sábado, diciembre 30, 2006

El fútbol aún se puede reinventar

Son muchos partidos los que he visto en mi vida, pero nunca había presenciado algo similar a lo que ha sucedido esta tarde en Bramall Lane. Todo el mundo a quien se lo cuento se queda de piedra, pero a Neil Warnock le parece de lo más normal. Por eso lo hace, de hecho. Un día decidió que para aprovechar mejor los recursos de su plantilla era más ventajoso no convocar a ningún portero suplente para los encuentros de su equipo y disponer así de un jugador de campo más en el banquillo. Se reunió con los jugadores y eligieron al que ejercería de guardameta reserva en caso de emergencia: Phil Jagielka, ya de por sí un futbolista polivalente, el auténtico líder del Sheffield United, más que fiable tanto en el centro del campo como en la defensa. Y Jags, que es como le llaman en el vestuario, empezó a recibir formación bajo los palos por si llegaba el caso. Y el caso llegó, hasta en cuatro ocasiones, pero muchos no nos enteramos. Claro, los blades estaban en segunda división, y por muy llamativa que fuera la circunstancia, no logró traspasar fronteras. Pero hoy, ya en la Premier, y en partido televisado contra el Arsenal, llegó el momento en el que el mundo descubrió la estrategia más original de un técnico de primer nivel. Con 1-0 en el marcador, a los 60 minutos, Patrick Kenny tuvo que abandonar el campo lesionado. Jagielka se puso los guantes y se preparó para intentar evitar durante más de media hora el empate del subcampeón de Europa. Y lo consiguió.

Tiene por lo tanto el triunfo del Sheffield United sobre los gunners un mérito tremendo, ya que además Warnock reservó a varios titulares de cara al partido del día 1 de enero ante el Middlesbrough, fundamental en la lucha por la permanencia. Para los de Wenger fue un encuentro para olvidar, incomodísimo, en el que ya llegaron con muchos contratiempos y se fueron con una derrota muy dolorosa. Pero que todo quede dicho: faltaban nueve jugadores de primer nivel -Henry, Ljungberg, Hleb, Djourou, Adebayor, Eboué, Walcott, Diaby y Gallas- y cuatro viajaron resfriados, siendo titulares dos de ellos -Baptista y Aliadière- y entrando en el segundo tiempo un tercero -Cesc Fàbregas-. El fútbol directo y agresivo del Sheffield United, unido al lamentable estado del terreno de juego, hizo imposible el juego de toque habitual del Arsenal, que vivió un calvario y fue incapaz de inquietar a Jagielka salvo en un par de centros y un disparo defectuoso de van Persie. Al final, Bramall Lane celebró un triunfo inesperado y heroico y Warnock sonrió doblemente satisfecho: por la victoria y por el éxito de su arriesgadísima estrategia.

Donde empiezan los Europeos

Algunos de los acontecimientos más interesantes en el calendario futbolístico anual son los Europeos sub-17 y sub-19. El primero sirve para que se den a conocer por primera vez ante el público internacional aquellos jóvenes que aspiran a convertirse en las estrellas del futuro. El segundo es una excelente oportunidad para examinarlos de nuevo dos años más tarde, para comprobar si han progresado, si se han estancado o si se han quedado en el camino. Una duda que puede surgirles a muchos aficionados radica en la composición de las selecciones. ¿Cómo puede un técnico nacional saber quiénes son los mejores en cada puesto en categoría cadete, en la que las competiciones se organizan de forma territorial y reina por lo tanto la dispersión? ¿Es que se recorre España entera haciendo un seguimiento de centenares de equipos? Evidentemente eso es imposible, así que la Federación ha encontrado una fórmula para facilitar la tarea a los entrenadores: organiza torneos de selecciones autonómicas, de modo que el número de futbolistas a controlar queda más reducido. Y es en estos campeonatos es donde muchos de los que acabarán acudiendo a los Europeos empiezan a ganarse el puesto.

Se disputaba entre el miércoles 27 y este viernes 29 en Asturias uno de los triangulares de la primera fase, tanto en categoría sub-14 como sub-18. Pablo Fernández Longoria, uno de los grandes responsables del acierto del Recreativo de Huelva en sus fichajes internacionales el pasado verano, me convenció para que acudiera a presenciar los partidos. Pasé dos días muy agradables en el Principado, pese a un frío intensísimo sólo comparable a la belleza de los paisajes. En este tipo de acontecimientos futbolísticos el fútbol también se juega en las gradas, en las que abundan los ojeadores -había, entre otros, técnicos del Celta, del Depor, del Valencia, del Madrid, del Villarreal, del Atlético, del Mallorca, del Zaragoza...- y los representantes -departí animosamente con la gente del equipo de Eugenio Botas, uno de los agentes de moda del fútbol español-. Se acercaron también Roberto Canella, ya titular en dos encuentros recientes con el Sporting en segunda a sus 18 años, y Mejuto González, en cuyo pueblo de residencia se jugaba uno de los partidos. En la categoría de los mayores destacó Álex, un fenomenal media punta del Oviedo de enorme calidad individual. La selección del País Vasco dio una gran exhibición de fútbol colectivo ante Galicia, con sobresaliente actuación del delantero del Alavés Igor y del central del Athletic San José. Hablando de centrales, causó cierta decepción la expulsión a los cinco minutos del primer partido de Rochela, que se quedó sin jugar en el resto del torneo. Cuentan que este joven defensa del Deportivo es de lo mejor que hay en España en su puesto. Quizá lo veamos en el próximo Europeo sub-17.

martes, diciembre 26, 2006

Algunas cajas llevan sorpresa

Boxing day agitado en la Premier. Como en todas las fiestas en las que se reparten regalos, caen algunos obsequios que todo el mundo esperaba y otros que nadie podía anticipar. Si tu cantante favorito acaba de sacar un disco nuevo, sabes que hay muchas posibilidades de que éste aparezca al desenvolver un paquete de forma cuadrangular. Es tan previsible como que el Manchester United le gane al Wigan en Old Trafford con relativa comodidad, aunque tenga que tirar de su jugador más en forma, el ya segundo máximo goleador de la Premier League -¿no habíamos quedado en que era improductivo?- Cristiano Ronaldo. Pero siempre hay quien prefiere ser original y te sorprende con un producto del que desconocías incluso su existencia. Tu asombro es comparable al del público de Stamford Bridge cuando el Reading iguala por dos veces el marcador y se lleva un empate en un partido que parecía clarísimo en las casas de apuestas.

