jueves, marzo 30, 2006

Sin banda ni balón

Decía Víctor Muñoz en la previa del Inter-Villarreal en Canal Plus que los equipos de fútbol son hoy en día el reflejo de sus medios centros. Frase muy interesante y que a la postre acabó haciéndose muy visible en el partido. El conjunto castellonense sacó un equipo extraño, condicionado por las bajas, sí, pero que renunció a la profundidad por bandas y a la posesión de balón. Con ello, probablemente desaprovechó los dos grandes defectos de este Inter de Milán: la presencia del torpe Pierre Womé en el lateral zurdo y la ausencia de un pivote defensivo puro, pues Esteban Cambiasso se ha convertido prácticamente en un llegador y nunca ejerce marcajes individuales pegajosos. No había un hombre claramente destinado a secar a Juan Román Riquelme, que se antojaba clave moviéndose por tres cuartos de campo y habilitando con sus pases interiores a los dos delanteros amarillos. Pero, retomando la frase de Víctor, ni Senna ni Arzo eran capaces de dominar el partido, de mantener posesión de balón, de conectar con el enganche argentino, que tenía que bajar para entrar en contacto con la pelota y se anulaba a sí mismo tan lejos del área. En la transmisión del "Tiempo de Juego", echábamos en falta a Roger y a Cazorla para variar esta dinámica. Nos quedó al final la sensación de que, pese a haber obtenido un resultado que le deja muy vivo, el Villarreal podría haber incluso sacado mayor tajada si hubiera jugado todas sus armas de ataque. Pero tampoco hay que tirarse de los pelos, ya que al fin y al cabo pagó un precio bajo por haber cometido la osadía de resucitar a Adriano regalándole el gol más fácil del mundo, un alivio para un superclase que se encontraba bloqueado en su sequía. Fue un partido de cambios bruscos y de sensaciones encontradas: pudo ser mejor, pero también pudo ser peor.

Me fijé bastante menos en el partido de Lyon, pero está claro que el Olympique echó de menos a Juninho Pernambucano. Hubo algunas faltas ideales para él. Benoît Pedretti fracasó en su intento de sustituirle. Tanto, que le acabaron cambiando por el joven Jérémy Clement. Cuando Tiago creció en el partido y asumió la responsabilidad, los franceses merecieron ganar. Aunque también en el primer tiempo Shevchenko se apuntó a la tendencia marcada por los cracks del Barça en Da Luz y no supo definir por dos veces ante el gran Grégory Coupet. El aparentemente cruce más vistoso resultó ser el más cerrado, pero paradójicamente sigue siendo el más abierto.

miércoles, marzo 29, 2006

Y Cesc relevó a Vieira

Un día de julio, Patrick Vieira abandonó el Arsenal y se marchó a la Juventus. Una de dos: o Wenger se había vuelto loco o tenía preparado un fichaje de relumbrón para sustituirle. ¿Cómo podía dejar escapar a un centrocampista de tamaña influencia? ¿Quién cubriría ese hueco, esa presencia física, ese protagonismo futbolístico? Pasaron los días y lo imposible se hizo evidente: nadie. No llegaría nadie. Empezó la temporada y la responsabilidad pareció recaer en un joven de 18 años, brillante, sin duda, pero mucho más frágil e inexperto. Sólo había un parecido entre ambos: las canciones que les dedicaba la grada de Highbury tomaban el ritmo de "Volaré". "He comes from Senegal and he plays for Arsenal... Vieira, oh oh oh oh...". "He is only seventeen and he is better than Roy Keane... Fabregas, oh oh oh oh". En el juego, eran el día y la noche. Uno todo fuerza, revolución, temperamento, verticalidad. El otro, talento, clase, pausa, inteligencia, visión. El relevo conllevaba un cambio de estilo, y estas operaciones precisan tiempo. Paciencia. Y eso, en Inglaterra, se da, sobretodo si el entrenador es ya un símbolo del club y manda más que el presidente. Cesc firmó multitud de actuaciones decentes, algunas mucho más que eso, pero le faltaba una gran representación que simbolizara su recogida del testigo. Y qué mejor escenificación que el propio profesor entregándoselo ante el público que presenció sus obras maestras. Y ese momento llegó. En la vuelta de Vieira a Highbury, el Arsenal se comió a la Juve. Ganó 2-0, pero pudo golear. Asumiendo el papel principal, Cesc Fàbregas, autor del primer gol e iniciador y asistente del segundo. Y como actor de reparto, sintiéndose extraño como invitado en su propia casa, el francés estaba perdido en la inmensidad de la película. Se desquició, vio una amarilla y se perderá la vuelta. Incluso el alumno se atrevió a entrarle fuerte. ¡Qué personalidad la de este chico! Cuando Patrick se retiró hacia el vestuario y cruzó una sonrisa con Wenger, entendió por fin por qué el alsaciano no puso muchos reparos a su marcha. El relevo es ya una realidad a todos los efectos.

martes, marzo 28, 2006

El enemigo está en la zona

Estaría el Arsenal en el hotel de concentración pasando la noche previa al inicio de su desafío con la historia ante la Juventus con la mirada puesta en la televisión. Cerca de allí, el Tottenham jugaba ante el West Bromwich Albion el que resultó ser otro gran partido de fútbol -y esta jornada de la Premier nos ha dejado unos cuantos- y terminó metiendo más presión a los "gunners" con su triunfo por 2-1. No es que de ello dependiera la manera como los de Wenger afrontarán el encuentro ante el líder de la Serie A, pero verse a cinco puntos en la clasificación doméstica aumenta la preocupación sobre el futuro europeo del equipo la próxima temporada. Sobretodo cuando se mascó la sorpresa en White Hart Lane y se acabó frustrando en el último minuto por culpa de un error del portero visitante. El duelo del norte de Londres por la cuarta plaza promete ser lo más apasionante que le queda a esta liga inglesa.

Hace tiempo que advertimos que este Tottenham iba en serio. Señalar de nuevo que tiene un equipo muy bueno sería redundar, y no me parece que tenga ningún interés ofrecer cromos repetidos. Fijémonos en detalles que en las últimas semanas han reforzado la imagen de este conjunto. Por ejemplo, su personalidad. Tras perder en Stamford Bridge de forma un tanto injusta, pudieron hundirse ante la que les venía encima, con tres equipos pisándoles los talones. Reaccionaron con una victoria de madurez en Birmingham ante un City que se jugaba la vida -en Saint Andrew's, en Premier, no ganaron ni Manchester United ni Liverpool-. Y hoy remontaron ante un West Brom que estaba jugando un encuentro dignísimo, y lo hicieron arriesgando con 0-1 al meter juntos a los tres delanteros. Aaron Lennon, un futbolista que por su juventud y descaro podría parecer más carne de "highlights" que de alto rendimiento en los momentos difíciles, no se arrugó y lideró la reacción de los "spurs" tras el gol en contra. Otro factor para el optimismo en el Lane: el momento de forma de Robbie Keane, un delantero fantástico dotado de un talento sublime y una movilidad incontrolable. Lleva seis goles en los últimos seis partidos, por lo que parece haber encontrado una racha que puede ser decisiva en las esperanzas de conseguir el cuarto puesto. Este dublinés de sólo 25 años -lleva tanto tiempo en la élite que parece mayor- es un futbolista de primerísimo nivel y no se le suele valorar como se merece. En Inglaterra abundan los titulares de prensa preocupándose por la suplencia de Defoe y pronto estallará Mido si sigue en el banquillo. Parece que se trate de injusticias escandalosas, pero yo creo sinceramente que el irlandés es el mejor de los tres. Se ganó la titularidad a pulso armándose de paciencia y está respondiendo en el tramo decisivo de la temporada.

La victoria del Tottenham no habrá gustado a un Arsenal que en este tramo final de temporada se juega mucho en dos frentes. Quizá al mismísimo Thierry Henry, el mejor futbolista de su historia. Lo bueno es que el francés sigue siendo aún el gran argumento para afrontar estas batallas. Mañana se mide a una página oscura de su brillante pasado: esos meses en Turín, ese fugaz flirteo con la mediocridad. ¡Qué ganas tendrá de responder con una actuación portentosa! Pero qué difícil, ante una defensa como la de Capello. ¡Qué partido!

lunes, marzo 27, 2006

La que se perdió River...

Escenario soñado. River ganaba 0-1 en la Bombonera contra nueve jugadores. Llegaba con facilidad a portería contraria y faltaban cinco minutos. Marcelo Gallardo disparó al poste. Perdonó el 0-2. Y en un final increíble, primero expulsaron a Tula y después un jugadón de Guillermo Barros Schelotto acabó en penalti. Lo convirtió Palermo y se esfumó el triunfo millonario, aquel que debía situarles como únicos punteros, cuatro puntos por encima de Boca. En cambio, se irán a dormir con la sensación de haber dejado escapar una oportunidad enorme. Con sólo un punto más que su eterno rival y superados por Newell's.

