la mitad del campeonato virtualmente descendidos. Ahora Adrian Boothroyd espera hacerlo mejor y sueña con una permanencia por la que nadie apuesta. Para intentar conseguirlo confiará en veteranos como Chris Powell o Damien Francis, aunque las grandes esperanzas recaen en dos jóvenes que han llegado este verano: el portero cedido por el Manchester United Ben Foster y el joven delantero húngaro Tamas Priskin. En ellos y en los goles de Marlon King, pieza clave en el ascenso vía play-off de la temporada pasada. Un rápido regreso a segunda es el destino más probable.