Si no fuera porque el gol del 2-2 llegó en una acción tragicómica, lo del equipo de Steve Coppel en el campo del Chelsea tendría todos los ingredientes de las gestas herocias. Su actuación fue la de un equipo maduro asentado ya en una Premier League en la que participan por primera vez en la historia. Defendió con mucho orden en el primer tiempo, concediendo escasas oportunidades claras de gol. Y cuando el encuentro exigió un esfuerzo ofensivo, se fue para arriba con valentía y le llegó con asombrosa facilidad a un conjunto de Mourinho que ha encajado seis goles en los tres últimos partidos. No se puede decir que empatara en acciones aisladas: ya antes de conseguirlo había avisado con buenas aproximaciones de Sidwell y de Doyle que se perdieron desviadas por poco. Intentando buscar explicaciones al mal rendimiento defensivo del campeón, algunos añorarán sin duda la figura de Claude Makelelé. Aunque no hay que olvidar que el Chelsea jugó los últimos veinte minutos con el trivote Mikel-Ballack-Lampard, en el que ninguno de sus integrantes es un jugador de características específicamente defensivas.

La jornada también sirvió para añadir emoción a la lucha por los puestos de Champions. Bolton y Portsmouth siguen confirmando sus candidaturas. Hoy han ganado sus complicados partidos ante el Newcastle y el West Ham, por lo que parece obvio que no les afecta la presión. Ocho partidos después, Pepe Reina volvió a recibir un gol y su Liverpool perdió en Blackburn, quedando relegado a la sexta posición. Sufrió mucho también el Arsenal en Watford, donde no pudo imponer su juego a lo largo de los noventa minutos pero se llevó la victoria gracias a una jugada magistral fabricada entre Theo Walcott y Robin van Persie. El joven internacional inglés sigue reivindicándose cada vez que entra en juego. Esta tarde, con muchos menos minutos que Hleb, aportó mucho más que el bielorruso. Y por séptimo partido consecutivo, los gunners no conocen la derrota. No pierden, curiosamente, desde el último día que jugó Thierry Henry.

domingo, diciembre 24, 2006

La Premier como regalo

Empezó el periodo navideño de fútbol en Inglaterra y se completó de forma casi perfecta -sólo queda pendiente un Watford-Blackburn- la primera mitad del campeonato. Y llegados a estas alturas, la gran novedad respecto a las temporadas anteriores es que hay pelea real por el título. Manchester United y Chelsea están separados por sólo dos puntos y ambos llevan un ritmo propio de equipos campeones: sin concesiones, conscientes de la importancia de todos los partidos, sumando en campos complicados donde otros sí podrían justificar un tropiezo. Por eso los red devils salieron en la segunda parte dispuestos a comerse al Villa, y lo devoraron con una actuación estelar de Cristiano Ronaldo, ese portugués prodigioso con fama de improductivo que ha firmado ocho goles en media Premier. Por eso el Chelsea concentró todo su espíritu competitivo en conseguir un tercer gol que desequilibrara un partido que tenía ganado en Wigan y que parecía haber tirado por la borda, y lo encontró en la figura de Arjen Robben, ese zurdo desequilibrante al que el nuevo sistema de Mourinho ha limitado sus oportunidades. Y así, con el mismo margen ligero con el que empezaron el día, lo terminaron también, sintiéndose más fuertes, creyendo que sus demostraciones de poderío habrán minado la moral del rival.

Pero esta Premier que esperábamos con enorme ilusión el pasado verano nos está ofreciendo mucho más. Difícilmente Liverpool y Arsenal podrán reengancharse a la carrera por el título -sobretodo por lo fiables que se están mostrando los dos de arriba-, pero en las últimas jornadas han experimentado claros síntomas de mejoría. A Pepe Reina no le marcan un gol desde el 12 de noviembre y suma ya 640 minutos imbatido, lo que es una prueba evidente de que el sistema defensivo de Benítez vuelve a funcionar a las mil maravillas. En los gunners también se respira cierto optimismo: no pierden desde que Wenger decidió que Henry debía descansar para volver en su mejor estado de forma, y contrariamente a lo que muchos podían pensar, sus jugadores han demostrado que el Arsenal es mucho más que un equipo absolutamente dependiente de su crack francés. Sin él empataron en el Bridge, ganaron el derbi al Tottenham, se clasificaron en Oporto y han producido grandes momentos de fútbol, como la exhibición de ayer ante el Blackburn. Adebayor ha crecido de forma espectacular, Gilberto ha asumido el nuevo rol de líder y Cesc Fàbregas se ha convertido ya en el máximo asistente del campeonato. Cuenten o no para el título, está claro que los otros dos grandes de la Premier nos prometen mucha diversión en el segundo tramo de un campeonato precioso en el que equipos pequeños como Bolton y Portsmouth siguen soñando con la Champions, en el que la pelea por la UEFA va a estar disputadísima y en el que hasta plantillas pensadas para pelear en la primera mitad de la tabla están luchando por evitar el descenso.

jueves, diciembre 21, 2006

Aachen, la piedra en el camino

Ni el décimo triunfo consecutivo del Inter, ni el decimoséptimo gol de Drogba con el Chelsea esta temporada, ni la resistencia del Southend hasta el minuto 115 en White Hart Lane. Nada puede hacer sombra a la gran hazaña del día en el fútbol internacional: la victoria del Alemannia Aachen por 4-2 en un partidazo memorable ante el Bayern en los octavos de final de una DFB-Pokal repleta de sorpresas.

Nadie podrá decir que Felix Magath no se tomó el partido en serio y que facilitó el triunfo del rival. Sacó su once de gala, con un único cambio en la portería: Rensing por Khan. Los demás, los de siempre: Sagnol, Lucio, van Buyten y Lahm en defensa; Ottl, van Bommel, Salihamidzic y Schweinsteiger en el centro del campo, y Makaay y Pizarro en la delantera. Estaba prevenido, pues hace tres temporadas el Bayern ya cayó en el mismo estadio por 2-1 en uno de los mejores capítulos de aquella brillante participación del equipo amarillo en un torneo copero que le terminaría clasificando para la UEFA Cup -como reseñó en su día en un excelente artículo en Diarios de Fútbol Ramón Flores-.