Es justo señalar también que se pusieron con ventaja de forma algo injusta. En la primera parte, todo lo había hecho Boca. Fue poco, pero más que ellos. Abbondanzieri, el mejor portero de la liga argentina y el titular de la selección -por poco tiempo ambas cosas, pues ya está Oscar Ustari preparado para coger el relevo-, se quedó a media salida y el "Tecla" Farías se giró y con una exquisitez bárbara le colocó el balón por encima, besando la escuadra. Entonces sí que River empezó a mandar. Fue muy superior en el segundo tiempo, lo suficiente como para borrar el recuerdo de todo lo anterior y hacerse merecedor claro del triunfo. Jugó con madurez, conteniendo y saliendo con velocidad a la contra. Gallardo forzó la expulsión del "Pato" en otra salida alocada del arquero local y Krupoviesa siguió el mismo camino ya cerca del final. No parecía posible que se le escapara el triunfo al equipo de Passarella, que estaba dando un golpe decisivo al Torneo Clausura. Pero apareció "el Mellizo". Y empató Palermo.

No suele ser malo igualar en el campo del eterno rival, pero River se fue con sensación de haber perdido. Y los hinchas de Boca festejaban. Quizá sea lo mejor para el campeonato, que queda más igualado y emocionante. Está claro que el nuevo proyecto millonario va en serio, pues le plantó cara al Boca bicampeón -con todas las estrellas- y fue mejor. Passarella se agrandó pese a lo que su equipo se perdió y calificó la celebración del rival como propia de "un equipo chico". No podía faltar la polémica en un clásico que ya en los prolegómenos se encendió con el fuego cruzado de ambos presidentes.

Y mientras escribía sobre el Boca-River, se ha suspendido el Independiente-Banfield con 1-2 a falta de diez minutos para el final. Al parecer, alguien de la grada agredió al entrenador visitante, aunque según los jugadores del "Rojo", el DT fingió -o eso les contó la policía-. Otro capítulo lamentable en un fútbol argentino que nos apasiona por los Agüero, Palacio o Farías, pero que sigue teniendo un problema muy importante en las gradas.

viernes, marzo 24, 2006

Celtic: una afición inmortal

Aprovecho que es viernes, un día menos cargado a nivel informativo y que si os parece bien dedicaré a colgar los artículos más "alternativos" o que se escapen de los temas que solemos tratar con mayor asiduidad -siempre que la actualidad lo permita-. Ya que el Celtic ganó el pasado fin de semana el primer trofeo bajo el mando de Gordon Strachan -la Copa de la Liga- y dejó sentenciada la Premier el miércoles con el 2-1 al Inverness, es un buen momento para rescatar un artículo que publiqué en "El 9 Esportiu de Catalunya" el 24 de mayo de 2003, en lo que fue una colaboración puntual después de mi viaje a la final de UEFA Cup de Sevilla. Os lo traduzco a continuación. El título fue el mismo que abre este post.

De vuelta a casa, un ligero trastorno, una pequeña obsesión, me sobresalta el ánimo. Convierto camisas de cuadros azules en camisetas a franjas verdes y blancas. Veo las calles terriblemente vacías, muertas, y me pregunto dónde está la marea celta que las inundaba. Es el despertar de un sueño, de una experiencia inolvidable. He vivido una final europea al lado de la mejor afición del mundo. El Celtic no es un club de fútbol. Es una cultura, una religión, un sentimiento compartido, un punto de unión entre gente dispersa de orígenes comunes. ¿Qué otro equipo es capaz de desplazar desde diversos puntos del planeta cerca de 75.000 personas, la mayoría de ellas sin entrada ni cama?

Llego el martes a Sevilla y me encuentro un mar de aficionados celtas uniformados consumiendo cervezas ya desde primera hora de la mañana. Se han instalado en la calle Alemanes, en la esquina de la catedral, cortando el tráfico desde el viernes. Hay banderas irlandesas en las paredes y en las farolas, en los bares no cabe nadie más y el suelo está lleno de cuerpos tumbados combatiendo el sueño y el alcohol. Haciendo cola en un local que ha agotado la cerveza, un aficionado me ofrece un poco de la suya y me invita a beber con sus amigos: "Salimos el domingo de Perth, cerca de Glasgow, y hemos venido en coche. Desde allí hasta Dover, luego en ferry hasta Calais, y toda Francia y toda España conduciendo". Luego me confiesa que no tienen entrada. ¿Por qué tanto sacrificio si no pueden ver el partido ni dormir en un hotel? "Ya sabíamos que no podríamos ir al estadio. Pero sólo por vivir esto vale la pena. Hay que estar aquí", dice mientras me señala el local, lleno de compañeros coreando himnos que resuenan por Sevilla. Son gente afable, alegre, abierta. Me aclaran todas mis dudas. ¿Por qué tantas banderas de Irlanda? "El Celtic es un equipo irlandés, no es escocés. Se fundó para ayudar a las familias pobres irlandesas que vivían en Glasgow. Podemos vivir aquí o allá, pero detrás de cada seguidor del Celtic hay antepasados irlandeses". ¿Por qué cantan el "You will never walk alone"? ¿No era del Liverpool? "No, no, nos lo copiaron, primero lo inventamos nosotros". Y sobretodo se sienten orgullosos de ser quienes son. "¿Te impresiona nuestra afición?", me repiten con una sonrisa.

Hasta el miércoles al mediodía no empieza a percibirse que la final la juegan dos equipos. Reina la cordialidad entre ambas aficiones cuando van llegando, poco a poco, los seguidores del Oporto, siempre minoría. A primera hora de la tarde empieza la peregrinación hacia el estadio: cerca de una hora a pie entre la marea verdiblanca ante el déficit de taxis. En los aledaños, los últimos revendedores intentan colocar las entradas. Se llegan a pagar 1.500 euros. Ya dentro, los portugueses gozan, por primera y única vez, de superioridad numérica. Han llegado antes y ya ocupan el fondo sur. El resto, las tres cuartas partes, serán del Celtic. No se sabe cómo, pero han conseguido ocupar todos los sectores neutrales. Un seguidor, con camiseta y bufanda, se sienta a mi lado en la tribuna de prensa. No sabía dónde se metía ni dónde iba a parar, pero había comprado aquella localidad unas horas antes en internet por 400 euros. Del partido, absolutamente taquicárdico, lo más impresionante fue ver casi todo el estadio cantando el "You will never walk alone". Henrik Larsson dio la razón a los que la noche antes le bautizaban como el "king of all kings" en sus canciones. Fue la estrella sin premio del encuentro. Con la derrota, llega el saber perder, la lealtad total. Cuando el Celtic pierde el último balón, con el tiempo agotado, toda su afición se levanta y empieza a cantar: "We are Celtic". Cuando el árbitro pita, silencian el estallido final del Oporto. "Vosotros habréis ganado, pero nosotros somos el Celtic". Les ovacionan como héroes y la mañana siguiente la prensa británica hace lo mismo. "King of Spain", titula el Daily Record, con una foto gigante de Larsson. Como si hubieran ganado. The Sun va más allá: "Never mind the score... you are immortal too". Cuanta certeza. Si alguna cosa tiene el Celtic, es una afición inmortal.

jueves, marzo 23, 2006

Miércoles de copas

Las copas nacionales pueden llegar a ser muy entretenidas si los equipos se las toman en serio. Ayer vivimos tres ejemplos que dignifican un tipo de competición despreciado en algunos países pero que puede reportar unas dosis de emoción a las que difícilmente llega una liga. De hecho, en Inglaterra está bastante claro quién se llevará la Premier desde hace varios meses, y en cambio la identidad del campeón de la FA Cup sólo se revelará el último día. Ya hicimos una apología de las copas en los inicios de este blog, así que no insistiremos en los mismos puntos. Nos limitaremos a analizar una tarde de miércoles futbolísticamente muy intensa gracias a los distintos torneos del KO repartidos por Europa.

La Coppa de Italia suele ser una competición muy desprestigiada en la que la mayoría de clubes forman con suplentes y jóvenes valores. De hecho, es quizá el caso más flagrante de desprecio a una copa que podemos encontrar en el fútbol europeo. Sin embargo, dio gusto presenciar ayer la semifinal ida entre el Palermo y la Roma (2-1), con ambos equipos sacando su once titular -especialmente meritorio en el caso "giallorosso", ya que se están jugando la cuarta plaza en liga y su corta plantilla está siendo castigadísima por las lesiones-. Para los sicilianos este torneo representa una gran oportunidad para conseguir un título y una vía de acceso más asequible a las competiciones europeas -de hecho, una final ante el Inter les garantizaría una plaza de UEFA Cup-. El partido se jugó de poder a poder y tuvo un inicio frenético, con dos goles en cuatro minutos. Simone Perrotta confirmó su reconversión en un notable llegador con el 0-1, pero un error del joven meta Curci -perjudicado por el agua que cayó abundantemente sobre el Renzo Barbera- permitió a Franco Brienza igualar a uno. Se calmó algo el encuentro y se vieron pocas ocasiones, pero el ritmo era intenso y el espectáculo agradable. La Roma disfrutaba de mayor posesión pero adolecía de falta de último pase. En la segunda parte introdujo a dos canteranos, Okaka Chuka y Aleandro Rosi. Este último mostró detalles de cierto interés con un par de pases ingeniosos y perfectamente ejecutados. El Palermo, con menos balón pero más velocidad en los últimos metros, golpeó tras un centro desde la derecha que prolongó Godeas y que remató con la zurda Mutarelli. No se movería ya un marcador que nos garantiza una vuelta muy emocionante. En la otra semifinal, el Inter derrotó 1-0 al Udinese con gol de Santiago Solari.

