Huntelaar: la respuesta era gol
El Ajax firmó ayer a Klaas-Jan Huntelaar (12-8-1983), uno de los delanteros más apetecibles del fútbol europeo. El máximo goleador de la liga holandesa se va a un grande y su Heerenveen recibe 9 millones de euros, un precio astronómico para un club de su tamaño. El nuevo contrato empieza en enero de 2006, por lo que a Huntelaar le quedaba un partido todavía antes de cambiar de camiseta. Y, curiosidades del calendario, ese choque de despedida era contra el Ajax. El morbo estaba servido. En otros campeonatos sería impensable que un jugador por el que se ha pagado tanto dinero disputara un encuentro contra su futuro equipo. Por suspicacias -¿se entregaría al máximo?-, por riesgo de lesiones o simplemente porque puede quitarle puntos al club que ya le considera suyo. La pregunta estaba en el aire: ¿qué hará Huntelaar? La respuesta, como casi siempre con este jugador, fue marcar un gol. Y dar una asistencia, y pelear mucho, y rozar el segundo con un gran disparo. Su clase como futbolista está fuera de toda duda, pero hoy además le hemos conocido su faceta de profesional agradecido. Jugó al máximo hasta el último minuto. Celebró el gol. Contribuyó decisivamente al resultado de 4-2, dolorosísimo para el Ajax.
Falta le hace al equipo de Danny Blind un revulsivo, y llevarse al mejor delantero del campeonato sin duda lo es. Además supone un golpe duro para el PSV Eindhoven, que tenía a Huntelaar en su cantera pero no confió en él. Con 19 años jugó 15 minutos ante el Roosendaal, pero esta fue su única aparición con el equipo de la Phillips. Le cedieron en enero al De Graafschap, donde sólo fue titular una vez. Debieron pensar que la Eredivisie le venía aún demasiado grande y su siguiente destino fue un club de segunda, el AGOVV Apeldoorn. Allí empezó a ganarse la fama de goleador, con 26 tantos en 35 partidos. Nada impresionante a los ojos de los responsables técnicos del PSV, acostumbrados a delanteros de gol por partido en la máxima categoría del fútbol holandés. Así que le dejaron irse al Heerenveen en propiedad. En su primer año, 17 goles en 31 partidos de liga, más tres en UEFA Cup. Uno de ellos, ante el Newcastle, supuso su carta de presentación en el fútbol europeo. Bajó un balón alto, se giró como un rayo y la empalmó a la escuadra. Su nombre empezó a aparecer en las listas de grandes promesas y en verano su precio ya estaba sólo al alcance de equipos muy poderosos. Pero lo mejor estaba por llegar. Huntelaar ha anotado 17 goles en 15 partidos en la 2005-2006 y este promedio extraordinario convenció definitivamente al club de Amsterdam, que vive inmerso en una profunda crisis. Se llevan a un gran rematador, oportunista, que juega bien de espaldas a portería y que posee una envidiable velocidad de ejecución. En su partido de despedida también brilló el hombre que debe recoger el testigo como referencia en ataque del Heerenveen, el griego Giorgios Samaras. Ya dije hará cosa de dos meses que el heleno tenía ciertas cosas que me recordaban a Ibrahimovic. Me ha vuelto a dar la misma sensación en un par de detalles. Con peor definición que Huntelaar, Samaras participa más en el juego y su presencia constante es un auténtico martirio para los contrarios. Tampoco tardará en irse a un equipo superior.
El campeonato holandés llega al parón invernal con mucha igualdad en cabeza. El PSV es líder con 42 puntos, sólo uno más que el Feyenoord -sus opciones van a depender de si retiene a Dirk Kuijt, por el que andan locos en Inglaterra- y cuatro más que el AZ, al que le suspendieron hoy su partido. Muy lejos, a doce puntos, está el Ajax. El consuelo del crack que llega es la mejor noticia en lo que va de año para su afición.
Aprovecho para desearos un feliz año 2006. No sé si mañana podré postear acerca de la jornada de la Premier. El domingo me voy de viaje a Londres. De todas formas, intentaré escribir desde allí y a la vuelta prometo algunas fotos futbolísticas.