El partido fue el típico encuentro espectacular que suele depararnos de vez en cuando el fútbol alemán. Equipos volcados al ataque con la única obsesión de llegar a la portería contraria. Y pese a lo directo de esta filosofía, no faltaban sobre el campo jugadores de buen trato de balón y exquisitez técnica. Quizá por ello la mayoría de los goles que se vieron fueron de bellísima factura. Laurentiu Reghecampf, un talentoso rumano al que la gloria le está llegando en la parte final de su carrera, puso el marcador en 2-0 gracias a dos acciones individuales: un lanzamiento de falta perfecto que entró por la escuadra y un disparo seco tras conducir el balón horizontalmente por la frontal del área con varios amagues. El Bayern se vio obligado a adelantar las líneas y antes del descanso Ebbers colocó el 3-0 en una contra de manual. Los bávaros salieron en el segundo tiempo convencidos de que la remontada era posible, y en poco más de veinte minutos ya se habían puesto 3-2 con dos golazos de Podolski y van Bommel. Pero el Alemannia resistió, contuvo como pudo los ataques rivales y acabó sentenciando en otra contra finalizada con un jugadón de Jan Schlaudraff, el delantero al que Löw ya ha hecho debutar con la selección alemana, el que le marcó un golazo de vaselina al Bremen.

En una Copa en la que ya no están ni el Bayern, ni el Bremen, ni el Schalke ni el Hamburgo, muchos apoyaremos a partir de ahora a este Aachen que nos ha hecho disfrutar con su machada ante el todopoderoso dominador del fútbol teutón. Stuttgart y Hertha son desde este momento los dos grandes favoritos para llevarse un trofeo con el que también sueña el único superviviente de segunda división, el Kickers Offenbach.

miércoles, diciembre 20, 2006

Ante la niebla, Easter y Klewer

Hoy estaba convencido de que escribiría sobre el Liverpool-Arsenal de los cuartos de final de la Carling Cup, pero la niebla lo ha impedido. La niebla o la decisión del árbitro Martin Atkinson, ya que en opinión de Rafa Benítez el partido podría haberse jugado. El caso es que nos quedamos sin el plato fuerte de la jornada y los titulares de prensa pasan a ocuparlos personajes inesperados. Inesperadísimos, diría yo: Jermaine Easter y Daniel Klewer, héroes anónimos de un martes de fútbol copero en Europa.

La presente edición de la Carling Cup nos está dejando momentos memorables. El gol de Freddy Eastwood era el más llamativo hasta ahora sin discusión alguna, pero la clasificación para semifinales del Wycombe Wanderers, quinto clasificado de la cuarta división, amenaza con arrebatarle el liderato en el ránquing de grandes sorpresas del año. El modesto club arlequinado ganó en The Valley a un Charlton que sigue firmando una temporada paupérrima y que agotó la paciencia de su hinchada, que acudió en buen número -18.940 espectadores- al estadio con la ilusión de olvidarse del penúltimo puesto en la Premier. El 0-1 final no fue ni siquiera un accidente. El Wycombe dispuso de muchas más ocasiones y mereció el triunfo, conseguido gracias a un bonito derechazo desde fuera del área de Jermaine Easter, su goleador galés de 24 años. Esta es la segunda gran semifinal en seis años que disputará el equipo ahora entrenado por Paul Lambert, ya que en 2001 logró meterse en la de la FA Cup, el mayor logro en la historia del club.

En sus diez años de carrera profesional, Daniel Klewer sólo ha jugado dieciséis partidos de liga. Siempre ha sido el portero suplente, tanto en el Hansa Rostock como ahora en el Nürnberg. Ha tenido que acostumbrarse a conformarse con jugar partidos de Copa. Como el de hoy ante el Unterhaching en los octavos de final, un derbi bávaro que logró atraer a 16.676 espectadores, una cifra aceptable considerando que el equipo visitante milita en la segunda división. Se llegó al final de los noventa minutos con un sorprendente empate a cero que se mantuvo a lo largo de la prórroga. Y en la tanda de penaltis, el guardameta que tantas veces había esperado este momento detuvo cuatro de los cinco lanzamientos del rival, clasificando a su equipo para los cuartos de final de la DFB-Pokal.

martes, diciembre 19, 2006

Navidad movida en Dortmund

Incluso en Dortmund pierden la paciencia. La hinchada del Borussia, reconocida como una de las más fieles de Europa, abandonó el Westfalenstadion el pasado domingo muy molesta con el juego de su equipo. Gritos de protesta, aficionados que se fueron antes del final y hasta miles de asientos vacíos desde el inicio, algo absolutamente inusual en el estadio con mayor afluencia de público del continente. Siendo justos, no fue un ataque de locura ni un enfado exagerado. El Leverkusen se fue al descanso ganando 0-1, pero el resultado podía haber sido mucho más escandaloso. La defensa amarilla hacía aguas por todas partes y concedía constantemente claras oportunidades de gol. Cuando en el minuto 75 Steffan Kiessling anotó el 0-2, el abucheo ya fue masivo. Ni los dos remates del joven central Martin Amedick, el más rescatable de la última línea del Dortmund en este primer tramo de temporada, apaciguaron el ambiente. El primero acabó en gol y el segundo se estrelló en el poste. 1-2 final para agudizar el pésimo balance: de nueve partidos como local, el Borussia ha ganado sólo dos. Un registro lamentable para un equipo cuyo mayor activo debería ser el factor campo.

Así que la directiva tomó el lunes la decisión esperada. Bert van Marwijk dejó de ser el técnico del histórico club de la cuenca del Ruhr. Quizá su anuncio de que abandonaría el cargo a final de temporada jugó en su contra y, lo más importante, en la de todo el equipo. Ahora empieza la búsqueda para encontrar a un entrenador capaz de resucitar la temporada de este gigante dormido. La primera llamada no obtuvo la respuesta esperada. Ottmar Hitzfeld, el hombre que le dio al Dortmund dos títulos de liga y uno de Champions durante la década de los noventa, rechazó la oferta para volver. ¿El motivo? Le gusta su nuevo trabajo de comentarista televisivo y no quiere dejarlo. Mucho más cómodo es, desde luego. Está claro que Dortmund es una plaza complicada: apetitosa pero estresante. Sólo un técnico con gran personalidad sería capaz de aguantar la presión de un club tan grande. No sólo la mala situación del equipo jugaría en su contra: también el coliderato del Schalke, el gran rival histórico, aumenta las urgencias. Por ahora hay tiempo para planificar el futuro. Con el equipo eliminado de la Copa, el parón navideño empezó tras el pitido final del domingo ante el Leverkusen. Pero cuando el balón vuelva a rodar, más de 70.000 personas estarán ahí, suplicando que su club amado recupere la gloria del pasado.