Aunque si hablamos de copas, la reina es la inglesa. El Chelsea-Newcastle decepcionó algo en cuanto a juego, pero todo vino marcado por el desarrollo del partido. Los de Mourinho se adelantaron enseguida en un córner que remató John Terry y cedieron luego la posesión de balón a un Newcastle muy inoperante. Sólo Kieron Dyer daba sensación de poder inventar una jugada de peligro -celebramos la recuperación del que fuera una de las estrellas de la Premier y que lleva varios años sin regularidad por varios problemas físicos, ojalá esta vez su vuelta sea definitiva- y un Ameobi voluntarioso lo intentaba con su potencia. Especialmente desesperante resultaba Scott Parker, un jugador que aglutina mucha posesión de balón pero que ralentiza en exceso el juego y carece de profundidad. No hubo grandes ocasiones: Given sacó un par de manos en contras "blues" y Bowyer y Solano fueron los que más se acercaron a un empate que siempre se antojó muy complicado. Tras esta eliminación, pocos alicientes le quedan al Newcastle esta temporada, ya que tiene muy difícil conseguir una plaza europea. El Chelsea peleará sus opciones de doblete contra Liverpool, West Ham y el que salga vencedor del cuarto de final entre Charlton y Middlesbrough de esta noche.

En Portugal fue donde más pasión se vivió. En un Dragao lleno, Oporto y Sporting protagonizaban en semis una especie de final anticipada. Con ambos como grandes aspirantes también al título de liga, el choque tenía sabor de partidazo. Adriaanse se atrevió de nuevo con el 3-3-4, aunque la presencia de Marek Ceh como extremo le daba un aire más conservador. Fue un partido de gran respeto y la mayoría de ocasiones llegaron en disparos lejanos. Tras el 0-0 de los noventa minutos, la prórroga resultó mucho más animada. El caboverdiano Nani asistió a Liedson para un 0-1 que parecía definitivo en el minuto 109, pero McCarthy igualó tras otro centro con el exterior de Ricardo Quaresma en el 114'. En la tanda de penaltis, Baía paró el de Joao Moutinho y los dragones se clasificaron para una final en la que serán claros favoritos -el rival saldrá del Setúbal-Guimaraes de esta noche-. El doblete, bastante posible, borraría el fracaso de la Champions y convertiría la primera temporada del técnico holandés en Oporto en algo muy exitoso.

Y sin detenernos en ningún partido en concreto, merece la pena resaltar el excelente cuadro de cuartos de final que quedará en la Coupe de France. Aún no se han sorteado los cruces, pero se han metido el Lyon, el Marsella, el PSG, el Lille, el Rennes y el Nantes. Sólo falló el Burdeos, que cayó 1-0 ante el Montpellier de la Ligue 2. El aire romántico lo pone el octavo clasificado, el Calais (cuarta división), que se cargó al Brest (también de segunda). Y no sólo por su categoría, sino porque rememora esa copa del 2000 en la que llegaron a la final y la perdieron ante el Nantes con un penalti en el último minuto. ¿Se reencontrarán?

miércoles, marzo 22, 2006

Un partido sin rival

Había prometido el Birmingham City que, pese a su dramática lucha contra el descenso, saldría a por todas en el encuentro de cuartos de final de la FA Cup ante el Liverpool. Esa intención duró cinco minutos, lo mismo que tardó el rival en situarse 0-2 gracias a dos acciones mal defendidas por la zaga "blue". Intentar una improbable remontada con un sólo delantero -las bajas dejaron a Forssell como único punta en la convocatoria- supondría un desgaste que podría pasar factura en los próximos partidos, en los que el Brum se juega mucho a todos los niveles. No se sintió ni capaz ni dispuesto, así que se abandonó y propició la mayor goleada de la historia de los "reds" fuera de casa en un partido de copa. No fue el del Liverpool un juego brillante, no hubo baño e incluso se podría decir que el encuentro fue tremendamente aburrido. De hecho, no había partido. Los de Benítez no tenían rival y jugaron a placer sin forzar la máquina. Lo abultado del resultado se explica también por un grado de efectividad enorme, ya que como Benítez reconocería después del partido, esta vez marcaron casi siempre que dispararon a puerta.

Pero por muchas justificaciones que se le encuentren, un 0-7 es un resultado humillante. Difícil de soportar para cualquier entrenador, sobretodo si el equipo se encuentra en zona de descenso en la liga. Steve Bruce no había sido prácticamente discutido ni por su afición ni por la directiva, pero queda ahora muy tocado y deberá soportar una enorme presión. Para empeorar la situación, los dos próximos partidos son ante el Manchester United y el Chelsea. Su intención es continuar al frente del equipo, pero resulta evidente que su cargo peligra.

En cambio, la goleada supone para el Liverpool el final de las dudas sobre su poderío ofensivo. Los quince goles anotados en los últimos tres partidos (cuatro de Peter Crouch) silencian las críticas a los delanteros, que se habían mostrado muy poco productivos. Morientes, Fowler y Cissé también han visto puerta en la última semana, por lo que Benítez tiene ahora una preocupación menos. Una vez casi garantizada la presencia en Champions la próxima campaña, la FA Cup debe ser la gran prioridad del club de Anfield de aquí al final de temporada.

Conocidos ya dos semifinalistas (West Ham y Liverpool), la cita de esta noche en Stamford Bridge promete ser el duelo cumbre de los cuartos de final. En el momento más crítico de la temporada, los de Mourinho se miden al mismo equipo que les eliminó en la misma ronda el año pasado. En aquella ocasión fue en Saint James' Park, pero pese a disponer hoy de ventaja de campo, la presión es inmensa para un equipo que ya no opta a la Champions pero que podría convertir esta temporada en histórica si se adjudica la FA Cup. Nunca han conseguido el doblete y esta es ahora la gran meta a corto plazo.

martes, marzo 21, 2006

Hablemos de descensos

La vorágine de lo mediático nos lleva a centrar nuestra atención en los pulsos por los campeonatos y los primeros puestos de las grandes ligas. Chelsea, Manchester United, Liverpool, Arsenal, Juventus, Milan, Inter, Bayern o Lyon forman parte del menú fijo de los fines de semana. Sin embargo, hay luchas muy interesantes sobre las que pasamos de puntillas. Los clubes que pelean por evitar el descenso a segunda se juegan algo mucho más visible: otra tanda de treinta y tantos partidos ante los grandes y su permanencia en el mapa a nivel internacional. Sabemos que Wigan existe porque su equipo está en la Premier. Que Sochaux es un pueblecito de la Alsacia pocos lo conocerían si no fuese por el fútbol. Y para seguir exhibiéndose, es preciso dejar a tres clubes por debajo. Los enfrentamientos directos por la permanencia suelen ser los encuentros más dramáticos, y a la postre los más bonitos, que se pueden ver en una temporada. Quizá es momento de detenernos en la situación de los últimos puestos en las cuatro grandes ligas extranjeras ahora que se entra en el tramo final de los campeonatos.

Con el Sunderland virtualmente descendido y con el Fulham escapando de la asfixia tras su victoria ente el Chelsea, parece que en Inglaterra serán tres equipos los que se rifarán las dos plazas restantes. Para mayor tensión, dos de ellos son casi vecinos, ya que West Bromwich es una población pegada a Birmingham, cuyo segundo equipo, el City, está inmerso en la pelea junto a los Baggies. El tercero en discordia, que parecía sentenciado pero que ha cogido mucho aire tras dos triunfos consecutivos, es el Portsmouth, que invirtió en el mercado de invierno mucho dinero para salir del pozo. Ahora mismo se salvaría el West Brom, que suma 27 puntos en 30 partidos. El Birmingham podría igualarle, ya que tiene 24 con un encuentro menos. El Pompey también se encuentra con 24, aunque en su caso sin ningún choque pendiente. Puestos a analizar las plantillas, quizá el West Brom cuenta con la más débil. Ya el año pasado se salvaron con una milagrosa carambola pese a llegar últimos a la jornada 38. El Birmingham dispone de un equipo en principio destinado a pelear por cotas mucho más altas, pero no ha encontrado la regularidad en ningún momento y su anunciada reacción siempre ha sido intermitente. La lógica le situaría como el favorito a salvarse, pero nada garantiza que el despegue se produzca en los nueve partidos que le quedan. El que viene en mejor forma es el Portsmouth, que además cuenta con un entrenador de los que sacan mucho partido a plantillas limitadas: Harry Redknapp. Los tres golazos de Pedro Mendes en los últimos diez días vienen a simbolizar la adaptación de los recién llegados, por lo que el optimismo ha renacido entre la hinchada de la costa sur, que veía como un inconveniente el exagerado número de extranjeros, muchos de ellos desconocedores de la idiosincrasia del fútbol inglés, que cohabitan en su plantilla.

En la Serie A hay menos plazas en litigio pero más candidatos al descenso. Es decir, parece que Treviso y Lecce están condenados, pero en cambio su acompañante puede salir de un grupo de cinco equipos: Messina (27 puntos), Udinese (28), Empoli (29), Cagliari (30, un partido menos, mañana contra la Fiorentina) y Reggina (31). Exceptuando el equipo friuliano, los demás podían presumir que les tocaría sufrir, por lo que su situación no les coge por sorpresa. El poder goleador de Suazo y el despertar de Esposito sitúan a los sardos como quizá los mejor colocados para escapar. En cambio, los calabreses parecían fuera de peligro, pero los equipos de la zona baja se han puesto las pilas y ahora sólo disponen de un margen de cuatro puntos que puede provocar cierto nerviosismo en una plantilla realmente floja. Pero si hay que hablar de dinámicas negativas, la del Udinese se lleva la palma. Cuartos el año pasado y casi octavofinalistas de la Champions en la presente temporada, no ganan un partido de liga desde el 21 de diciembre (un 2-0 a la Sampdoria). En total, trece jornadas sin victoria. En cambio, Messina y Empoli han vivido casi toda la temporada al límite y a nadie sorprendería que acabaran bajando. Los goles de Tavano dan cierta ventaja al equipo toscano, mientras que los sicilianos son los favoritos de muchos para ocupar la tercera plaza de descenso, pese a disponer de algunos centrocampistas de talento (D'Agostino, Sculli o Donati).

