Llega el gran día. Vuelve la Premier, la reina de todas las ligas, el símbolo del fútbol puro, de la fidelidad a unos colores, del respeto a los profesionales, de la pasión bien entendida. Radio Marca retransmitirá mañana el partido inaugural entre el Arsenal y el West Bromwich Albion en un programa especial de 12 a 4 en el que también tendrán cabida los apasionantes cuartos de final del torneo olímpico de fútbol. Llegados a este punto, uno se pregunta qué nos deparará la nueva temporada. Las versiones más optimistas apuntan a una pelea por el título en la que incluso el Tottenham podría tener voz y voto, con lo que serían cinco los aspirantes. Otros, aferrados a la realidad de las últimas campañas, vuelven a pronosticar un duelo a dos entre United y Chelsea. Quizá, al final, la carrera se sitúe en un termino medio.
No hace falta hablar del Manchester United. Es campeón de Inglaterra y de Europa, posee una plantilla completísima y demostró además su capacidad para manejar registros distintos. No ha habido grandes movimientos en su mercado de fichajes, por lo que su candidatura vuelve a ser indiscutible. Y ya no digamos si acaba llegando Berbatov. El Chelsea, por su parte, se ha reforzado aún más con Bosingwa y Deco, un ganador nato cuya experiencia en las Islas debe servir para cerrar incluso con más éxitos una carrera admirable. Llega Scolari al banquillo, una apuesta sorprendente si creemos a los cronistas que indicaban que Abramovich quería a un entrenador que apostara por un fútbol más ofensivo. Experimentado y exitoso, el brasileño debe saber manejar el vestuario y probablemente saque un rendimiento acorde con el potencial de los mimbres a su disposición. Pero no es Mourinho. El mejor entrenador al que podía aspirar el millonario ruso ya terminó su etapa en Stamford Bridge y ahora está en Milán. Lo digo porque, aunque estoy convencido de que los blues pelearán por todas las competiciones, dudo muchísimo que se acerquen al nivelazo del Chelsea de los dos primeros años del técnico portugués. Eso fue un tope de rendimiento, por mucho que se escapara la Champions, un torneo en el que no siempre gana el mejor.
El Arsenal no se quedó tan lejos. A cuatro puntos. Sin tantas lesiones de futbolistas fundamentales, Wenger habría peleado el título hasta la última jornada, con bastantes posibilidades de ganarlo. Sin embargo, la ausencia de Flamini no ha sido aún sustituida, y esa es la gran duda que planea sobre un equipo cuyo once titular está compuesto, en el resto de demarcaciones, por futbolistas formidables. Dos factores necesitan los gunners para ser candidatos al título: encontrar a ese acompañante de Fàbregas, ya sea en la propia plantilla o en el mercado, y tener fortuna en no perder a sus piezas básicas. El alsaciano sigue apostando por sus jóvenes y prefiere, en la mayoría de los casos, formar talento antes que comprarlo a golpe de talonario. Es una cuestión de filosofía, pero también un peaje necesario debido a la construcción de un estadio moderno que en el futuro sí debe aportar beneficios económicos a la entidad. Pero por ahora, esta situación convierte el reto en un "más difícil todavía", una odisea que en caso de superarla con nota tendría un mérito añadido.
Al Liverpool hay que exigirle constancia. Que pelee todas las semanas como si estuviera en juego una plaza en la final de la Champions. Ya no puede haber excusas: con Keane, Gerrard, Torres, Benayoun y Babel hay talento suficiente para derrotar a cualquier rival encerrado. Son muchos años ya gastando mucho dinero, fichando lo que pide el entrenador, por lo que Benítez ya dispone de un bloque para luchar de una vez por un torneo que hace demasiado tiempo que no acaba en las vitrinas de Anfield. Los triunfos europeos le han servido al técnico madrileño para tapar sus pobres actuaciones en el campeonato liguero, mientras sus rivales, con más o menos suerte, iban a por todos los frentes. Se ha asumido como cierto el discurso que sitúa al Liverpool en un nivel inferior al de los demás gigantes, disculpándolo luego si se cae de la terna antes de Navidad. Llega el momento de asumir las responsabilidades con valentía. Y si no se puede exigir nunca la victoria en un campeonato con tantos gallos, sí al menos debe pedirse a un equipo tan potente que esté con los mejores hasta el final.
Y cerramos con el Tottenham. ¿Estará peleando con los cuatro gigantes o hay que ponerle en el grupo de los decentísimo Everton, Aston Villa y Portsmouth? Me ha gustado que Juande haya declarado que van a por todas y que están preparados para competir con los gigantes. Si ya rozó el cuarto puesto en campañas anteriores, ¿cómo no va a aspirar a él ahora que se ha reforzado a conciencia para dar el salto de calidad? Sin embargo, resulta complicado pronosticar su futuro debido a la incertidumbre sobre la situación de Berbatov y Arshavin, aunque lo más lógico resulte pensar que uno se irá y el otro llegará. Con lo que hemos elogiado en este blog al ruso y a Modric, es evidente que si se juntan en el Lane estaremos ante una de las propuestas más atractivas de toda la Premier. Un equipo para que su hinchada sueñe con todo.
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