Edito, (14:13): Justo mientras escribía el post, el Dortmund confirmaba el fichaje de Jürgen Röber como nuevo técnico del club. Sus primeras declaraciones inciden en lo que comentábamos del factor campo. Se trata de un entrenador experimentado que tuvo un gran éxito con el Hertha de Berlín y que también dirigió a Stuttgart, Wolfsburgo y Partizán de Belgrado.

lunes, diciembre 18, 2006

El Mundial se decidió en los banquillos

Paulo Passos, corresponsal de Radio Gaúcha en Barcelona, nos dijo en la transmisión que realizamos esta mañana en Radio Marca que Abel Braga, técnico del Internacional de Porto Alegre, había analizado tres partidos de los blaugrana: el de la Supercopa ante el Sevilla, el del Chelsea en el Bridge y el del Madrid. No eligió mal. Y, obviamente, decidió reproducir el modelo de presión agobiante en el centro del campo y salida rápida al contragolpe. Lo primero estuvo presente durante todo el partido -aunque se intensificó con la entrada de Vargas en el segundo tiempo-. Lo segundo casi no lo vimos hasta que Rijkaard sustituyó a Motta. Decisión arriesgadísima. Con 0-0 en el marcador no parecía necesario prescindir del único medio centro defensivo para meter a otro jugador de toque. Sí, el Inter no creaba peligro, pero precisamente no lo creaba porque alguien se encargaba de cortar las posibilidades de contragolpe. En cinco minutos sin el italobrasileño, el rival llegó dos veces. Y en el minuto 82 se plantó increíblemente en el área rival con una situación de tres contra dos. Como si el Barça estuviera volcado buscando un empate desesperado. Por las decisiones tomadas desde los banquillos, el resultado fue justo. También porque el Barça fue incapaz de reproducir ese fútbol de toques rápidos que nos había asombrado ante el América -está claro que hubo una gran diferencia en el nivel de presión entre los mexicanos y los brasileñós-. Y no será por falta de ganas. La explicación es difícil de encontrar, más allá del gran trabajo del rival. Es obvio que algunos de los cracks habituales no estuvieron especialmente entonados, y lo que debe suscitar cierta preocupación es que no es la primera vez que ocurre. Mientrastanto, la Porto Alegre colorada ha celebrado con locura un título que les proclama campeones del mundo y que les iguala con su eterno rival. Los hinchas del Gremio, sorprendentemente, acabaron muy enfadados con su ex ídolo Ronaldinho, al que bautizaron como "Decepcionaldinho". Cosas de la pasión.

viernes, diciembre 15, 2006

Postal nipona a Nyon

Mensaje del Barça a los quince supervivientes restantes en la Champions -a los seis posibles rivales en el sorteo de mañana y a todos los demás de cara al futuro-: el campeón de Europa sigue enchufadísimo, hambriento y con un espíritu competitivo sin igual. Después de exhibir una velocidad de circulación de balón a la que difícilmente puede llegar algún equipo hoy en día, después de dejarnos detallazos técnicos que marearon a un rival que no podía creerse lo que tenía enfrente, después de haber dejado el partido sentenciado por la vía rápida, hasta pidió un par de penaltis en el área del América. Así es este equipo de Frank Rijkaard: insaciable. El festín de Yokohama estuvo muy por encima de lo esperado y más allá de buscar la explicación en la debilidad del rival quizá deberíamos centrarnos en la actitud admirable y la tensión competitiva que mostró el equipo azulgrana. Consciente de todos los focos que había apuntando al terreno de juego, conociendo el carácter universal de la cita, el Barça no se conformó con ganar: quiso enamorar. ¿O no le metería 4-0 a muchos equipos de la liga española si jugara tan centrado como hoy, del primero al último minuto? Sabiendo que este bailarín se reserva los mejores trajes para las grandes ocasiones, nadie querrá ser su compañero de baile cuando mañana se repartan las parejas de la ceremonia europea.

jueves, diciembre 14, 2006

Pibes de La Plata, campeones de Argentina

Fueron dos chicos de la cantera de Estudiantes, que han desarrollado toda su carrera en el Pincha, los que le dieron al equipo de Simeone su cuarto título de campeón de Argentina, el primero en 23 años. José Sosa, nacido en La Plata, convirtió un libre directo con esa calidad que desde hace varios años le hace despuntar como una de las joyas más preciadas de la primera división de su país. Mariano Pavone, que es de Tres Sargentos, un pueblo de la provincia de Buenos Aires, es ya medio platense de tanto ir a entrenar a la ciudad del León, el único equipo de su vida, el que le ha hecho ídolo de toda una hinchada, que casi siempre que grita gol piensa en él. Y claro, el Tanque no podía fallarles en el momento cumbre. Quizá sea su último tanto con esa camiseta amada, pues Europa llama a la puerta -también lo hace River-. Pero habrá sido el mejor. Ante la pasividad de la defensa de Boca, aprovechando un error del inexperto Cahais -¡qué discutida será esta sorprendente elección de La Volpe!-, golpeó la pelota por encima de Bobadilla y la remató luego con un cabezazo convincente. Pavone, el punta más potente de Argentina, el que arrolla cuando corre y cuando chuta, anotó esta vez bombeando el balón dos veces, como si entendiera de sutileza. Él, Sosa, Verón, Galván, Alayes -¡qué cabezazos los tuyos, Agustín!-, Calderón, Lugüercio..., Simeone, la hinchada entera, todos los pibes que sueñan con el Pincha... son campeones de Argentina.

Es difícil intentar analizar un partido que fue la síntesis de una temporada loca. Empezó arrasando Boca, como cumpliendo la lógica, como justificando el peso de sus estrellas. Estudiantes lo intentó seguir con su ímpetu, con su corazón, con su garra. Y cuando le dio el primer golpe, lo asustó. Encerrado en su área para proteger una ventaja mínima, el gol de Sosa devolvió a los xeneizes toda la inseguridad que les condenó el domingo ante Lanús. Bastó luego con un balón largo, con una carrera firme, con una desorientación bárbara. Y Boca ya no se pudo levantar. Demasiada osadía pedirle a Franzoia que te remonte el partido, casi tanta como elegir a Cahais para que juegue su tercer partido el día de la final. La Volpe, inventor eterno, sacó hoy a Guillermo, Palermo y Palacio juntos, en otra vuelca de tuerca más de su ingenio adelantado a nuestros tiempos. Quizá adelantado al fútbol. Le aplaudimos aquí por su exquisita selección mexicana en el Mundial, pero no tendría ningún sentido que intentara levantar un proyecto que se ha llevado el golpe más duro del mundo casi antes de empezar a andar.