En Alemania, el Colonia parece destinado a seguir protagonizando su papel de equipo ascensor. Está ya a nueve puntos (18) de la salvación y ni Lukas Podolski está siendo capaz de levantar el vuelo de un equipo que se hunde. El Duisburgo, con tres puntos más (21) y probablemente la peor plantilla del campeonato, es otro candidato obvio. Más disputada estará la otra plaza, que ahora ocupa el Kaiserslautern (24), que ha experimentado una ligera mejoría en las últimas jornadas y que cuenta con una pareja de delanteros, Altintop-Sanogo, que ha firmado 24 goles. El Mainz (27) se está manejando bien al borde del abismo y además reparte mucho sus tantos, por lo que dispone de varios jugadores que pueden desatascar un encuentro complicado (Thurk, Zidan, Auer, Ruman). Menos garantías da un Wolfsburgo (27) que no está acostumbrado últimamente a luchar por la permanencia y cuyo proyecto ambicioso puede ser un lastre ahora que hay que fajarse con los más pobres. Y aunque estén ya algo más lejos, habrá que incluir a Eintracht (29), Bielefeld (30) y Nürnberg (30), aunque los bávaros vienen de abajo y han encontrado en la racha de Vittek (8 goles en 3 partidos) a su mejor activo para asegurar la salvación.

Y en Francia parecía cantado que los descendidos serían Metz, Estrasburgo y Ajaccio, pero el mal momento del Troyes (29 puntos, 10 jornadas sin ganar) y la reacción de los tres condenados ha abierto de nuevo la pelea. Los alsacianos son ahora los favoritos para salvarse, ya que están a sólo tres puntos, han ganado tres de los últimos cinco partidos (antes 2 de 26) y su eliminación en la UEFA, donde han hecho una gran campaña, puede permitirles centrarse en la lucha doméstica. Con Diané, los dos Farnerud, Boka o Johansen cuentan con equipo suficiente para eludir el descenso. El Ajaccio (24) dejó atrás su pésima racha, que les condujo de la zona media a las catacumbas de la tabla, y con el fichaje de Moussa N'Diaye (5 goles en 12 partidos) vuelve a tener opciones. Incluso las tiene el Metz (23), que había tirado la toalla y empezó a apostar por los jóvenes, pero ahora se ven a dos partidos de la salvación y vuelven a creer. Sobra decir que no lo tendrán nada fácil y que siguen siendo los más firmes candidatos a jugar en la Ligue 2 el año que viene.

lunes, marzo 20, 2006

Después del derbi de Fulham

Nos regaló esta Premier League aparentemente cerrada un gran partido para el recuerdo. El derbi de Fulham se lo llevó el pobre y provocó casi todos los titulares de la prensa del lunes: la tercera derrota del Chelsea, que hace soñar al Manchester United; la batalla campal sobre el césped entre sectores de las dos aficiones rivales, condenada por ambos clubes; la rueda de prensa de Mourinho, en la que volvió a evidenciar lo mal que se maneja en la derrota; la polémica sobre una decisión muy clara, que encendió de nuevo el extraño victimismo "blue"...

El Fulham derrotó a su vecino rico por primera vez en 27 años, un dato que no se le escapó al cada vez más controvertido técnico portugués, que afirmó: "Sé que es algo que no les sucede muy a menudo". Es cierto que los cottaggers tuvieron buenas dosis de fortuna: en el gol de Boa Morte, que se beneficia de dos rebotes, y en varias ocasiones muy claras que el Chelsea desperdició. Pero la victoria de un conjunto que se encontraba en crisis ante el hasta ahora todopoderoso líder abre de nuevo la puerta a las matemáticas. El Manchester United, que se encuentra en el mejor momento de los últimos años, se sabe a nueve puntos virtuales y cuenta con que pueden ser seis ganando en Stamford Bridge en la penúltima jornada. En Old Trafford vuelven a soñar con la posibilidad de pelear el título, sobretodo porque este Chelsea ha dejado de ser tan fiable. Su calendario de aquí al final no es asequible: visita a Birmingham, Bolton, Blackburn y Newcastle y recibe a un Everton enrachado. Parece que por fin los "blues" han entrado en la lógica de la Premier, aquella que señala que puedes dejarte puntos en cualquier partido, sobretodo fuera de casa. Y eso es una excelente noticia para un torneo que amenazaba con convertirse en soporífero.

Mourinho resulta hasta gracioso cuando gana, pero suena más bien patético cuando pierde. Reconoce que hubo manos en el gol anulado a Drogba, pero se atreve a manifestar que "hay una vara de medir para el Chelsea y otra para el resto de los equipos" sólo porque considera que el árbitro anuló el gol por la presión de los jugadores del Fulham. Es decir, admite que era ilegal pero le molestó la forma de obrar del colegiado. Montar una pataleta porque Mike Dean rectificó su decisión tras consultar al asistente me parece absolutamente desproporcionado, ya que el escándalo habría sido que concediera un gol tan flagrantemente irregular. El árbitro explicó todo el proceso en unas interesantes declaraciones después del partido con las que la polémica debería quedar zanjada.

¿Por qué el Chelsea ya no parece el de antes? Probablemente le haya afectado la eliminación de la Champions y ya no se sienta tan superior, tan capaz de resolver los partidos cuando le dé la gana. Crisis de confianza o pérdida de una soberbia que resultaba muy positiva para su juego. Falta de brillo en Frank Lampard, el jugador más importante del equipo y que no pasa por un buen momento. ¿Se prolongará el desquicio lo suficiente para que esta Premier tenga emoción? Es muy complicado que ocurra, pero ya es interesante que podamos hacernos la pregunta.

Y un reconocimiento a este Fulham batallador que supo defenderse bien y le jugó con descaro al campeón. Liam Rosenior sigue ganándose una reputación de gran promesa y quién sabe si futuro lateral derecho de Inglaterra. Coleman respira por fin tranquilo tras una racha pésima de resultados que había comprometido incluso la permanencia para un equipo que aspiraba a terminar entre los diez primeros -algo muy complicado en una liga tan igualada en la zona media alta-. Así que el año que viene tendremos de nuevo derbi de Fulham. El listón quedó ayer muy alto.

viernes, marzo 17, 2006

Se confirma: esta es la UEFA del Este

Impresionante. El fútbol de la Europa del Este ha metido a cuatro representantes en los cuartos de final del segundo torneo del continente. Ya cuando se clasificaron para octavos les dedicamos aquí un artículo, creyendo que no habría muchas más oportunidades de hacerlo. Pues los cuatro siguen vivos y han eliminado a conjuntos de ligas mucho más potentes, como la Bundesliga, la Serie A italiana, la Ligue 1 francesa y la primera división española. Especialmente destacable resultó la hazaña del Steaua ayer en Sevilla, donde se mostró como un equipo maduro y que apunta a candidato serio a llevarse el torneo, con Radoi, Goian, Nicolita, Dica y Iacob como hombres clave. El sorteo, siempre caprichoso, le ha emparejado con su vecino Rapid en la que será una de las eliminatorias más especiales que se han visto en cualquier competición continental en los últimos años. Bucarest se está volcando con esta UEFA y el ambiente que se generará en los días previos a los dos partidos puede ser tremendo.

En Rusia creen que es posible retener la Copa, aunque esto suponga que viaje de Moscú a San Petersburgo. El Zenit cuenta con una delantera de muchísimo nivel que volvió a ser clave en el partido de vuelta. Kerzakhov aprovechó un error de Carrasso para casi sentenciar el pase a cuartos, aunque luego tocó sufrir tras el gol de falta directa de Déhu. El Sevilla es teóricamente superior al que fue sexto clasificado de la última liga rusa, pero tanto la actuación del Zenit ante un Marsella que se tomó muy en serio ambos partidos como los dos antecedentes en poco más de un año (los dos en San Petersburgo, un empate y una derrota hispalense) invitan a la precaución.

El que menos opciones tiene a priori es el Levski, que fue el único que se benefició de una alineación alternativa en el rival. El Udinese se encuentra en plena crisis y reservó a varios titulares para intentar remontar el vuelo en la liga ante la amenaza de descenso. Los jóvenes batallaron duro para conseguir el pase a cuartos, pero se hundieron en un segundo tiempo jugado con mucha pasión por el equipo búlgaro, empujado por una hinchada que no se ha visto nunca tan cerca de la gloria europea. El mítico Daniel Borimirov abrió el camino de la remontada, que consolidó Igor Tomasic, un central que en 2002 jugó la Champions con el Genk. En cuartos será otra historia, pues el Schalke se ha erigido en el gran favorito del torneo junto al Sevilla. Su 3-0 de ayer al Palermo volvió a demostrar la auténtica olla a presión que es su estadio, aunque la expulsión de Corini debilitó enormemente a los sicilianos, que esta vez sí sacaron su mejor once -Makinwa y Caracciolo estaban en el banquillo, pero es que Papadopoulo prefiere a Godeas-.