Hablando de México, prometimos ayer extendernos algo más sobre ese América que intentará plantarle cara al Barça como ya ha hecho el Al-Ahly ante el Internacional de Porto Alegre en la equilibrada primera semifinal del Mundial de Clubes. Las Águilas suelen jugar un 4-3-3 con dos puntas abiertos a las bandas, con un centro del campo muy agresivo y con dos carrileros que suben de forma exagerada. Ronaldinho puede hacer mucho daño al tándem Castro-Ricardo Rojas, los encargados de cubrir la zona derecha de la defensa del América. El portero Memo Ochoa pasa por ser uno de los mejores guardametas jóvenes de todo el panorama internacional. Alejandro Argüello es el pivote más defensivo del equipo, aunque está dotado de una envidiable claridad para sacar el balón jugado. Mosqueda es el pibe maravilla, el de los últimos pases, el de la visión de juego, el del intento descarado. Fue suplente ante el Jeonbuk, pero su salida dio aire a un equipo que hasta el momento había sido demasiado previsible. El móvil Cabañas, buen rematador con ambas piernas, es el más indiscutible de una delantera en la que Vuoso, Claudio López, Cuauhtemoc Blanco y Nelson Cuevas suelen disputarse los otros dos puestos. Quizá el paraguayo sea la mejor opción de salida si Tena quiere plantear el partido a la contra, pues es de largo el más rápido de todos. Un Barça al máximo nivel debería llevarse el partido, pero si juega a medio gas sufrirá ante uno de los mejores representantes de la buena liga mexicana.

martes, diciembre 12, 2006

Un Mundial de verdad

Lo vengo repitiendo desde hace varias semanas: el Mundial de Clubes me parece una idea magnífica y un paso más hacia la globalización definitiva del fútbol. Su existencia es mucho más justa y democrática que la anterior Copa Intercontinental: abre el torneo a todos los continentes y pretende lograr lo que ya se ha conseguido a nivel de selecciones, que los principales equipos de cualquier parte del globo sean competitivos y puedan medirse a las grandes potencias con una mínima posibilidad de derrotarlas. Aumenta además el interés por las versiones más exóticas de la Champions League: antes pocos se preocupaban por saber quién ganaba en Asia y en África, hoy muchos se enterarán sin querer de la gloria del Jeonbuk y el Al-Ahly.

Estamos pues en un momento cumbre de la temporada futbolística. Muy esperado por muchos. La cita de Japón estaba marcada en la agenda de los hinchas no europeos desde hace meses. Que en nuestro continente llegue algún día a despertar pasiones es un reto para los partidarios del fútbol global, para todos aquellos que amamos este deporte por su condición, más allá de dónde se juegue. Desde este modesto blog hemos intentado contribuir a ese objetivo, reseñando la clasificación de cada uno de los participantes en el torneo: las de América y Auckland, la del Internacional, la del Jeonbuk y la del Al-Ahly. A la del Barça le dedicamos muchos más artículos, siguiendo la lógica jerarquía que aún rige el panorama futbolístico internacional. Seremos soñadores, pero aún percibimos la realidad.

El nombre con el que en España se conoce este torneo no ayuda a potenciar su imagen. Señala Pablo López que los del Madrid lo llaman Mundialito y los del Barça Mundial de Clubes. Yo no soy ni de unos ni de otros, pero tengo claro qué denominación me gusta y qué otra no. De hecho no es cuestión de gustos, sino de llamar a las cosas por su nombre. FIFA Club World Cup se traduce como se traduce, y si un mal día alguien decidió traducirlo erróneamente quizá habría que rectificarle de una vez por todas. Cuenta Miguel Gutiérrez que se debe a una tradición: así se llamó al ensayo de Francia 98, así se llamó a la primera edición que sirvió de prueba al modelo actual y por lo tanto así se llama ahora al heredero de la Copa Intercontinental. Por cierto, en ningún otro país se le llama de este modo. Quizá habría que acabar con esa tradición. Ah, y la palabra Toyota ya no aparece en el nombre oficial. Es el patrocinador principal y punto. Si alguien lo duda, aquí tiene la reglamentación.

Mañana empiezan pues unas semifinales interesantísimas. Los dos partidos previos sirvieron para eliminar a los dos equipos más flojos, quedando ahora cuatro representantes que configuran un cuadro final más que decente. Los que siguieron la Copa África de Naciones ya conocen el buen nivel de hombres como Shawki, Abo-Trika y Moteab, la columna vertebral de un Al-Ahly que amenaza con complicarle la vida a un Internacional debilitado tras la marcha de sus estrellas pero que espera presentar al mundo a su nueva sensación, el joven prodigio de 17 años Alexandre Pato. El jueves, el Barça, favorito indiscutible, se mide a un América que pasa por ser uno de los clubes punteros de la liga mexicana, poco seguida en España pero de bastante buen nivel. Mañana hablaremos más de ellos.

Un cuento de sueños y fantasmas

Lo cuenta Norman Hubbard en su interesante artículo en Soccernet: a Alan Pardew lo ha condenado el recuerdo de 2003. Aquella temporada, un impresionante West Ham que contaba en su plantilla con los hoy celebrados Michael Carrick, Joe Cole, Jermain Defoe y Fredéric Kanouté descendió a segunda división contra todo pronóstico. Nadie creyó nunca que la amenaza fuera real, había equipo para salvarse con los ojos cerrados, así que se dio toda la confianza del mundo a Glenn Roeder -sí, el mismo que tiene hoy al Newcastle en la zona baja- y se le mantuvo en el cargo hasta el final. En el East End londinense no quieren que la historia se repita, y mucho menos tras los sueños de grandeza que empezaron a aflorar con la llegada de dos cracks argentinos de reconocido prestigio y con la compra del club por parte de un multimillonario islandés. Así que Eggert Magnusson, que así se llama el nuevo propietario, ha decidido prescindir del técnico del primer equipo, el que logró el ascenso a la Premier con la victoria en el play-off ante el Preston y el que se quedó a escasos segundos de un histórico título de FA Cup en esa memorable final ante el Liverpool.

Resulta difícil desde fuera no sentir cierta compasión por Pardew. En sus tres años en el cargo, sobretodo tras el ascenso de 2005, se ha labrado una reputación de buen entrenador que conseguía sacar un excelente rendimiento de jugadores que habían fracasado con otros técnicos. Su estilo de juego atractivo también le hizo ganar muchas simpatías, hasta el punto de que los hammers se convirtieron en uno de los equipos más agradables de ver para los neutrales. La temporada pasada fue casi impecable, estando siempre más cerca de la zona europea que de los puestos de descenso, algo siempre complicado para los recién ascendidos. Es innegable que estos cuatro primeros meses de competición del nuevo ejercicio han sido desastrosos, estableciendo registros alarmantes como el de ocho derrotas consecutivas o el de doce horas de sequía goleadora a domicilio. Y como siempre, para romper la dinámica negativa ha acabado cayendo la parte más débil, a la que no han protegido los méritos pasados. La memoria ha tenido el efecto contrario: había que protegerse ante los fantasmas. Y más ahora que al técnico no se le pedía una simple permanencia, sino que alguien osó pronunciar el sintagma Champions League.

La lógica dice que, llegue quien llegue, el West Ham se salvará. Suena Alan Curbishley, ese excelente entrenador que acabó aburriendo a The Valley porque su Charlton siempre acababa en la zona tranquila -así les va ahora sin él-. Curbs es además ex jugador del club, algo que se valora enormemente en Upton Park, donde se tiene una especial sensibilidad por las leyendas. La segunda opción en las quinielas es Sven Goran Eriksson, una apuesta que confirmaría las altas aspiraciones del club pero que haría muy difícil el clima de tranquilidad que se requiere para salir de la zona baja.

lunes, diciembre 11, 2006

Dos platos fuertes en un domingo asombroso

Habría mucho de lo que escribir este lunes que viene después de un domingo intensísimo. Tuvimos el inicio del Mundial de Clubes, una competición a la que se dedica menor atención mediática de la que probablemente merezca, y que tendrá en este blog algún que otro artículo íntegramente referente al tema. Tuvimos el título de Chivas en México, el de Danubio en Uruguay y el de Libertad en Paraguay. Tuvimos una jornada italiana en la que el Inter se disparó al frente de la clasificación e igualó su registro histórico de ocho victorias consecutivas en liga. Tuvimos un apasionante derbi de la cuenca del Ruhr que se llevó el Schalke con su inicio fulgurante. Pero sobretodo, y en ello nos centraremos, tuvimos un vibrante Chelsea-Arsenal y un increíble desenlace del torneo Apertura argentino.

Parece que Wenger ha decidido definitivamente que la mejor forma de plantear los partidos ante rivales duros fuera de casa es reforzar la agresividad de su centro del campo dando entrada a Mathieu Flamini para que el ex del Marsella colabore con Gilberto Silva en las tareas de contención, dejando mayor libertad a un Cesc Fàbregas que pasa a operar prácticamente como media punta. Con van Persie y Hleb en bandas, Adebayor volvía a quedar como único referente arriba. En el Chelsea jugaron los de siempre, con Geremi conservando su puesto de titular en el lateral derecho. El encuentro tuvo un gran ritmo y estuvo marcado por una enorme tensión, sobretodo siempre que Ashley Cole entraba en contacto con el balón. El que fuera canterano gunner pagó con abucheos sus críticas al vestuario del Arsenal y su fichaje por el nuevo rico londinense, además de mantener un duro enfrentamiento verbal con Cesc -blanco principal de los comentarios del lateral en su libro- que según The Sun se prolongó en el túnel de vestuarios. El equipo de Wenger salió con enorme personalidad al campo, quitándole el balón al contrario y buscando la portería contraria. No hubo grandes ocasiones, pero hasta Mourinho reconoció que el primer tiempo fue más visitante que local. Y ese fue el decorado hasta que Arjen Robben ingresó en el campo. El holandés le dio otro aire al juego de su equipo, mayor velocidad, mayor profundidad, mayor capacidad para desbordar, y obligó al rival a meterse en su área. En una acción que no tuvo nada que ver con lo que estaba sucediendo en aquel momento, Flamini puso en ventaja a un Arsenal que amenazaba con ser el primer equipo en ganar en Stamford Bridge en la Premier desde que Mou llegó a Londres. El Chelsea buscó desesperadamente la remontada y acosó a una defensa que cada vez sufría más -aunque hay que volver a remarcar el enorme encuentro de Johannes Djourou, un central prodigioso-. El empate llegó con un zapatazo imparable de Essien y el partido empezó a hacérsele eterno a los hombres de Wenger, que respiraron aliviados cuando el ghanés y Lampard mandaron a la madera las dos ocasiones más claras del partido. El empate final, más o menos justo, deja al Chelsea a ocho puntos del Manchester United. El Arsenal está aún más lejos, a dieciocho, aunque su técnico alsaciano aún confía en ganar el título.

En Argentina sucedió algo aún más increíble que el desenlace del Bridge. A Boca le valía un empate para convertirse en tricampeón por primera vez en su historia, pero inexplicablemente tiró su ventaja por la borda y perdió en casa ante un Lanús que aparentemente se jugaba muy poco. Para añadir mayor dramatismo a la definición de un campeonato que ya se ha convertido en el más emocionante de los últimos años, Estudiantes no marcó el 1-0 hasta el minuto 86, y fue de nuevo su central Alayes el que abrió el camino. Los dos candidatos se jugarán el próximo jueves a las nueve de la noche -hora española- el título en una finalísima a partido único en la cancha de Rácing a la que quizá llegue el Pincha como favorito por su momento de juego y por la cuestión psicológica de haber forzado un desempate cuando Boca lo tenía todo a favor, por mucho que el equipo de La Volpe sea superior por plantel. El ex seleccionador mexicano ya ha advertido que si pierde el torneo se irá, algo que no debe sorprender a nadie, pues cuando asumió el cargo le sacaba seis puntos -¡y con un partido menos que luego ganaron ante Gimnasia!- al que ahora es su rival. Los constantes cambios de Ricardo -de jugadores y de sistema- han desorientado a un bloque que funcionaba de memoria con Basile y que practicaba un fútbol combinativo que destrozaba a los rivales. Ahora Boca es previsible, no hay asociaciones y casi todo el peligro llega en acciones individuales. Anoche aún se acentuó más esa sensación, probablemente por el vértigo que le entró a la Bombonera con el empate a uno y que se convirtió luego en un peso insalvable con el 1-2. Los xeneizes jugaron los últimos minutos atenazados y se retiraron a los vestuarios derrotados, con el rostro más apesadumbrado que se les ha visto a jugadores como Gago o Palacio, tan acostumbrados a ganar. Como no levanten el ánimo de cara al jueves se podría confirmar el vuelco más radical que haya dado un torneo argentino en los últimos tiempos.