El Basilea-Middlesbrough será el único cruce sin presencia del Este. Lo del equipo suizo también tiene mérito y no hay que descartarle en absoluto. Cuenta con un enganche maravilloso, Matías Delgado, máximo goleador de esta UEFA pese a no ser delantero. El Boro, pese a tratarse de un conjunto inglés, es también un novato en estas rondas europeas, por lo que esta será quizá la eliminatoria más abierta. Y el ganador se medirá a un conjunto de Bucarest en la semifinal. Está garantizado, por lo tanto, un finalista con el que nadie contaba.

jueves, marzo 16, 2006

Allanándote el camino

Como en la canción de Rosana, el Sevilla puede sentir que la suerte está de su lado. También el Betis si hoy supera al Steaua de Bucarest, algo que no será fácil viendo la gran temporada del fútbol rumano en Europa. Ayer cayeron dos de los grandes favoritos a adjudicarse esta UEFA Cup: la Roma y el Hamburgo. En dos partidos con final trepidante y acoso absoluto del equipo local buscando el gol que le metiera en cuartos, el visitante hizo valer el resultado de la ida y se coló sorprendentemente entre los ocho mejores. Pero pese al guión parecido, había en el perfil de los personajes que interpretaron el drama una curiosa diferencia radical. Mientras los alemanes llegaron a jugar con seis hombres de ataque (Barbarez, Lauth, Mahdavikia, Takahara, van der Vaart y el improvisado ariete van Buyten), los italianos sólo disponían de un delantero puro, el joven de 16 años Stefano Okaka Chuka. A la Roma le ha hecho mucho daño la plaga de lesiones, que la dejó sin Totti, Montella y Nonda.

Realmente frenético fue el Hamburgo-Rapid de Bucarest, con fútbol muy directo, un ritmo altísimo y escasa pausa. Los rumanos mantuvieron una línea de tres delanteros hasta el final del encuentro, por lo que su potencial al contragolpe era tremendo y se generaban continuas situaciones de peligro en las dos porterías. Acabó siendo decisivo el quinto gol en esta UEFA de Mugurel Buga, un hombre que sólo lleva tres tantos en la competición nacional, un poco a imagen y semejanza de su equipo, ya la gran revelación del torneo europeo pero sólo sexto en la Divizia A. Su lista de víctimas es ilustre: Feyenoord, Rennes, Hertha y Hamburgo. Mucho más temibles en su estadio, ayer mostraron cierta debilidad defensiva. Estuvieron muy echados atrás y sufrieron enormemente ante los balones largos que enviaba el segundo clasificado de la Bundesliga, cuyo juego combinativo fue más bien nulo. Muy mal está el fútbol alemán si en marzo hasta Rumanía puede tener más representantes que ellos en Europa.

Hoy puede seguir la fiesta, con Marsella, Schalke y Udinese en situación crítica. Enorme será el encuentro de Gelsenkirshen, aunque la actitud del Palermo en la ida, pese al 1-0, fue difícil de entender. Salió con muchos suplentes y se toma más en serio la liga, donde está lejos de todo. Podrían hacer historia en esta UEFA en la que los gigantes se van quedando atrás. Si no salen con lo mejor, difícilmente aguantarán en el Arena auf Schalke. Contrasta esta tendencia con la de un Middlesbrough que hoy se lleva titulares triunfalistas en la prensa inglesa y que reservó hasta a nueve hombres en su último partido de Premier ante el Charlton para afrontar en plenitud el duelo de Roma, calificado de histórico por los propios jugadores. Habrá que esperar a esta noche y saber cómo queda el cuadro, pero el camino hacia Eindhoven es cada vez más llano.

martes, marzo 14, 2006

Contundencia y pegada

Pues pasó el Inter. Ninguna sorpresa. Enseguida se vio que al Ajax le costaría horrores crear una sola ocasión. Huntelaar no conseguía encontrar la forma de aparecer en el partido, de contactar con el balón en posición de peligro. Ganaron los italianos por peso, por contundencia, por agresividad y por pegada. Y eso que Adriano vive uno de sus peores momentos desde que está en Europa. Los de Danny Blind tocan biel el balón, pero carecen de un jugador que asuma la responsabilidad en el centro del campo, avance con conducción y se atreva a encarar. Un papel que sólo puede desarrollar Wesley Sneijder, hoy ausente por lesión. Pienaar es un peso ligero que ha naufragado en el intento. Es más un hombre de llegar por sorpresa jugando cerca del área. Pegado a la línea central sólo destaca cambiando el sentido del juego y soltando la pelota rápidamente. No puede irse hacia adelante e intentar la acción individual, porque se hunde contra los gigantes. Ante esta ausencia de un líder para transitar el balón por la zona de tres cuartos, el pase largo se convertía en el último recurso. Y ante esa estrategia, Materazzi ha parecido el mejor central del mundo y Huntelaar un delantero mediocre. El ex Heerenveen no está acostumbrado a este tipo de marcajes tan pegajosos y repletos de fuerza. Ha sorprendido la tardía incorporación de Babel, un atacante mucho más directo que Rosales y con más recursos para desequilibrar. El Inter, en cambio, jugando con escasa fluidez y continuidad, daba siempre mayor sensación de peligro. Y cuando Stankovic marcó el 1-0, terminó el partido. Dos goles era tarea imposible para un Ajax frágil, menudo, delicado, minimalista.

Duelo de prestigio para el Villarreal, con visita a un templo europeo como San Siro. Lógico favoritismo para el Inter, un club con enorme jerarquía en Europa y de larga tradición. Factor importante este, pues de ello puede depender el saber manejar una eliminatoria de gran trascendencia y no asustarse ante la proximidad del éxito. La calidad de los atacantes -sobretodo si Adriano recupera su mejor nivel- también decanta el choque hacia el lado italiano, pero está claro que el equipo castellonense tiene opciones. De entrada, porque el Inter vive en el intento permanente de desarrollar una idea de juego a la que aún no ha llegado y se sirve de su poderío en los últimos metros para sacar adelante muchos partidos. Eso le convierte en un equipo de fiabilidad parcial, lejos de una Juventus mucho más rodada o de un Milan que posee mayor calidad. Y también Riquelme puede jugar un papel decisivo con su juego entre líneas y sus pases interiores, precisamente lo que le faltó al Ajax para desarmar a dos centrales fuertes pero más bien lentos -aunque con Córdoba tendrán más velocidad atrás-. Un cruce pues muy interesante y que completa un cuadro de cuartos de final realmente atractivo.

lunes, marzo 13, 2006

El 3-3-4 es posible

Desde hace algún tiempo, el Oporto viene proponiendo un sistema de juego nada habitual en el fútbol actual: el atrevidísimo 3-3-4, planteado además con una dosis añadida de osadía. Se podrá decir que lo ejecuta en una liga cuyos rivales, salvo un par de excepciones, son equipos de poco nivel -aunque la clase media ha progresado bastante en los últimos años y los Braga, Boavista o Nacional se han acercado a los gigantes-. Es cierto, pero no lo hacen ni el Benfica, ni el Sporting, ni el PSV, ni el Feyenoord, ni el Ajax, ni el Celtic, ni el Rangers, para citar a algunos conjuntos que se encuentran en un papel similar. Se llevó muchas críticas Co Adriaanse tras la sorprendente eliminación en la Champions, pero estaba claro que un técnico nuevo, con varios jugadores recién fichados y con una idea futbolística nada parecida a la del antiguo entrenador requerían tiempo. Y parece que empiezan a llegar los frutos, ya que los "dragoes" se encuentran donde deben estar por el potencial de su plantilla: en cabeza de la Superliga Portuguesa.

El viernes visitaban al Vitoria Setúbal conscientes de la necesidad de conseguir una victoria, ya que los dos perseguidores habían reducido la ventaja recientemente. La formación inicial sólo sugería ambición. Con Vitor Baía en la puerta, una defensa de tres con Bosingwa, Pepe y Pedro Emanuel, un centro del campo con Lucho González, Paulo Assunçao y Raúl Meireles y una delantera formada por Quaresma, Adriano, McCarthy y Lisandro López. Con el desarrollo del juego, el talante ofensivo que ya se intuye en la pizarra se torna aún más asombroso. ¡Bosingwa se atreve a subir la banda! ¡Lucho González y Meireles llegan con enorme asiduidad a posición de remate! Es una auténtica avalancha que acaba ganando los partidos por acoso y derribo. Ricardo Quaresma, que alterna las dos bandas, ha conseguido el milagro de manejar los dos perfiles con una sola pierna. Cuando actúa por la izquierda, centra siempre con el exterior de la pierna derecha y el resultado es impecable.

Es este por lo tanto un nuevo Oporto que muy poco tiene que ver con el de Mourinho. De hecho, del once titular de la final de Gelsenkirchen, sólo Vitor Baía sigue en la plantilla. También está McCarthy, que aquel día saboreó únicamente trece minutos de gloria. Se han ido los grandes artífices del éxito: el entrenador, Deco, Maniche, Carvalho, Costinha... Por cierto, el menos mediático de aquella alineación, Pedro Mendes, marcó este fin de semana dos golazos para mantener con vida al Portsmouth en la Premier. Pero han llegado algunos futbolistas de mucho nivel a la segunda ciudad portuguesa. Ricardo Quaresma, con el que no se tuvo paciencia en Barcelona, será un extremo de primer orden. El brasileño Diego Ribas es un fantástico armador de juego del que, cuando estaba en el Santos, se decía que era mejor que Robinho. Lucho González es quizá el jugador más europeizado que ha salido de Argentina últimamente. Su condición de máximo goleador del equipo confirma su rápida adaptación. Raúl Meireles da un equilibrio enorme al centro del campo y tiene pinta de hombre importante en el futuro de los "dragoes". Quizá pronto veamos de nuevo a un Oporto competitivo en Europa. ¿Jugaría con un 3-3-4 en Old Trafford o Delle Alpi?