jueves, diciembre 07, 2006

De "Vieira blanco" a "Gerrard francés"

A Mathieu Bodmer (Evreux, 22-11-82) le pusieron un día el sobrenombre del "Vieira blanco". Debe ser porque en Francia siempre se fijan más en el producto nacional. Porque en realidad, este centrocampista del Lille se parece más a Steven Gerrard. Por su enorme recorrido, por su capacidad goleadora, por su tremendo disparo, por su condición de llegador, por su figura de líder. Tras venir apuntando en los últimos años grandes destellos que le presentaron como una promesa fiable, su explosión en la presenta temporada -ya lleva siete tantos- le convierte en una de las grandes estrellas de la liga francesa, ese torneo en el que, a menudo parece que lo olvidemos, existe vida más allá del Lyon.

Necesitaba el equipo de Claude Puel una victoria en San Siro para aprovechar un posible tropiezo del AEK en Bruselas. Y lo consiguió. Bodmer estuvo presente en las dos jugadas decisivas del encuentro: su chupinazó habitual acabó en un mal rechace de Kalac que aprovechó Odemwingie para marcar el 0-1 y su aguda asistencia la convirtió Keita en el 0-2. Con su presencia en octavos, el Lille prestigia la Ligue 1 metiendo a un segundo representante en octavos y convirtiéndola en el cuarto torneo nacional en Europa.

Pero además de la admirable clasificación del equipo francés, la última jornada de Champions del 2006 tuvo otros alicientes. El Manchester United se confirmó como un firme aspirante derrotando al Benfica y a la zozobra. El 0-1 de Nelson puso muchos nervios en Old Trafford, pero los de Ferguson mostraron una enorme personalidad para remontar con un fútbol que aunó precisión y contundencia. Cristiano Ronaldo, como siempre últimamente, volvió a estar inspiradísimo. Su centro en el gol de Giggs no tiene nada que envidiarle a los que solía ejecutar David Beckham en el mismo escenario. Mucho menos brillante fue el pasaporte a octavos de Oporto y Arsenal, que hicieron bueno el pronóstico y empataron a cero en Dragao. Aunque los últimos diez minutos sí respondieron a la lógica invitación mútua a la no agresión, el resto del partido no puede alimentar suspicacia alguna, con Ricardo Quaresma disparando dos veces al poste. Wenger sacó un once mucho más conservador de lo habitual, con Flamini formando el doble pivote junto a Gilberto y dejando para Cesc un papel más ofensivo. Con el pase del subcampeón asegurado, los octavos de final de la Champions se presentan apasionantes.

miércoles, diciembre 06, 2006

Y tuvimos la respuesta

Pues sí. El Werder quiso ser alegre, adelantó la defensa como siempre y recibió los previsibles golpes de un campeón de Europa que jugó treinta minutos primorosos: velocidad, inteligencia, altísimo ritmo de presión, detalles geniales -¡qué listo Ronaldinho colando el balón por debajo de la barrera!- y hasta esláloms inesperados de un islandés que empezó a justificar aquel osado apodo de Mourinho -"el Maradona rubio"-. Pero cuando el Camp Nou creía que la noche terminaría en goleada y ya se empezaban a escuchar discursos que menospreciaban al rival, el Bremen empezó a ganar la batalla física, se hizo con el balón y el centro del campo y hasta hizo sufrir en algunos momentos a la hinchada local. El detalle preocupante para el equipo de Rijkaard fue su bajón físico prematuro, pero es obvio que tras el esfuerzo y ya con 2-0 arriba el equipo no mantenga el mismo tono. El detalle esperanzador, que pese al dominio del rival las ocasiones claras de gol fueron escasas y la clasificación nunca peligró de forma seria. Con su buena defensa, el Barça supo gestionar su cansancio. Y ganó porque es mejor equipo.

Y ahora en Barcelona, como en todas las ciudades y mentes de los hinchas de los equipos clasificados, se empieza a pensar en el sorteo. Ser primero de grupo tiene su importancia por el factor campo, pero en esta edición de la Champions no te garantiza un rival más asequible. Inter, Madrid y el propio Barça han terminado segundos, y quizá hoy lo hagan Manchester United y Arsenal. Incluso para algún pequeño jugar la vuelta en casa puede ser contraproducente. Imaginemos un duelo entre el campeón de Europa y el Celtic con la ida en el Camp Nou: lo lógico sería que la eliminatoria quedara sentenciada a las primeras de cambio. Para los escoceses sería mucho más interesante intentar sacar un buen resultado en su estadio y mantener la esperanza hasta la vuelta.

Gran menú el de esta noche. Intrigante grupo H, con el Lille pudiendo ser segundo, tercero o cuarto y con combinaciones de average entrecruzadas -los franceses lo tienen ganado con el AEK pero perdido con el Anderlecht-. Algo similar sucede en los enfrentamientos directos entre Arsenal, Oporto y CSKA. El empate en Dragao clasifica directamente a portugueses e ingleses, por lo que la X se cotiza muy por debajo de lo habitual en todas las casas de apuestas. Claro que dejaría a los de Wenger primeros y a los lusos segundos, por lo que quizá el equipo de Jesualdo Ferreira no se conforme con las tablas. Y el gran plato fuerte está en Old Trafford. El Manchester United quiere vengarse del Benfica y lo tiene todo a favor para devolverle el golpe del año pasado. Ha crecido muchísimo como equipo -por Carrick, pero también por la vuelta de Scholes y Giggs- y es muy superior. No tiene la película ninguna pinta de que Ferguson reciba un bofetón en la cara.

martes, diciembre 05, 2006

¿Serás alegre como siempre, Werder?