Si a la Juve le basta con un empate...

... empata. Leíamos ayer que se conformaban con un punto. Que les valía. Mantenían la distancia de más diez y se metían la liga en el bolsillo. No importa que se juegue en casa, que se le ofrezca poco a la gente. Son los títulos los que la hacen grande, sus victorias. Equipo ganador significa eso, que gana. Y si empatar es ganar, se empata.

El que presuntamente debía ser el partido decisivo del campeonato fue una decepción absoluta. No se jugó a nada, casi no hubo ocasiones. Como ya tuvimos un momento cumbre en esta Serie A, el golazo de Del Piero en el Giuseppe Meazza, la Juve decidió que no hacía falta añadir nada más. Y hizo todo lo posible para que no pasara nada. O mejor, que sólo pasara el tiempo. Fue, pese a tratarse de un 0-0 en casa, un triunfo bianconero, pues se impuso el guión que preferían los turineses. Una invitación a cambiar de canal, a que los ojos se decantaran por el Independiente-River. Seguirán críticas agudas a Capello, a su equipo, al fútbol italiano en general... pero ellos se acercan al título e incluso se felicitan por un partido que probablemente no gustó a ningún aficionado imparcial. Buffon considera que jugaron inteligentemente y el entrenador elogia a sus jugadores y se siente satisfecho con su actuación.

Puede esta Juve centrarse ahora en la Champions, donde suele rendir por debajo de su nivel doméstico. Pese a las repetidas decepciones en Europa, su bagaje en el continente es inmensamente superior al de un Arsenal que interpreta el papel del joven alumno brillante que pretende codearse con sus maestros. Me pedía Ricardo Altable en la tertulia de "Rock&Gol Deportes" del viernes que definiera con el título de una película los cuatro cruces que nos había deparado el sorteo. Para esta eliminatoria elegí uno un poco cruel, injusto y maniqueo: "Medianoche en el jardín del Bien y el Mal". Argumenté, admitiendo que probablemente me excedía, que cuando pensamos en Arsenal y Juve nos vienen a la cabeza dos ideas futbolísticas enfrentadas. Los "gunners" practican un juego bello, de toque y velocidad, sus partidos son frenéticos y hasta acusan una inocente bondad: llegan muchas veces pero les cuesta rematar al rival. La Juve en cambio es implacable: si tiene media opción te sentencia, a veces con enorme crueldad -véase Werder Bremen-, su fútbol es más bien feo y rocoso y muchos de sus encuentros provocan somnolencia. Es este choque de estilos y enfrentamiento de contrarios -ambos respetables- uno de los rasgos principales que tendrá este cruce apasionante, en el que los italianos partirán como favoritos pero en el que no se puede descartar una sorpresa.

Y es que el Arsenal volvió a jugar un muy buen partido esta tarde en Highbury ante el Liverpool y parece haber llegado la continuidad que reclamaba Wenger en el rendimiento. Lo decidió un regalo de Gerrard, pero la brillante actuación de Cesc y Henry merecía un margen más amplio antes del empate de Luis García. Incluso Philippe Senderos firmó por fin un encuentro al nivel de los de la pasada temporada, de esos que le llevaron ser considerado el central con mayor proyección de Europa. En dos semanas y media le espera Trezeguet, el rematador más fiable del continente.

jueves, marzo 09, 2006

Frutos que maduran, flores que se marchitan

El partidazo de anoche en Highbury, que sorprendentemente terminó sin goles, puede suponer un punto de inflexión en las trayectorias de los dos equipos que lo protagonizaron y en las carreras de algunos de sus jugadores. Mientras Senderos, Hleb o Eboué necesitaban un gran partido en Europa para confirmarse en el primer nivel internacional, otros como Ronaldo dejaron entrever que su mejor tiempo queda ya lejos. El Arsenal que siempre duda en la Champions tiene ya un triunfo memorable a partir del que puede construir sus sueños. En cambio, suenan en Madrid voces grandilocuentes que señalan la derrota londinense como el fin de un ciclo.

Parecía una eliminatoria condenada a decidirse por el mayor grado de acierto en los últimos metros. Una especie de intercambio de golpes, un recital de fútbol abierto. Se enfrentaban dos equipos que atacan mejor que defienden, pero a la hora de la verdad, sólo la autopista hacia la gloria de Henry en el Bernabéu terminó en la red. Y esto, aunque Casillas y Lehmann estuvieron soberbios en los dos partidos, debe apuntarse en el debe de los ataques. Sobretodo el del Madrid, incapaz de perforar una defensa cuyo eje izquierdo, Senderos-Flamini, se antojaba sumamente vulnerable. Tiene que estar muy mal Ronaldo para generar tan poco peligro ante lo que tenía en frente. También fue inexplicable la tardía incorporación de Robinho, un jugador con mucho desborde, algo de lo que adolecían los blancos. La infructuosa actuación madridista es un regalo para la confianza de una joven retaguardia "gunner" que llegaba a la eliminatoria con muchas dudas y que sale de ella con un registro inmaculado ante el equipo más glamouroso de Europa.

Se ha dicho que Thierry Henry no estuvo ayer al mismo nivel que en el Bernabéu. Allí marcó y es indudable que esa jugada decidió la eliminatoria, pero creo que su partido de vuelta fue superior en cuanto a participación en el juego. Ganó multitud de balones, mantuvo posesión -en eso Hleb también se salió- y creó ocasiones de la nada. Se reivindicó una vez más como el futbolista total, el que domina todas las facetas. Ni el Arsenal es favorito a ganar la Champions ni Francia a conquistar el Mundial, pero nunca se debe descartar a un equipo que tenga a Henry en sus filas.

La noche de Champions nos dejó una sorpresa mayúscula: la eliminación del campeón en octavos de final. Simao Sabrosa, cuya cotización está muy por encima de la de aquel chaval que fracasó en el Barça, firmó el mejor gol de esta ronda y sentenció al Liverpool, incapaz de anotar una sola vez pese a disponer de múltiples ocasiones para ello. El Benfica es uno de esos clubes cuyo contexto les hace más peligrosos que su nivel real: es una institución enorme, con un campo muy grande y con dos Copas de Europa en sus vitrinas. Otros dos equipos salieron reforzados: un Milan arrasador que se sacó de en medio al Bayern por calidad y fuerza -Pippo pide a gritos un billete a Alemania- y un Lyon que dejó claro que está muy por encima de las medianías y que su objetivo es ganar la competición. Así de rotundo. Porque para conseguirlo, primero hay que creérselo.

miércoles, marzo 08, 2006

Allí bailado, aquí desquiciado

Tengo la sensación de que Mourinho se ha hundido en su propio personaje. Que se obsesionó tanto en la batalla psicológica y en las estrategias de presión que se olvidó de lo que más sabe hacer: entrenar y plantear partidos. Y ya no supo rectificar, desquiciado por su derrota, superado por la situación contraria. El Barça ganó la eliminatoria en Stamford Bridge, porque con su baño en los últimos treinta minutos obligó al Chelsea a llevar la iniciativa en la vuelta, algo que ante grandes equipos le cuesta mucho más. Y luego "Mou" se equivocó en el planteamiento. Enseguida se vio que el Barça no le dejaría espacios y que los "blues" necesitaban la figura de un centrocampista ofensivo que asumiera la responsabilidad, aglutinara posesión en la zona de tres cuartos y diera últimos pases, ya fuese a Drogba o a los extremos. Tenía tres jugadores que podían desarrollar ese papel, pero no se lo dio a ninguno de ellos. Lampard estaba demasiado retrasado, Joe Cole pegado a la banda y Gudjohnsen en el banquillo. En cambio, Arjen Robben, un extremo puro, mucho más de desborde que de asistencia, jugó en la media punta. Se perdió. Y el Chelsea no jugó a nada.

Mourinho suele reaccionar rápido, pero esta vez no introdujo a Gudjohnsen -el equipo pedía a gritos su presencia- hasta el minuto 58. Otra opción más cómoda y más factible de realizar de inmediato era pasar a Robben a una banda y colocar a Joe Cole en el centro, ya que él sí es un especialista en ese puesto. Pero no lo hizo. Y luego tampoco arriesgó, ya que quitó a Drogba, un delantero mucho más capaz que Hernán Crespo de crearse ocasiones él solo. Y visto como iba el partido, en el que las oportunidades de gol escaseaban, renunciar a la imprevisibilidad del marfileño era un lujo que difícilmente podía permitirse. Meter al argentino no era mala opción, pues su categoría en el remate podía desbloquear una situación comprometida, pero quedarse sin Drogba era perder una gran arma. Le podría haber ubicado algo caído a la derecha, donde habría creado muchos problemas con sus extraños movimientos. El último cambio de Huth, situándole como delantero centro, olió a desquicio total. Ya lo hizo en Anfield y parece que Mou sólo muere habiéndose jugado antes la rústica carta del alemán como ariete improvisado.