Quizá porque creció en ese entorno, quizá porque está acostumbrado a ver a sus conciudadanos pasear por el parque, ir en bicicleta o tumbarse a contemplar el río cuando va a trabajar, Tomas Schaaf decidió un día que su fútbol sería atrevido, alegre, abierto. Y que siempre sería fiel a sí mismo: con alineaciones arriesgadas, con cambios ofensivos, con defensas adelantadas... No le ha ido nada mal. Así ha ganado una Bundesliga y así ha establecido a su Werder Bremen como la segunda fuerza del fútbol alemán por delante de clubes con más tradición como el vecino Hamburgo, como el campeón de Europa Borussia Dortmund o como el millonario Schalke. No está nada mal para una población de medio millón de habitantes, con gran presencia de estudiantes universitarios. Por su carácter simpático, el club hanseático se ha convertido en el segundo equipo de muchos aficionados alemanes.

Pero hoy Thomas Schaaf tiene ante sí su mayor dilema. Su convicción le dice que tiene que salir al Camp Nou jugándole de tú a tú al Barça y proponerle un intercambio de golpes al que quizá sea el equipo de mayor perfección técnica del continente. Pero se expone a que esa fidelidad a los principios se convierta en una especie de suicidio deportivo. Adelantar la defensa y darle espacios a Giuly y Ronaldinho no parece la mejor forma de anularlos, aunque la filosofía del Bremen siempre es marcar más goles que el contrario. Pero cuando el contrario tiene tanto poderío, ¿hay que insistir en ello? Y si no lo hace, ¿sabrá encerrarse? ¿Cuánto tiempo hace que no plantea un partido así? ¿Optará por una solución mixta?

Juegue como juegue, lo más probable es que el Bremen pierda en el Camp Nou. Poderosísimo en ataque, el equipo de Schaaf es débil en defensa para los niveles que se exigen en Europa. Es lo que le hace ser peor equipo, es lo que le da al Barça el cartel de favorito. Y puestos a pelear en estas condiciones, quizá la mejor elección del técnico alemán sea la valentía moderada. Casi tanto como por saber el resultado, hay mucho interés en comprobar dónde sitúa la línea defensiva. Y eso lo descubriremos en cuanto empiece la primera final del año en la Champions.

lunes, diciembre 04, 2006

Y todos se fueron cabizbajos

Los de Boca porque estaban convencidos de que darían la vuelta en Córdoba. Los de Estudiantes porque con el gol de Verón ya se veían a un solo punto y metiendo toda la presión del mundo. Los últimos minutos que se vivieron en la penúltima jornada del Apertura argentino fueron de locura, una serie dramática de cambios constantes en el estado de ánimo de unos y otros. El equipo de La Volpe era campeonísimo empatando a cero mientras el de Simeone caía 1-0 en el Diego Armando Maradona. Lo seguía siendo, pero menos, cuando Peppino puso el 1-0 para Belgrano. Dejó de serlo cuando Pavone igualó para el Pincha. Se vio contra las cuerdas con el 1-2 de la Brujita. Y respiró más aliviado, aunque sin dar la vuelta, con el 2-2 final de Choy González. El ex seleccionador mexicano parecía enfadado -bueno, qué novedad- porque no le gusta perder nunca, pero su equipo lo tiene todo a favor para convertirse en el primer tricampeón de la historia de la entidad. Le bastará con un punto la semana que viene en La Bombonera ante Lanús. O con que Estudiantes no gane a Arsenal. Sólo una de las seis combinaciones haría gritar al equipo de La Plata. La más improbable.

Tuvo el partido de Córdoba todos los ingredientes que se esperaban: un equipo grande asumiendo el protagonismo y buscando la victoria que le hiciera campeón y un modesto esperando atrás su oportunidad para arañar puntos valiosos que le ayuden a seguir en primera. La Volpe salió esta vez con un 4-3-1-2, con un centro del campo de toque absoluto, de tendencia ofensiva insultante: Gago, Cardozo, Dátolo y Marino. En una acción aislada se adelantó Belgrano y luego Boca fue con todo y más. Ricardo tiró de más pibes de ataque (Franzoia y Boselli) y el puntero encerró en su campo a un rival que se sintió héroe en su defensa épica. Mientras los xeneizes se retiraban al vestuario derrotados, Argentinos Juniors empató con el tanto de un ex de Gimnasia. ¡Cuánto daño le ha hecho la gente del Lobo al Pincha en este torneo! ¿Revancha del 7-0? Sólo un milagro le daría el título al equipo de Simeone, que sin embargo ha conseguido retrasar hasta la última fecha el campeonato de unos de los líderes con mayor puntuación de toda la historia.

domingo, diciembre 03, 2006

El "top scorer" que costó 17.000 euros

Superado más de un tercio de competición en la Premier, son varios los nombres propios que han hecho méritos para integrar la lista de grandes revelaciones del torneo. Pero probablemente no haya dudas en señalar al que más esté sorprendiendo. En la temporada de su debut en la máxima categoría del fútbol inglés, un delantero irlandés de 23 años está empatado con Drogba y Kanu al frente de la clasificación de máximos goleadores. Se llama Kevin Doyle y juega en el Reading.

En el fútbol actual, que mueve cifras altísimas en los precios de los traspasos, 17.000 euros son una broma. Incluso para un equipo de segunda división con ambición infinita. El Reading se fijó en un atacante joven que brillaba en la liga irlandesa en el Cork City y pagó una cantidad irrisoria que habla muy a las claras del bajo nivel del fútbol de clubes en Eire. Doyle había anotado 20 goles en 43 partidos, unas buenas cifras, pero en un campeonato menor. Nada garantizaba que las pudiese reproducir en la League Championship, y mucho menos en la Premier en el caso de un hipotético ascenso. Pero este ariete nacido en Adamstown debe pertenecer a aquella rara especie de los goleadores natos que ven puerta con la misma regularidad en un torneo amateur que en las competiciones más exigentes. Lo suyo es el instinto, y lo demuestran los ocho goles que ha anotado esta temporada: algunos de rematador puro, otros de jugador pillo, todos de depredador hambriento.

Doyle sobresale por ahora en un bloque que se paseó el año pasado en segunda y que está virtualmente en puestos de Champions: empatado a 25 puntos con Arsenal, Portsmouth y Liverpool, tiene como los gunners un partido menos. Europa no era el objetivo antes de empezar, pero tampoco renunciarán a ello si la ocasión se les presenta. Igual que Kevin, invitado sorpresa en la lucha de los gigantes para terminar como top scorer.