Con esta clasificación y su nueva faceta camaleónica -que mostró asumiendo pocos riesgos y retrasando la defensa para anular completamente el planteamiento inicial del rival-, el Barça se convierte en quizá el gran favorito para ganar esta Champions. Pudo ser mejor si llega a caer la Juve, "el tercer grande", que estuvo muy cerca de la eliminación en Turín ante el Bremen. El portero Tim Wiese, que había estado enorme hasta ese momento, regaló un balón que ya había blocado en el minuto 88 y Emerson selló el pase de los italianos. Los demás candidatos lo lamentaron.

martes, marzo 07, 2006

Una respuesta sorprendente

Pregunta Soccernet: "Do Chelsea have the quality to turnaround their tie with Barcelona?" (¿tiene el Chelsea la calidad para remontar la eliminatoria contra el Barça?). A las 15:02, han respondido 38.360 internautas. Y sorprendentemente, gana el "no" por un margen arrollador: 70 a 30. Digo sorprendente por dos cuestiones. La primera, que se entiende que la mayoría de los votos han sido de aficionados ingleses, al ser una web en su lengua y que dedica la mayor parte de su atención al fútbol británico. Aunque no es la primera vez que sus lectores reaccionan de esta forma. Detrás de la prepotencia con la que se les suele asociar, los hinchas del país que inventó el fútbol han adquirido cierto complejo ante el juego de toque que viene del sur del continente. La segunda causa de mi sorpresa es la respuesta en sí. No están preguntando si el Chelsea remontará, sino si tiene la calidad para hacerlo. Yo he contestado que sí, que la tiene, aunque no sé si lo conseguirá y de hecho creo que lo más probable es que pase el Barça. Pero contestar "no" supone no darle ninguna opción al equipo de Mourinho, creer que no es posible un partido en el que un Chelsea bien armado atrás contenga los ataques de la magnífica línea ofensiva "blaugrana" y que su velocidad por bandas, la movilidad de Drogba y las llegadas de Lampard hagan mucho daño a la no tan brillante defensa culé. Es uno de los guiones que se podrían dar, como también lo es una exhibición de Ronaldinho y Messi acompañada del acierto rematador de Eto'o. Este tipo de partidos, entre dos equipos de mucho potencial, tiene muchas resoluciones posibles. Y como ya dije antes del Madrid-Arsenal, suelen depender de la inspiración del momento. Con un 1-2 en la ida, la eliminatoria se vería sentenciada ante cualquier otro rival. Veo complicadísimo que con las ganas que se le tiene al Chelsea en Barcelona y con un Camp Nou que generará un ambiente muy superior a lo habitual los hombres de Rijkaard dejen escapar el pase a cuartos. Pero aún no está hecho y creer que sí sería un error que no deberían cometer.

El segundo partido en interés de esta reducida media jornada de octavos es el Juventus-Bremen. Básicamente, porque está en peligro uno de los gigantes del fútbol continental y quizá "el otro" de los tres grandes favoritos. Con su experiencia europea y la fiabilidad que le caracteriza, el conjunto de Capello debería remontar ante un Werder que no sabe jugar a defenderse. El partido puede ser explosivo, con enormes emociones y con un guión poco juventino. Será una especie de batalla interna de los dos equipos para intentar controlar su propia naturaleza. Los alemanes buscando contener su tendencia suicida -la del 7-2 en Lyon- y los italianos intentando arrollar desde el principio -algo que demostraron en San Siro ante el Inter que sí son capaces de hacer-. Choque de estilos precioso y una lástima que coincida con el duelo del Camp Nou.

El Villarreal lo tiene todo a su favor para hacer historia ante el Rangers, un conjunto muy inferior a nivel técnico que tirará de fútbol directo. El animoso Burke y la velocidad de Lovenkrands serán las armas más temibles siempre que McLeish tome de nuevo la difícilmente comprensible decisión de dejar a Kris Boyd en el banquillo. Es un partido en el que Riquelme puede salirse, ya que los centrales Rodríguez y Kyrgiakos son fuertes en el juego aéreo pero tiemblan ante pases interiores inteligentes. Es la eliminatoria con pronóstico más claro de las tres de hoy.

El empate más dulce

Antes de meternos de lleno en la Champions, no podemos pasar por alto el peculiar clásico del fútbol francés que se vivió el domingo en París. El PSG-Marsella viene a ser en la Ligue 1 lo que el Madrid-Barça en España. Toda semana previa al gran duelo es movida, pero lo de este año ha sido inigualable. El club capitalino vendió entradas a los aficionados rivales en una ubicación muy próxima a sus propios seguidores, casi pegados en la grada. La directiva visitante sintió amenazada la seguridad de sus hinchas y les pidió que no viajaran. Y lo más gordo: como el primer equipo del OM nunca juega sin su afición, decidió mandar a un grupo plagado de suplentes y con muchos juveniles. Un Marsella B, vamos. La sorprendente medida adoptada por Pape Diouf y su junta no tenía ninguna justificación deportiva: era claramente perjudicial para sus propios intereses. Hay que entenderla únicamente como un gesto de dignidad y de respeto al mayor activo del club más popular de Francia: su gente.

Llegó el domingo y aunque muchos lo dudaban el Olympique cumplió su amenaza. Sacó un once titular con cinco debutantes y otros dos -el argentino Renato Civelli y Alain Cantareil- que prácticamente lo eran, ya que sólo habían disputado unos 50 minutos en primera división francesa. La alineación la completaban cuatro suplentes del primer equipo: Carrasso, André Luis, Delfim y Giménez. De los novatos, el que más gustó fue el joven de 17 años Garry Bocaly, un carrilero diestro que siempre jugó el balón con mucho sentido. Y eso tiene un triple mérito: primero, la intención de no regalar la bola y sacarla controlada; segundo, elegir una buena opción de pase, y tercero, ejecutarla bien. Quizá este cameo precipite su ascensión.

Si hasta aquí todo es ya muy curioso, el desenlace de la película no desentona con el guión previo. El PSG formó con su mejor equipo posible y pensó que los goles caerían por su propio peso. El Marsella espero atrás, con tres centrales apoyados por dos laterales largos y un centro del campo de mucha contención. Sólo Giménez tenía presencia arriba, más alguna incorporación de N'Diaye. Y el tiempo fue pasando y pasando y por no llegar no llegaban ni ocasiones. Guy Lacombe hizo un cambio a la media hora porque se olía la humillación pero la introducción del brasileño Paulo César no cambió el decorado. El sentido del ridículo pesó cada vez más en el equipo local, cuyo público no daba crédito a lo que sucedía sobre el campo. El Olympique resistía y tres nuevos debutantes ingresaron en el campo. Cuando el pitido final confirmó el empate a cero, los jóvenes marselleses celebraron el resultado como si se tratara de una final de la Champions. Habían cosechado un resultado heroico.

Y la siempre apasionada afición del OM reaccionó con euforia. Recibió a su equipo en la estación de Saint Charles como a auténticos campeones y seguro que pronto se venderán DVD's del partido del Parque de los Príncipes. A veces un 0-0 puede ser muy dulce.

lunes, marzo 06, 2006

¿Puede ser Huntelaar el Bota de Oro?

Nos impresionaba la temporada de Klaas-Jan Huntelaar en el Heerenveen y estaba claro que pronto se lo llevaría un equipo de mayor nivel. El Ajax fue el más rápido y se quedó con la mayor perla emergente del fútbol holandés, un delantero al que curiosamente había dejado escapar el PSV. Le costó arrancar en su nuevo club y se cuestionó su capacidad para rendir en un grande. Fueron tres partidos sin marcar y jugando todos los minutos. Pero cuando le entró el primero, en un choque de Copa, no paró. Lleva doce goles en los últimos ocho encuentros y su registro en la presente Eredivisie sumando los dos equipos con los que ha jugado es impresionante: 27 tantos en 24 jornadas. Hay que empezar a pensar que es uno de los candidatos a ganar la Bota de Oro, aunque suele ser complicado para un futbolista de una liga valorada como de nivel medio, ya que cada gol multiplica por un coeficiente de 1,5 (por el de 2 de las más competitivas). Aunque sea más fácil marcar en Holanda, no lo es tanto terminar el campeonato con entre 35 y 40 dianas, los números en los que debe moverse para conseguir el trofeo. Sobretodo si tenemos en cuenta que sólo le quedan siete jornadas. Pero su estado de forma actual, con el hat-trick de hoy ante el Sparta de Rotterdam, hace pensar que sí es posible.

Luca Toni sigue siendo el líder de la clasificación de lo que oficialmente se llama ESM Golden Shoe. Abrió el marcador ante el Siena en el derbi toscano, aunque luego le cambiaron. Sus 23 anotaciones le sitúan con 46 puntos. Huntelaar ya es su más directo perseguidor con 40,5. van Nistelrooy y Eto'o están con 38, Trezeguet con 36 y Henry con 34. Nombres de mucho peso en un año en el que los números están muy disparados y en el que por el ritmo que lleva y por el margen que tiene el delantero de la Fiorentina es el gran favorito. Pero que nadie descarte a Huntelaar.

domingo, marzo 05, 2006

Apuntes de un sábado de Premier previo a la Champions

Empezaba la jornada sabatina de fútbol en West Bromwich, una localidad muy cercana a Birmingham -de hecho, casi pegada a ella-, en la que la lucha para evitar el descenso con el Brum debe vivirse de forma muy caliente. Era pues un partido complicado para un Chelsea que tiene la liga en el bolsillo y al que el martes le espera una durísima reválida en Barcelona. Se presumía una enorme diferencia de tensión entre ambos equipos. Pero Mourinho no reservó a nadie y sacó casi a su mejor once posible -sólo faltó Frank Lampard por precaución y Joe Cole empezó en el banquillo-. Esta es una de las claves del éxito "blue": el hambre, el tomarse cada encuentro como si fuera la final de la Champions. Para cualquier observador externo, la celebración de "Mou" tras el 0-2 y cuando el árbitro señaló el final parecían absolutamente desproporcionadas. Aunque es cierto que vinieron también propiciadas por un calentón en la banda -por otra roja, esta vez a Robben, que consideró injusta-, esa euforia desmedida muestra el carácter ganador del técnico de Setúbal y nos puede hacer comprender su rabia en la derrota. Del partido poco se puede decir: poca intensidad en el primer tiempo e incluso dominio alterno de balón -nada habitual cuando el Chelsea juega en la Premier ante un rival inferior, al que deja sin posesión-. Decidió la calidad en los últimos metros. Maniobra maravillosa de Drogba en el 0-1 y oportuna llegada de Joe Cole en el segundo. El marfileño puede haberle ganado el puesto a Crespo de cara al martes y el ex hammer está que se sale y en cualquier intento de remontada en el Camp Nou debe asumir un papel central.

Tampoco reservó a nadie el Arsenal en Craven Cottage. De hecho, no podía, ya que la trascendencia del partido ante el Fulham no se quedaba lejos de la que tendrá el duelo ante el Madrid el próximo miércoles. La famosa defensa Eboué-Touré-Senderos-Flamini volvió a jugar de salida y se presume titular de nuevo contra los blancos. Poco trabajo tuvieron ayer. Los de Wenger firmaron su mejor partido fuera de casa de la temporada, con un Henry colosal que nos regaló una exhibición de videoteca. Fue un 0-4 pero el margen se pudo doblar. Cuando el delantero francés tiene días como el de ayer, difícilmente alguien puede igualar una actuación individual tan completa. Su inercia hizo crecer al equipo, en el que destacó un Diaby que cada día recuerda más a Patrick Vieira. Este Arsenal irregular y poco fiable sigue dejándonos de vez en cuando muestras de fútbol exquisito y de superioridad insultante, como para recordarnos que, si bien su tiempo dorado ya no es presente, sigue siendo capaz de alcanzar un nivel parecido en tardes concretas de inspiración. La pregunta ahora es: ¿qué cara ofrecerá el miércoles?

jueves, marzo 02, 2006

Tan lejos como un 4-1

El 4-1 de Italia a Alemania confirmó varias sensaciones previas sobre ambas selecciones. Las más generales: los de Lippi son ahora mismo la mejor escuadra europea -habíamos dicho que compartían ese privilegio con Inglaterra, pero está claro que a día de hoy la "azzurra" está mucho más rodada y lista para competir- y si a los teutones se les tiene en cuenta para ganar el Mundial es sólo por su condición de anfitriones. Klinsmann, criticadísimo esta mañana en la prensa alemana, dispone de un equipo de futuro, con jugadores de nivel medio-alto en su mayoría pero algo verdes aún. O sea, están lejos de las mejores. Tan lejos como un 4-1.

El once que sacó Italia en Florencia ya impresionaba antes de empezar. Con Buffon en la portería, los buenos laterales del Palermo Fabio Grosso y Cristian Zaccardo y la excelente pareja de centrales Nesta-Cannavaro. O sea, una defensa muy segura y con proyección ofensiva por bandas, algo básico en un sistema 4-3-1-2 de inspiración milanista. El centro del campo reúne las mejores virtudes del fútbol italiano y algo más. Máximo nivel competitivo, disciplina táctica y las dosis de talento que aportan Camoranesi -los que criticaron su nacionalización ya deben estar planteándose su postura-, el raro Pirlo -su talento en la organización no es muy propio de un medio centro italiano- y el completo De Rossi. Del Piero suplió de maravilla a Totti y demostró que sigue siendo muy grande, suministrando buenos balones a una pareja de delanteros impresionante: Alberto Gilardino y Luca Toni. Marcaron ambos y ya a nadie le debe pasar por la cabeza aquello de que son incompatibles. Si sobre el papel el equipo de Lippi ya es brillante, cuando el balón rueda aún gusta más. Entregaron el control del juego a Alemania en varias fases del partido, pero cuando lo tuvieron lo supieron mover al ritmo que requería cada situación. Ganaron la espalda a los centrales en multitud de ocasiones y fueron superiores hasta en el juego aéreo. Camoranesi, especializado asistente, dio dos pases de gol con la cabeza. Prometo que el año que viene voy a contar uno a uno los goles que genera.

En Alemania ya dudan mucho. Lógico. Mertesacker-Huth es una pareja que no resiste comparaciones con la que tenía ayer en frente. Resulta sorprendente que Deisler y Schneider sean titulares en el centro del campo por delante de Schweinsteiger y Borowski, las dos promesas más reales que han surgido en la Bundesliga últimamente. Junto a Podolski, claro, pero que Lukas sea el mejor delantero alemán del momento es un problema para Klinsmann, que precisaría de un ariete fiable que liberara de presión al segundo delantero del Colonia. Teóricamente Miroslav Klose puede representar este papel, pero no es de primer nivel mundial y en Alemania están acostumbrados a "nueves" de mucho peso. Ante la evidente ausencia de recursos, la única receta que le queda a la organizadora para soñar es voluntad, orgullo y confianza en que sus futbolistas más talentosos estén inspirados en los partidos clave. Porque por volumen de juego no podrán superar al resto de favoritas.

miércoles, marzo 01, 2006

Con "C" de cerebro

La jornada internacional del miércoles presenta su mayor interés en la oportunidad que tendrán algunos futbolistas de ganarse un puesto en sus selecciones para acabar entrando en la lista definitiva del Mundial. Más allá de los resultados y las pruebas colectivas -que suelen dar un resultado bastante inocuo ya que la mente no está aún puesta en Alemania, sobretodo en aquellos jugadores que tienen compromisos de Champions en menos de siete días-, los partidos de mañana serán exámenes individuales a los que se van a someter algunas piezas muy concretas. Y para fijarnos en dos casos parecidos, dos medios centros que destacan por su claridad en la distribución y en la lectura de los partidos van a ocupar un papel central en dos selecciones importantes y con urgencias. Ambos dan lecciones de fútbol lógico en el norte de Londres. Son Cesc Fàbregas y Michael Carrick. Con "C" de cerebro.

Lo del jugador del Arsenal es más novedoso y se venía pidiendo a gritos desde varios sectores del fútbol español. Se hizo famoso en aquel Mundial sub-17 de Finlandia en el que no sólo fue el mejor jugador, sino también el máximo goleador -lo que demuestra que iba sobrado en esa categoría teniendo en cuenta su posición en el campo-. Siguió en el primer plano de la actualidad por su marcha del Barça hacia Londres y una vez allí pronto se hizo notar. Debutante y goleador más joven de la historia en el primer equipo del Arsenal, se afianzó como titular en el inicio de la temporada 2004-2005 con sólo 17 años. Suma ya 48 partidos en el once de salida del equipo de Wenger, algo inalcanzable para cualquier jugador de su edad en un gran club. Y se lo ha ganado por una madurez sobre el campo absolutamente inusual. No es que lea los partidos, es que los descifra. Sufre en las batallas físicas, pero con un perro de presa a su lado es el medio centro ideal para mantener la posesión cuando sea necesario y para lanzar un pase en profundidad cuando urja romper un cerrojo defensivo. Es el fruto de una calidad innata, pero también de una vida en la que ha mamado fútbol por los cuatro costados. Ahora se espera que represente la luz y el hambre de una selección que necesita un nuevo faro para llegar a buen puerto. Tiene una prueba muy dura ante un doble pivote tan potente como el que forman Yaya Touré y Zokora, pero su debut ante Costa de Marfil puede suponer el inicio de una trayectoria internacional legendaria.

Michael Carrick no debutará con Inglaterra mañana ante Uruguay, pero casi. Su "première" se produjo ya en 2001, en un amistoso contra México cuando tenía 19 años. Luego siguieron sólo tres presencias más con los "pross", dos de ellas en una gira por Estados Unidos el pasado verano que contó con muchos jugadores inhabituales. Pero ahora le llega la opción de empezar un partido con su selección a pocos meses de un Mundial y justo cuando el debate sobre la necesidad de encontrar un medio centro que libere a Lampard y Gerrard del trabajo defensivo está más presente. Y Michael ya sabe en qué consiste esta tarea, pues la hizo en el West Ham con el mismo Frank y un tal Joe Cole como acompañantes. Mañana no veremos ese sistema con tres centrocampistas, porque Lampard no actuará por precaución -habrá lío, ya que Gerrard sí estará en el campo pese a la petición de descanso de Benítez-. Será un 4-4-2, con Beckham y Cole en las bandas y el capitán del Liverpool junto a Carrick (arriba debutará Darren Bent, otro para quien el encuentro no será un amistoso). Pero al ex hammer le da igual, porque es un pivote completo. Inteligente, suficientemente agresivo, con buena distribución y excelente posicionamiento. Su temporadón en el Tottenham merecía una oportunidad en la selección. Y no es de los que las desaprovechan.